Cuando una persona entra por primera vez en una biblioteca pública se abre ante ella un universo de posibilidades. Un sinfín de recursos, servicios y actividades la esperan con los brazos abiertos. Ella todavía no es consciente de todo lo que puede descubrir y recibir de la biblioteca. Tampoco sabe cuál es el precio de dicha incursión bibliotecaria. Pronto se dará cuenta de que todo lo que ve a su alrededor es también parte de ella. Ahora solo quedan las presentaciones y empezar a disfrutar de su biblioteca gratuitamente.
Tanto si alguien accede a una biblioteca pública como si sale de ella con tres libros bajo el brazo, el coste total directo para dicha persona será de cero euros. Esto se debe a que las bibliotecas públicas están financiadas y mantenidas por el conjunto de la sociedad a través del pago de los impuestos. Es verdad que me gustaría que fueran apoyadas económicamente mejor, pero también comprendo que cada persona tendrá sus prioridades y gustos. Así que, casi mejor no preguntar dónde queremos invertir nuestros impuestos. Eso sí, por favor, si alguien del gobierno me está leyendo: Apuesten más por las bibliotecas como motor de evolución de la sociedad.
Partiendo del punto de vista de coste directo nulo para las personas, en las bibliotecas públicas se puede disfrutar de un montón de recursos, aprovechar una gran cantidad de servicios y hacer un sinfín de actividades de manera totalmente gratuita. Yo te lo cuento a continuación a modo de introducción, pero lo mejor es que vayas hasta la biblioteca para que lo descubras en primera persona.
Todo lo que puedes hacer gratuitamente en una biblioteca pública (y mucho más que debes descubrir)
1. Simplemente estar en ella.
Las bibliotecas públicas son de acceso gratuito y siempre tienen las puertas abiertas para recibir a cualquier persona. Una vez que entres en la biblioteca, no dudes en informarte de todos los servicios que pone a tu disposición de manera gratuita. Aunque también puedes ir a la biblioteca pública y sentarte en un sillón para consultar tu teléfono móvil. Faltaría más, pero te recomiendo que la conozcas un poquito más ya que has decidido entrar.
2. Conectarte a Internet gratis.
Si tu primera elección ha sido sentarte en el sillón para navegar por Internet con tu teléfono móvil, que sepas que puedes conectarte a la red wifi de la biblioteca de manera gratuita. Así no tendrás que consumir tus datos y podrás aprovechar este recurso gratuito de la biblioteca. Ahora bien, es cierto que muchas bibliotecas tienen el wifi en abierto (sin contraseña) y en otras hay que ser socia de la biblioteca para poder utilizarlo.
3. Obtener el carné de la biblioteca pública.
Que no te asuste la palabra «socia». No lleva implícita una suscripción de pago mensual. Te puedes hacer socia de manera gratuita y tener entre tus manos el carné de la biblioteca. Así que, ya que has entrado en la biblioteca y has disfrutado de su sillón, ahora es turno de ir hacia el mostrador y pedir al personal bibliotecario que te informe sobre la documentación que debes presentar para hacerte socia de la biblioteca y disfrutar de todas sus ventajas.
Por cierto, entre sus ventajas estaría el acceso a las plataformas de préstamo de contenidos digitales de la biblioteca. A través de dichas plataformas podrás pedir en préstamo libros electrónicos y audiolibros, visualizar películas por streaming, y consultar revistas y periódicos digitales. Todo ello de manera online, gratuita y legal.
También entre sus ventajas es posible que encuentres descuentos en comercios locales y entidades culturales (museos, teatros, cines, librerías…)
4. Utilizar los ordenadores que hay en sala.
Por cierto, todos los ordenadores (los de la biblioteca) que ves a tu alrededor los puedes utilizar para conectarte a Internet, realizar trámites administrativos y trabajos ofimáticos. Además, puedes utilizarlos para consultar, ver o escuchar los DVD y CD que hay en la colección de la biblioteca. Eso sí, necesitarás unos auriculares para no molestar a nadie.
5. Consultar todos los libros que quieras.
Si lo que buscas es quitar la vista de la pantalla, simplemente levanta la cabeza y mira a tu alrededor. Verás que hay miles de libros que puedes consultar sin necesidad de sacarlos en préstamo. Esto lo podrías haber hecho desde el principio en lugar de sentarte en el sillón, pero no te culpo. Quizás no sabías que puedes explorar la colección de la biblioteca pública sin necesidad, incluso, de ser socia.
6. Utilizar el mobiliario de la biblioteca.
¡Faltaría más! La duda ofende. Claro que puedes utilizar el mobiliario de la biblioteca puesto a disposición de las personas. Además, ya utilizaste el sillón y comprobaste que nadie te dijo que no lo hicieras. Puedes dirigirte a una mesa y sentarte en alguna de sus sillas. En este espacio de ambiente tranquilo puedes leer un libro, un periódico o una revista, hacer los deberes, estudiar con tus apuntes, utilizar tu ordenador portátil… Incluso conectar este a la luz y a través de ethernet. Sí, también puedes recargar tu teléfono móvil.
7. Pedir ayuda al personal bibliotecario.
Quizás hayas llegado hasta la biblioteca con una concepción equivocada de lo que es el personal bibliotecario, pero me gustaría avanzar (y esto grábatelo a fuego) que está ahí para orientarte en tus necesidades informativas y ayudarte con todo lo que tenga que ver con la biblioteca. Son realmente eficientes en su trabajo, así que no te cortes en solicitarles información o ayuda.
Por cierto, también podrás solicitar ayuda e información a la biblioteca a través de sus redes sociales, teléfono, correo electrónico e incluso WhatsApp. Además, no te pierdas el servicio «Pregunte: Las bibliotecas responden» y póntelo en favoritos.
8. Utilizar los diversos espacios de la biblioteca.
Las bibliotecas cuentan con diversos espacios en los que poder sacar el máximo partido de tu visita. Por ejemplo, algunas tienen salas de estudio donde reina el silencio, salas de referencia en las que consultar distintos materiales para hacer trabajos, espacios con ordenadores para trabajar o consultar información, espacios/salas de trabajo en grupo para poder intercambiar información con otras personas… Incluso hay bibliotecas que cuentan con los llamados makerspace con herramientas y tecnología de todo tipo: desde destornilladores, soldadores y alicates hasta impresoras 3D, escáneres e impresoras y ordenadores con programas de edición audiovisual.
9. Llevarte distintos materiales en préstamo a casa.
Y todavía hay más: el servicio de préstamo gratuito de materiales para llevarte a casa. Así que no te vayas todavía sin tomar en préstamo unos cuantos libros, cómics o DVD a coste cero. Incluso hay bibliotecas que prestan instrumentos, juegos de mesa, herramientas o bicicletas. No dudes en consultar el catálogo de tu biblioteca para conocer toda la colección puesta a tu disposición.
Además, a través del catálogo en línea de la biblioteca podrás gestionar la reserva de materiales. También su renovación por si no te ha dado tiempo a leer un libro. Incluso podrás solicitar libros de otras bibliotecas pertenecientes a la misma red y luego devolverlos en cualquiera de ellas. Y si hay un libro que quieres y no está disponible en ninguna biblioteca, que sepas que puedes hacer una desiderata (propuesta de compra). ¡Todo son facilidades!
Por cierto, si lo que quieres es llevarte un libro a perpetuidad, quizás te interese darte una vuelta por la estantería que hay a la entrada de la biblioteca en la que pone el cartel de «gratis» o bookcrossing. Eso significa que te puedes llevar y quedar los libros para siempre. Estos libros, sobre todo, vienen de donaciones y no son de utilidad para la biblioteca. Seguro que hay alguno que te gusta y te viene de lujo para ampliar tu biblioteca personal.
10. Asistir a distintas actividades de manera gratuita.
Quizás venías a la biblioteca con la idea de que solamente había libros, pero ya has visto que son mucho más. Y es que son también espacios para la formación, el conocimiento, la evasión y la reunión con otras personas alrededor de actividades literarias y culturales. Las bibliotecas organizan un sinfín de actividades gratuitas y a las que puedes asistir. Por ejemplo, realizan clubes de lectura, talleres (digitales, de idiomas, de encuadernación…), presentaciones de libros, exposiciones, conferencias, visitas guiadas, conciertos… Además, también organizan concursos y certámenes literarios, entre otros.
Imagen superior cortesía de Shutterstock
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