Y muchos dirán que menos mal. Que si Google, a través de su buscador, está mostrando la información según sus intereses publicitarios o según los gustos de nuestros contactos y que no necesariamente es lo que necesitamos o estamos buscando, que si Google está controlando toda nuestra información y al saber qué hace con ella, que si trabajar en Google no es tan bonito como lo puedan pintar porque la empresa requiere el 100% de disponibilidad laboral y personal, que si Google tenía la intención de digitalizar todos los libros del mundo sin hacer caso a los derechos editoriales y de autor (caso que después ganaron), que si Google puede devolverte 100.000 respuestas pero que un bibliotecario puede devolverte la correcta, que si al principio de Google había en sus filas trabajando bibliotecarios y documentalistas y cuando ya no hicieron falta se les dio una patada… pero debemos tener en cuenta una cosa… y es que Google no es tan malo como le pintan, es más, más de una biblioteca (por no decir todas) se querrían parecer a él… por lo menos en lo que se refiere a su cultura empresarial o declaración de intenciones con el mundo y con la sociedad y que no debería distar mucho de lo que tendría que ser la cultura organizativa dentro de las propias bibliotecas.

Está claro que estamos hablando de dos tipos de entidades bien diferentes: Google, empresa privada que busca su propio beneficio económico a través de la innovación y de sacar productos de utilidad para la sociedad (que abre y cierra a su antojo). Por otro lado las bibliotecas, empresas públicas con unos patrones temporales difíciles de modificar y cambiar para no desnaturalizar (o romper) lo que viene siendo desde hace milenios una biblioteca. Ahora bien, ¿hay miedo en que las bibliotecas sean rentables económicamente? ¿por qué solamente depender de la administración pública? ¿por qué no pensar desde las propias bibliotecas como empresa que busca beneficios con el objetivo de invertirlos en la creación de nuevos productos o servicios?… Bueno, está claro que esto daría para largo y tendido, así que me centraré en tres frases (objetivo – personal – usuarios) de Google y que pueden estar muy ligadas al mundo de las bibliotecas y a su decálogo de intenciones empresarial con respecto a la sociedad.

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Pero vayamos por partes. Primero veamos las frases que hacen que las bibliotecas se tengan que sentir reflejadas en lo que dice Google en cuanto a su objetivo, el personal que trabaja dentro de la organización y el pensamiento hacia el usuario final… Si las bibliotecas (o tu biblioteca) no se sienten reflejadas algo está fallando.

  • Objetivo: «Organizar la información del mundo y hacerla accesible y útil de manera universal». Está claro que una biblioteca no puede organizar toda la información del mundo, pero sí que puede organizar toda la información que hay a su alrededor para dársela al mundo de manera accesible y dotándola de la utilidad necesaria en función del usuario que la precise. (Aún no estoy muy convencido de la frase: «Está claro que una biblioteca no puede organizar toda la información del mundo»… ¿y si pensamos en una red mundial de bibliotecas trabajando para ello (como por ejemplo lo que está haciendo Wikipedia y algunas bibliotecas) ? ¿ó es más fácil pensar que para eso ya está Google?)
  • Personal: «Las personas son lo que realmente hacen de Google la empresa que es». Es obvio que todas las empresas, ya sean públicas o privadas, son lo que hacen que sean sus empleados al ser estos el principal activo de las mismas. De esto no tengo ninguna duda con respecto a los bibliotecarios que dan el 100% por el buen funcionamiento de las bibliotecas, pero cabe la posibilidad real de falta de motivación, enfado con la vida y con el mundo o incluso caer en la rutina en el mundo bibliotecario que puede hacer que haya una falta de evolución de lo que sería la biblioteca y haga de esa misma biblioteca una biblioteca sin ningún aliciente para el usuario externo y contagioso para el usuario (o trabajador) interno. (En este aspecto recomiendo la lectura del post: Diez Desafios de la Gestión del Talento en la Era del Conocimiento, que me pasa @Cademi vía Twitter)
  • Usuarios: «El motor de búsqueda perfecto debe entender exactamente lo que quieres y ofrecerte exactamente lo que necesitas». ¿No es lo mismo lo que debe hacer una biblioteca y, por alusiones, el bibliotecario? En esto creo que salen ganando las bibliotecas con bastante ventaja ya que el trato personal (y humano) caracteriza a sus profesionales que van más allá de lo que quieren los propios usuarios dándoles lo que verdaderamente necesitan.

Tras ver las frases en las cuales las bibliotecas deben sentirse identificadas con ellas en su día a día y en sus objetivos finales, es turno de ver el decálogo de Google sobre su cultura (política o filosofía) de empresa. Diez puntos que pueden aplicarse (o se están aplicando ya) en bibliotecas y que si miramos con detenimiento y pensamos que estos puntos han sido escritos por una biblioteca veremos que no van muy desencaminados a lo que tendría que ser la política cultural dentro de las mismas.

  1. Piensa en el usuario y lo demás vendrá solo. El usuario como centro de la organización y para el cual se trabaja.
  2. No hay nada mejor que el afán de superación. Sobre todo a la hora de mejorar servicios y productos.
  3. Es mejor ser rápido que lento. El tiempo de las personas es oro, por lo que hay que dar respuestas y soluciones rápidas.
  4. La democracia es una buena forma de gobierno para la Web. Los usuarios son los que con sus accionen posicionan las páginas web.
  5. Las respuestas pueden llegar a cualquier lugar. No importa el lugar, no importa el momento. El usuario quiere respuestas a sus necesidades desde cualquier lugar.
  6. Se pueden conseguir beneficios siendo honesto. A través de la publicidad útil para el usuario y relacionada con sus búsquedas.
  7. Siempre hay más información por descubrir. No toda la información está en la web.
  8. La necesidad de información traspasa todas las fronteras. Se piensa en global en lugar de en local.
  9. No hay que llevar traje para ser formal.
  10. Ser muy bueno no basta. Mejora continua, innovación… «La responsabilidad de que se encuentre una respuesta es nuestra, no del usuario».

Quizás las bibliotecas ya son lo que es ahora Google: tienen un objetivo claro, cuidan (o tratan de cuidar) a su personal y su finalidad son los usuarios. Pero, ¿no os gustaría que las bibliotecas fuesen tan conocidas como lo es Google? ¿En qué momento falló la conexión biblioteca e información para que llegase una empresa y se hiciese con “nuestro negocio”? ¿Fueron cuestiones técnicas e informáticas o quizás que estábamos tan ocupados con las colecciones y automatizaciones que nos adelantaron sin más remedio que mirar lo que hacen? ¿Hay un miedo latente de que nuestra generación se cargue lo que es una biblioteca para convertirla en algo que no tiene razón de ser a llamarse biblioteca? ¿Por qué llamarlas bibliotecas cuando son mucho más que eso? ¿Por qué depender de una administración pública que está llevando a la crisis a las bibliotecas? ¿Por qué no ayudar a Google a organizar toda su información (páginas web, libros) al igual que están ayudando algunas bibliotecas a la Wikipedia? ¿Por qué ver un enemigo (o competencia) en Google cuando podemos ser aliados?… Ahora bien: No te gustaría que las bibliotecas fuesen un lugar como Google? ¿Por qué las bibliotecas no se han convertido en lo que ahora es Google?

En respuesta a estas preguntas podemos encontrar la parte crítica en la cual se denota el miedo de las bibliotecas a evolucionar, no subirse al carro en los inicios de Internet, estar más pendiente de los procesos internos que de la «orientación al cliente» y la condenan al olvido, así como la diferencia entre ambas entidades desde el punto de vista público / privado (aunque no habría ningún inconveniente en que las bibliotecas se pareciesen a Google) y los que manifiestan que no hay ninguna necesidad en que las bibliotecas se parezcan a Google y que son perfectas como son. Luego hay respuesta que inciden en que la biblioteca es lo que el usuario quiere que sea (y no el bibliotecario, ni las administraciones), donde prima el acceso rápido a la información y la capacidad de ofrecer muchísimo más que Google (clasificación de la información, importancia de la información frente a los contenidos y veracidad de la misma, trato humano…), aunque queda mucho trabajo por hacer, como por ejemplo incidir en el parte de desarrollo tecnológico ligado a la información desde las bibliotecas. Otra serie de opiniones a estas preguntas hacen referencia a las bibliotecas como fuente de aprendizaje y que aportan un conocimiento inigualable frente a la información que puede aportar Google, por no hablar de que las bibliotecas son físicas mientras Google se basa en la virtualidad.

Al final del todo puede que la cosa sea bastante más simple de lo planteado: Las bibliotecas no pueden parecerse a Google, al igual que Google no puede parecerse a una biblioteca. Una frase que sentencia el conformismo en cualquier entidad y organización. Una frase que hace que cada uno vaya a lo suyo, aunque en este caso lo de Google podía parecer nuestro y que dejamos de lado por culpa de la falta de iniciativa (o conocimiento) al lanzarse las bibliotecas a Internet. Decir todo esto a «toro pasado» es muy fácil, !había que haber estado allí para vivirlo!… y ver que Internet no iba con las bibliotecas… ¿o quizás sí? Bonus Track: Si Google fuese una persona… ¿pensando en el bibliotecario?

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