El futuro de las bibliotecas es un tema apasionante si lo vives desde dentro del sector. Las bibliotecas han cambiado y se han adaptado a los nuevos tiempos de manera rápida y sorprendente. Muchos cambios en pocos años… solo basta con mirar 10 años atrás y ver cómo eran las bibliotecas y ver cómo son ahora.

La imaginación en el mundo de las bibliotecas es una herencia que puede que venga de años. Imaginar es gratis e incluso saludable… Lo bueno es cuando esa imaginación o idea que tienes en mente, se convierte en realidad al preguntarte, y llevar a cabo, cómo quedaría este nuevo servicio que están llevando a cabo desde otras organizaciones o cómo implementar este nuevo producto para que los usuarios de la biblioteca lo puedan aprovechar. Muchas veces los imposibles y los inimaginables se convierten en realidad en el mundo bibliotecario.

Lo dicho, apasionante mundo si lo vives desde dentro del sector… pero, ¿y si lo ves desde fuera? ¿Cómo ven los usuarios (y no usuarios) el futuro de las bibliotecas?… Pues la verdad es que el tema es un poco peliagudo. Es verdad que las bibliotecas tienen muchos servicios y que cada usuario se centra en el servicio que más utilidad le da. De ahí que haya gente que solamente le ve un futuro a las bibliotecas como meros almacenes de libros, meros espacios para estudiar… e incluso personas que afirman que el futuro de las bibliotecas es la desaparición.

Ahora bien, ¿se podría decir que estas personas que ven un futuro tan negro de las bibliotecas no saben lo que es una biblioteca? ¿Qué se han quedado desactualizadas sobre lo que es una biblioteca? ¿Qué no les interesa lo que es una biblioteca y sus cambios?… Infinidad de preguntas… y que quizás tenga una respuesta rápida: El 70,2% de las personas confiesa que no ha ido a la biblioteca en el último año. ¿Poco interés o no está mal que 3 de cada 10 personas hayan ido a la biblioteca en el último año?… yo me quedaría con la segunda opción.

¿Cala el mensaje de adaptación de las bibliotecas sobre las personas?

Lo que está claro es que las adaptaciones sobre las que las bibliotecas trabajan no se ven hasta que no llegan al usuario final, como es normal. Las bibliotecas trabajan de manera sigilosa y silenciosa para sus usuarios en estas adaptaciones (no así para los profesionales del sector. Es de agradecer que las bibliotecas y los bibliotecarios vayan contando todos sus avances y trabajos).

Ahora bien, ¿llegan a calar estas adaptaciones a los usuarios una vez puestas en marcha?… ¡Claro que sí!… pero hace falta mucha comunicación y poder de atracción para enganchar a los usuarios (y no usuarios) de la biblioteca a estos nuevos servicios y productos. Al fin y al cabo se trata de que hagan cosas que no están acostumbrados a hacerlas en las bibliotecas o que ni siquiera han visto en ningún otro lugar y no saben muy bien si les va a ser de utilidad.

Por poner un ejemplo, las bibliotecas fueron una de las primeras organizaciones en poner Internet a disposición de los usuarios (por no decir la primera) y hubo que explicar qué era Internet y para qué les podría ser de utilidad. Ahora todo el mundo está enganchado a la red para informarse y comunicarse (no estoy diciendo que sea gracias a las bibliotecas). Pues lo mismo puede pasar con el tema de los libros electrónicos donde las bibliotecas pasan a ser un intermediario (tardío) entre las obras y los usuarios o mismamente con las impresoras 3D o la utilidad de los códigos QR para ampliar información…

Pero… ¿las bibliotecas saben vender “su producto”?… Diría que cada vez más y gracias a la facilidad que tienen las mismas bibliotecas en ser generadoras de noticias e incluso conseguir que medios nacionales se hagan eco de este futuro de las bibliotecas. [Muchas gracias Ricard Ruiz los enlaces y menciones]

El futuro de las bibliotecas @JulianMarquina @BiblogTecarios @socialbiblio @lecturalab publicado en El Pais de hoy pic.twitter.com/iXvCpKQIz9

— Cris Merino (@Crisme90) Mayo 2, 2015

¿En qué se basa el futuro de las bibliotecas?

Sin duda en el poder de adaptación a los usuarios y de incorporar las novedades en beneficio de esos usuarios (sin llegar a perder el norte).

Un futuro en el cual la biblioteca sea al centro de la comunidad y poder sacar el máximo provecho a la tecnología y los medios creativos. Un futuro de bibliotecas sostenibles y de profesionales altamente cualificados. Un futuro en el cual dejar volar nuestra imaginación y ver las utilidades de los avances tecnológicos dentro de las bibliotecas. Un futuro de bibliotecas flexibles y sociales, que cooperan entre sí, con nuevas estrategias de financiación, bibliotecas como el tercer lugar y que se adaptan a la realidad digital y social con estrategias innovadoras. Un futuro que hay que repensar siempre y del cual hay que aprovechar las oportunidades.

Lo que está claro es que el futuro que nos podamos imaginar ahora no existirá cuando llegue. El futuro es esa cosa que está ahí (lejana) y nos hace seguir trabajando para mejorar el presente. Entonces habría que preguntarnos, ¿por qué hablamos del futuro de las bibliotecas cuando queremos decir adaptación al presente, a los usuarios y a la tecnología?… No tengamos miedo al futuro porque ya estamos trabajando en él.

Imagen cortesía de Shutterstock.