Las multas en las bibliotecas pueden llegar a ser una barrera significativa en la utilización de sus servicios. Un castigo económico y/o de acceso por la no devolución de materiales a tiempo que afecta, sobre todo, a la población infantil y a personas con ingresos bajos. Y es dicho castigo el que va en contra de la misión principal de la biblioteca: garantizar el acceso libre e igualitario a la información, el conocimiento y el aprendizaje independiente.

El tema de las multas en las bibliotecas es un tema complicado y controvertido, el cual tiene sus defensores y detractores. Por un lado, estarían las personas que abogan por la necesidad de dichas sanciones para favorecer un uso adecuado y responsable de las colecciones. Es decir, que los materiales se devuelvan a tiempo, a la vez que se enseña a las personas a ser responsables a través de fórmulas que afectan al bolsillo o la utilización de la biblioteca. Y, por otro lado, estarían aquellas personas que promueven la eliminación de las sanciones para no dejar a nadie sin acceso a los servicios bibliotecarios. Es decir, que lo importante de la biblioteca es su utilización y verían con buenos ojos medidas que fomenten el uso responsable de la colección sin necesidad de castigar.  

Comentar que, tras el análisis de varios informes, no hay ningún estudio que asegure que las multas hacen que los materiales sean devueltos a tiempo. Lo que sí se observa en ellos es que la eliminación de las multas en las bibliotecas hace que muchos materiales sean devueltos y aumente la circulación de la colección por perder ese temor a la sanción. Por ejemplo, la Biblioteca Pública de Nueva York aumentó un 10 % la circulación de su colección semanas después de anunciar la eliminación de multas por demora. Y a esta noticia se le pueden sumar numerosas en cuanto a la amnistía y condonación de las multas en las bibliotecas.

«Las multas crean barreras para el acceso equitativo a los materiales y servicios de la biblioteca. Y, por lo tanto, no alinearse con los objetivos actuales de la biblioteca. Las multas vencidas restringen el acceso y exacerban la desigualdad al afectar de manera desproporcionada a las comunidades de minorías raciales y de bajos ingresos, crean conflictos entre los usuarios y la biblioteca, requieren un uso ineficiente del tiempo del personal y no aseguran de manera constante que los materiales prestados terminen nuevamente en los estantes de la biblioteca. Numerosos ejemplos han demostrado que, incluso sin multas vencidas, las bibliotecas continúan experimentando devoluciones oportunas y preservan la integridad de sus colecciones». “Long Overdue: Eliminating Fines on Overdue materials to Improve Access to San Francisco Public Library” [Report].

Antes de pasar a los principales beneficios del perdón de multas en las bibliotecas, me gustaría dejar constancia, nuevamente, que es un tema difícil que no se puede hacer de manera general, sino que cada biblioteca conoce su realidad y su comunidad. Pero es verdad, y no se suele tener en cuenta, que muchas de las sanciones actuales fomentan el castigo o el miedo a ser castigado, lo cual puede llevar a las personas a no utilizar un determinado servicio bibliotecario para no cometer infracciones. Otra cosa son las sanciones por pérdida o deterioro de un libro de la biblioteca, en cuyos casos veo bien que haya que reemplazar el ejemplar, tras analizar cada caso. Y, por cierto, destacar que la American Library Association (ALA) señala que las multas en las bibliotecas, ya sean monetarias o de acceso, son una forma de inequidad social. E insta a las bibliotecas a examinar sus prácticas de imponer multas a las personas de la biblioteca y avanzar activamente hacia su eliminación.

Principales beneficios que tendría eliminar las multas en las bibliotecas

1. Recuperar los libros prestados y no devueltos a tiempo

Las bibliotecas pueden experimentar un aumento de la devolución de sus libros. Incluso de aquellos libros que hacía tiempo que no sabían nada de ellos y que daban por perdidos. Las personas usuarias de la biblioteca, e infractoras por no cumplir los plazos, pierden el miedo y acuden a la biblioteca sabiendo que no serán sancionadas por devolver los libros fuera de plazo. También pierden la vergüenza que les daría verse en una situación comprometida.

2. Garantizar el acceso equitativo a los servicios y recursos de la biblioteca

Eliminar cualquier tipo de sanción en la biblioteca fomenta y garantiza el acceso igualitario a los servicios, recursos y actividades a todas las personas. Esta eliminación derriba una barrera en cuanto al acceso y promueve la libre utilización, responsable, de los materiales y servicios sin tener en cuenta el uso previo de la biblioteca. En definitiva, elimina el impacto de desigualdad ante el acceso y utilización de los servicios bibliotecarios.

3. Optimizar el tiempo del personal de biblioteca y aumentar su eficiencia

Pese a la automatización en la reclamación de préstamos, la administración y gestión de las multas por atrasos en la devolución de libros puede quitar mucho tiempo al personal bibliotecario. La eliminación de las multas en las bibliotecas garantiza que dichos profesionales se despreocupen de esta función administrativa, posibilitando que en dicho tiempo puedan llevar a cabo otras funciones o tareas, o poner en marcha servicios que fomenten la utilización satisfactoria de la biblioteca

4. Aumentar la utilización y la circulación de la colección

Las personas pueden llegar a utilizar más la colección de la biblioteca al desaparecer la presión de la sanción. Numerosos estudios constatan que eliminar las multas en las bibliotecas no aumenta el número de préstamos devueltos fuera de plazo, así que no hay motivo aparente para mantener una acción disciplinaria. La eliminación de la sanción puede ser una buena medida para que las personas pierdan el miedo al castigo y aumentar así la utilización y circulación de la colección de la biblioteca.

5. Mejorar la relación y la imagen de la biblioteca

La eliminación de las sanciones hace que aumente el grado de percepción y apreciación que las personas tienen sobre la biblioteca, favoreciendo así a la generación de una imagen positiva de «marca biblioteca». Además, hace que aumente la sensación de pertenencia al aumentar el uso de la colección. Y, parece baladí, pero no lo es: eliminar las sanciones por la devolución de préstamos fuera de plazo evita conflictos entre el personal bibliotecario y las personas usuarias.

Por cierto, y ya como chascarrillo final, la mayor multa del mundo registrada por un libro de biblioteca vencido es de 345,14 dólares. Revisa en el siguiente post los asombrosos récords Guinness sobre literatura, libros y bibliotecas.

Fuentes: Syracuse University School of Information Studies | Office of the Treasurer & Tax Collector | American Library Association | New York Public Library | Shutterstock |