El olor de los libros es algo que puede llegar a atrapar e incluso hipnotizar a las personas. El característico olor que desprenden tanto los libros nuevos como los libros antiguos es una seña de identidad cuyo lenguaje es universal. No son pocas las personas que se han pasado a la lectura digital y que echan de menos todos aquellos elementos del libro físico que hacían despertar sus sentidos, entre ellos el olfato. Ahora bien, ¿por qué los libros huelen como huelen?

Es verdad que los sentidos afloran cuando se tiene entre las manos un libro en papel: la visión encantadora de un artilugio prácticamente perfecto, el tacto al sentir la ligera rugosidad del papel e incluso de sentir el dolor al cortarse con sus hojas, el sigiloso y casi olvidado sonido de pasar sus páginas y su característico olor que fluye entre sus páginas. Incluso hay personas que se sienten tentadas por el sabor de los libros. No te preocupes, es minoritario, pero este trastorno alimentario tiene nombre: bibliofagia.

Volviendo a tema del olor de los libros, destacar el detallado trabajo realizado por Compound Interest. En él se señala que tanto los libros nuevos como los libros antiguos desprenden varios cientos de compuestos volátiles orgánicos (COV) producto de la degradación, los cuales se mezclan también con otros componentes que tienen su origen en el tipo de papel, el adhesivo de encuadernación y la tinta utilizada para la impresión. Por cierto, destacar que la proliferación de distintos papeles, adhesivos y tintas hace que no todos los libros nuevos huelan igual. No pasa lo mismo con los libros antiguos, los cuales se hacían prácticamente con los mismos componentes.

Un aroma sobre el que se han realizado muchas más investigaciones es el de los libros antiguos. Hay una razón para esto, ya que se ha investigado como un método potencial para evaluar el estado de los libros antiguos mediante el control de las concentraciones de diferentes compuestos orgánicos que emiten. Como resultado, podemos estar un poco más seguros de algunos de los muchos compuestos que contribuyen al olor.

Entonces, ¿cuál es la causa del olor de los libros antiguos?

Con el tiempo, la descomposición gradual de la celulosa y la lignina en el papel produce una gran cantidad de compuestos volátiles orgánicos. El tipo de papel y la antigüedad del libro afectan a los compuestos producidos y a sus concentraciones; por ejemplo, los libros muy antiguos contienen más lignina que los modernos.

Entre los compuestos se pueden diferenciar:

  • Toluene: Olor dulce
  • Vanillina: Similar a la vainilla
  • 2-etil hexanol: Ligeramente floral
  • Etilbenceno: Olor dulce
  • Benzaldehído: Similar a la almendra
  • Furfural: Parecido a la almendra

Y, ¿por qué huelen así los libros nuevos?

El aroma de los libros nuevos es muy variable; los compuestos que lo provocan proceden del adhesivo, la tinta y los productos químicos utilizados para el tratamiento del papel. Los adhesivos de encuadernación modernos suelen estar basados en copolímeros, como el acetato de vinilo etileno. En el proceso de fabricación del papel, este se trata con una serie de productos químicos para conseguir las propiedades deseadas. Aunque algunos de estos productos químicos son inodoros, pueden reaccionar y contribuir a la liberación de COV. Los productos petroquímicos utilizados como disolventes para las tintas también pueden contribuir.

Entre los compuestos se pueden diferenciar:

  • Acetato de vinilo etileno
  • Dímero de alquil ceteno (ayuda a la resistencia al agua)
  • Peróxido de hidrógeno (agente blanqueador)

En resumen, no hay una sola sustancia química que cause el olor de los libros. Es el resultado de una compleja mezcla de sustancias químicas volátiles producidas por los productos químicos utilizados en su fabricación, así como de la degradación gradual de las sustancias químicas dentro del papel. Algunos de los compuestos producidos, como el furfural, pueden incluso utilizarse para medir la antigüedad y el estado del libro en cuestión.

Explicación del olor de los libros

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