En la lectura todo influye: las ganas que se tienen de leer, si el libro te engancha o no, el lugar donde se lee, si se está acompañado o solo en el momento de la lectura, el tiempo que tienes para leer… Y da igual que sea lectura en papel o lectura digital, la verdad es que a la hora de leer lo que quieres es adentrarte en una historia, aprender o informarte. Lo único que influye, también, en la digital es que el aparato te deje tirado y te quedes sin leer. Sí… también me ha pasado. Sé que con el libro en papel esto no me hubiera ocurrido.

¿Y por qué os cuento todo esto?… porque os quiero contar mi experiencia de un mes con un lector de libros electrónicos. Tras escribir el post “Las personas y el libro electrónico… una aventura de amor odio con final ¿feliz?” me vi en la necesidad de darle una segunda oportunidad tras 3 o 4 años de mi primera incursión en él. Tenía que empezar de cero… ya que el lector de libros electrónicos que tenía lo regalé al mes de tenerlo porque no le daba uso.

 

Primera cosa a tener en cuenta: No todos los libros electrónicos son igual de buenos ni tienen todas las funciones que crees necesitar. Digo esto porque el eReader que me compré era una maravilla, pero sin diccionario. Una colega del sector me dijo el otro día: “Lo que te has comprado no es un eReader”. Me hizo pensar en cuanta gente se comprará una castaña de eReader y abandonará porque no cumpla sus expectativas… y no hablo solamente de que tenga diccionario o no, ya que no influye en la forma de leer que traemos de herencia de la lectura en papel… sino del tema de los formatos compatibles, el tema de la pantalla y tono de las letras, si es compatible con el préstamo electrónico de mi biblioteca… Puede haber una gran lista de cosas a tener en cuenta cuando las personas lo único que quieren es leer.

Todo esto también me hizo pensar que bien es cierto lo que dice Stephen Hawking, y es que la tecnología está aumentando la desigualdad en el mundo. No todo el mundo puede que tenga, tirando por lo bajo, 70 euros para comprarse un lector de libros electrónicos y que puede que a los 2 o 3 años tenga que cambiar porque se le rompa con el uso o surjan nuevos formatos de lectura que no lea su aparato. Damos por hecho que todo el mundo tiene un dispositivo de lectura, como puede ser un smartphone, pero habría que ver la cantidad de móviles que andan muy justitos y que siguen funcionando a duras penas con un sistema operativo muy desfasado.

Antes de tener el eReader ya lo estaba sufriendo

No empecé con buen pie la segunda oportunidad que le di al lector de libros electrónicos. Lo compré por Amazon (una maravilla), al día siguiente lo tenía en casa y al día siguiente lo devolví porque no encendía. Como casi siempre cuando pasan las cosas, llega por medio el fin de semana y hasta el lunes siguiente no recibí el nuevo eReader. Así que me quedé sin probarlo todo el fin de semana.

El problema era que no me encendía. Probé a cargarlo y nada. Empecé a pensar que era una broma de muy mal gusto. Aún así tenía la mente abierta y no se lo iba a tener en cuenta… siempre y cuando no me lo hiciese nunca el nuevo eReader que me tenía que llegar.

Al llegar el eReader es el momento de la configuración

eReader con sistema operativo de android 4.3. La impresión que me llevo al leer esto: que está desactualizado, pero quería cogerlo con android porque me fío más de un android desactualizado que de un software propio que tenga que actualizar el fabricante. Es así.

Lo primero que hago es meter el wifi y darme una vuelta por el apartado de notificaciones. Meto mi correo electrónico, abro Facebook, abro Twitter… Acto seguido lo que hice fue quitar el wifi para no recibir notificiaciones. No quería usar el eReader para algo que ya tenía: una tablet o un smartphone.

Mi experiencia con eBiblio y el eReader

La verdad es que quiero agradecer a mi bibliotecaria (la cual no conozco) su rapidez en gestionarme el acceso a eBiblio y todo a través del correo electrónico y sin necesidad de ir a la biblioteca presencialmente.

Lo primero que hago al tener las claves de acceso a eBiblio es darme una vuelta por la colección y ver posibles títulos a leer. También me leí las preguntas frecuentes y configuré el Adobe Digital Editions para descargarme los libros electrónicos a mi cuenta. La verdad es que es un rollo el tema de tener que hacer este tipo de configuraciones y que se supone que todo el mundo sabe hacerlas, cuando hay gente que ni con instrucciones podrá hacerlo.

Por curiosidad cogí en préstamo “El guardián invisible” de Dolores Redondo al ser uno de los libros en papel más prestados en las bibliotecas públicas de España. Lo pedí en modalidad de descarga y que no se puede devolver antes. De haberlo podido hacer a las horas ya lo hubiese devuelto porque me di cuenta que ese libro no era para mi.

El libro electrónico se descarga en el ordenador en forma de fichero que únicamente se puede abrir con el Adobe Digital Editions. Al no saber muy bien como iba y al ver que no se ponía en el Adobe Digital Editions directamente lo volví a descargar. Al poco me di cuenta que había que pinchar sobre ese fichero para que se abriese en el Adobe Digital Editions.

La verdad es que para leer en eBiblio no es necesario tener un lector de libros electrónicos, basta con tener una tablet o un smartphone… pero no sé porqué pero prefiero hacer mis lecturas en tinta electrónica. Ahhh… ya sé porque, y es porque bastante tiempo paso delante de una pantalla lumínica (aunque se pueda poner en modo nocturno).

Lo bueno que tiene eBiblio es que no tengo que ir a la biblioteca a coger libros en préstamo. Lo malo también es eso, que dejo de ir a la biblioteca al ser mi principal motivo de ir coger libros en préstamo.

Miedo al Síndrome de Diógenes Digital

Incluso antes de tener el eReader ya estaba pensando en sitios de descarga de libros. Me entró un poco miedo al ver que empezaba a descargar más libros de los que me había leído en mi vida. Eso sí, todos colocados por carpetas y haciendo un listado para ver el orden de lectura.

A los pocos días seguía obsesionado con las páginas y las novedades. Ya no todo iba tan bien colocado en sus carpetas. Empezaba la acumulación sin sentido.

Mi experiencia lectora con un lector de libros electrónicos

Lo primero que se me pasa por la cabeza al iniciar mi primera lectura es que el tiempo que paso leyendo lo estoy perdiendo a otras cosas que hacía por la noche en el sofá de casa. Otras cosas como leer las RSS, ver el Facebook y Twitter, charlar con colegas y comentar el día con la familia.

Son los primeros días en los que me doy cuenta que la lectura de libros que no sean profesionales, para mi, la lectura solamente tiene sentido si voy en transporte público… y la verdad es que lo cojo bastante poco. Aún así quería hacer la prueba y sacrificar una hora por la noche para la lectura. Bendito sacrificio.

Algo a destacar y que me pasó en mi experiencia es tener ganas de leer el libro e ir a coger el eReader y ver que no tenía batería. Otra cosa curiosa a destacar fue la caída del del eReader sobre mi cara al leer tumbado (dolió, pero vi que era resistente con el golpe que se llevó luego en el suelo).

Algo que noté al poner la luz en la pantalla para leer a oscuras es que la luz parpadeaba un poco. Según pasaron los minutos eso que al principio era molesto se convirtió en imperceptible. Otro punto negativo (en el caso de ponerme muy quisquilloso) es que el refresco de las páginas no es tan rápido y que al tocar la pantalla no siempre pasan las páginas a la primera.

Al igual que cuando leo un libro en papel, cuando leo en electrónico las frases que más me gustan las comparto por Twitter. Me hubiese encantado que mi eReader me facilitase el poder compartirlas. Sé que hay aplicaciones que me lo permiten… pero no quiero perder la esencia de la simplicidad del lector de libros electrónicos.

Algunas cosas a tener en cuenta

Es inevitable pensar en la comparación con el libro en papel cuando algo falla en el lector de libros electrónicos.

Vivo con el miedo de una nueva caída y que se rompa, que se arañe la pantalla o que la tecnología falle. No es un aparato barato según el uso que veo que le voy a dar. Me quedan años para poder amortizarlo… si no vuelve a acabar regalado.

Lo bueno que tiene leer en electrónico es que nadie sabe lo que estás leyendo. Lo malo es que no puedes presumir de lecturas.

La lectura es un acto individual y egoísta. Las personas leen en solitario y no quieren ser molestadas cuando se está muy metido en la historia. Además se requiere un ambiente tranquilo y lo más silencioso posible. Esto también pasa en papel. [A no ser que estés dentro de un club de lectura o actividad escolar]

Es cierto que según van pasando los días al lector de libros electrónicos lo acabas llamando libro, así, sin apellidos.

También es cierto que en el libro en papel hay mayor sensación y control de lo que queda por leer. No es lo mismo ver en la pantalla que vas por la página 370/960 o que ya has leído el 39% a ver lo que quedan de hojas para llegar al final.

Cuando terminas de leer un libro electrónico no hay esa sensación de logro conseguido y que puedes mostrar a tus amigos o visitas en casa (o que las bibliotecas no pueden mostrar en sus estanterías). No es lo mismo ver una estantería llena de libros, que un alojamiento web lleno de libros.

Conclusión

La lectura da igual hacerla en papel o en electrónico, cuando una historia engancha no tienes esa percepción.

Para leer en electrónico tienes que rascarte el bolsillo para comprarte el eReader y luego el libro electrónico… en papel simplemente te tendrías que comprar el libro. Por ahora me he gastado 150 euros en lectura digital, en papel me hubiese gastado 20.

La tecnología es capaz de complicar un acto sencillo como es la lectura en papel. Las cintas de vídeo, los CDs, la fotografía en papel están en proceso de desaparición… ¿Por qué el libro en papel no?… Tan simple como ver que no hay tecnología entre un libro y una persona. La tecnología avanza y desaparece, pero si la única tecnología para leer un libro en papel es el ser humano creo que aún le quedan unos cuantos milenios para que la lectura en papel desaparezca.

Hago muchas lecturas profesionales en digital, es más, prefiero hacerlas en este medio… pero las lecturas por ocio me gustan tenerlas en papel. Puede que sea por temas de mentalidad de la posesión física de objetos y no de la posesión electrónica de ellos.

Lo importante es que se lea… y que la gente lea en el formato que le de la gana. Lo único es que este Rey (el libro electrónico) está desnudo aunque nos quieran hacer ver (por lo menos en España) que va vestido.

[Por cierto, la noche anterior a escribir este post el eReader me dejó otra vez sin leer. No quiso encenderse]

[Por cierto2, seguiré leyendo en electrónico… o quizás me pase a los audilibros]

Imagen cortesía de Shutterstock