Que difícil es de hablar del futuro cuando no se sabe ni lo que va a pasar mañana… Nos pasamos la vida programándolo: comidas, quedadas, vacaciones, eventos a los que asistir, el futuro de la biblioteca… e incluso este post está programado para que salga unos días después de escribirlo. Luego el futuro hace lo que quiere, e incluso en ocasiones va más allá de lo que se podía imaginar. ¿Dónde quedó el carpe diem y el disfrute del momento?… más sabiendo que la fecha de caducidad de la Tierra está en 200 años, según Stephen Hawking.

El mundo de las bibliotecas no es ajeno a todo esto al estar su futuro siempre en constante debate. Que si existirán las bibliotecas el día de mañana, que si con Internet ya se tiene más que suficiente para el acceso a la información, que si los bibliotecarios serán sustituidos por máquinas (un estudio de la Universidad de Oxford dice que hay un 65% de que sea muy probable esto), que si cada vez va perdiendo más interés la biblioteca en la sociedad (el 70,2% de las personas confiesa que no ha ido a la biblioteca en el último año… aunque esta cifra puede que sea constante), que si… que si…

Biblioteca del futuro
Biblioteca del futuro

Lo que deberíamos saber es cuantas oportunidades de futuro ha gastado ya la biblioteca, por su bien. Saber si ya es la última oportunidad o si le quedan unas cuantas para dejarse llevar por el carpe diem del que os hablaba. Ni que decir tiene que me hubiese encantado ver a las bibliotecas aprovechando la oportunidad que tuvo Google para convertirse realmente en las gestoras de la información de Internet, haciendo realidad el objetivo de la multinacional de «Organizar la información del mundo y hacerla accesible y útil de manera universal».

En el post “Never trust a corporation to do a library’s job” se hace una clara mención a que este tipo de misiones en la vida no se pueden dejar en manos de empresas privadas. No se puede confiar la preservación del pasado ni la organización de la información a una empresa cuyos fines son económicos y que puede abandonar cuando los resultados no fuesen los esperados. [Tampoco os perdáis este otro post sobre Google y biblioteca: “Google’s slow fade with librarians. Maybe they’re just not that into us?”]

Por suerte, las bibliotecas se están poniendo las pilas en cuanto a la integración y transformación de nuevos servicios y productos (no hablo de transformación como cambio drástico, la biblioteca siempre será una biblioteca). ¿Será consecuencia de haberle visto las orejas al lobo? ¿O quizás sea que han despertado de una pesadilla y ahora toca trabajar para que no suceda lo soñado? ¿O simplemente sea una evolución?

Yo diría que es una evolución la que está convirtiendo a la biblioteca en lo que hoy mismo la conocemos [y a pesar de muchos]. Las bibliotecas están trabajando duro por adaptarse a los nuevos tiempos, cada vez están abriendo más frentes para llegar a sus usuarios… quieren seguir siendo imprescindibles para la sociedad y para las personas en cuanto a espacio, acceso, información, aprendizaje, transformación, educación, participación, divulgación, recursos… En definitiva, las bibliotecas están trabajando como si fuera esta la última oportunidad que les quedase.

Es difícil no pensar en la planificación de las bibliotecas…

Pero es difícil vivir sin planificar el futuro dentro de las organizaciones. Todas quieren tener atado, y bien atado, sus actuaciones… aunque estas sean a corto-medio plazo. Por poner un ejemplo de España, el Grupo de Trabajo Estratégico para el estudio de prospectiva sobre la biblioteca en entorno informacional-social elaboró el informe “Prospectiva 2020: Las diez áreas que más van a cambiar en nuestras bibliotecas en los próximos años” y cuyas 10 tendencias son las siguientes:

  • Tendencia 1. La gestión de las bibliotecas deberá flexibilizarse y sus actuaciones deberán integrarse más en las finalidades de las instituciones a las que sirven.
  • Tendencia 2. Se incrementará la cooperación: una mayor cooperación y colaboración ampliará el papel de la Biblioteca dentro y fuera de la Institución.
  • Tendencia 3. Los recursos públicos serán escasos y las bibliotecas deberán encontrar nuevas estrategias de ahorro y de financiación.
  • Tendencia 4. Los profesionales deberán tener perfiles flexibles y cambiantes y las bibliotecas necesitarán personal con conocimientos diversos; la formación dejará de tener un carácter unitario.
  • Tendencia 5. Las bibliotecas deben reforzar su función de crear comunidades, dotarlas de cohesión social y garantizar la igualdad de oportunidades de los ciudadanos en el acceso a la información.
  • Tendencia 6. Bibliotecas ágora o bibliotecas como tercer lugar.
  • Tendencia 7. Los espacios de las bibliotecas aún permanecerán como tales, pero serán flexibles, acogedores y sociales.
  • Tendencia 8. La educación, el aprendizaje y las habilidades serán la clave de la misión de las Bibliotecas.
  • Tendencia 9. Servicios que se adaptan a una realidad digital.
  • Tendencia 10. Estrategias innovadoras para gestionar fuentes y colecciones híbridas.

… y es muy fácil imaginar un futuro futurista tecnológico de las bibliotecas

Muchas veces no se trata de predecir el futuro, sino de sentir la curiosidad de cómo podría ser este dentro de las bibliotecas. Imaginar el cambio o la evolución aplicada a las situaciones y tecnologías del momento. No tener miedo a fallar, ya que es muy probable que la predicción nunca suceda. [Con esta predicción hay que tener más cuidado]

La tecnología avanza a un ritmo de miedo. Ya existen agentes artificiales que pueden responder preguntas y recomendar libros. Recomendación de libros que se le da muy bien a Amazon.  Ya no se trata únicamente de programar para que den respuestas o actúen de determinada manera ante determinadas situaciones… ahora la Inteligencia Artificial va más allá, hasta el punto de que es capaz de aprender por si misma a actuar en distintos escenarios.

Futuro tecnológico también aplicado en robots bibliotecarios y drones para el envío de materiales a usuarios que no puedan ir a la biblioteca… y que incluso estos drones puedan acompañar a los usuarios y guiarles dentro de grandes bibliotecas.

Tecnología que también se puede aplicar para la identificación de usuarios sin necesidad de llevar carné de la biblioteca o loguearse en la página web, siendo posible si implantación a través de wereables (o embeddables) que se incrustan bajo la piel del usuario. Esta identificación hará posible que el usuario al entrar en la biblioteca muestre en un panel de control su actividad y uso dentro de la biblioteca, lo cual hará fácilmente posible la recomendación y sugerencia exacta de próximas lecturas, información, servicios o actividades de interés. También podría funcionar como dispositivo de geoposicionamiento o préstamo de materiales automáticos sin pasar por mostrador.

Aunque a todo esto le falta ese componente humano y del cual, para los humanos, es muy difícil desprendernos.

Pero, ¿podrán estos agentes artificiales hacer funciones que hasta ahora está haciendo el bibliotecario? ¿Será verdad eso de que los bibliotecarios serán sustituidos por máquinas? ¿Qué funciones podrán realizar dentro de la biblioteca estas tecnologías?

Muy difíciles las preguntas a las cuales diría que SÍ, que los agentes artificiales pueden hacer funciones de bibliotecarios. Que NO serán sustituidos los bibliotecarios por máquinas en un futuro cercano. Y que estas son las funciones que la tecnología puede hacer dentro de la biblioteca:

  • Ayudar a usuarios en el uso y manejo de la biblioteca, y a resolver sus dudas y problemas.
  • Realizar recomendaciones de servicios, productos y actividades en función del usuario.
  • Recibimiento personalizado a la biblioteca a cada usuario.
  • Recomendar lecturas en función del historial de búsquedas del usuario.
  • Realizar envíos, y recoger devoluciones, de materiales que los usuarios solicitan sin necesidad de que estos vayan a la biblioteca.
  • Acompañar a usuarios por la biblioteca para llevarlos a la localización de un libro o de un puesto libro de lectura.
  • Identificar a usuarios a través del reconocimiento facial o a través de dispositivos incrustados bajo la piel.
  • Video streaming entre usuario y bibliotecario para resolver dudas.
  • Geoposicionamiento en bibliotecas. Indicación de la situación del material que se busca y del usuario.
  • Préstamo automático al haber una combinación entre tecnología de identificación de usuario y del libro.

Imagen cortesía de Shutterstock