Existen infinidad de formas de llamar a los Makerspaces: MediaLab, FabLab, Hackerspace… A los cuales habría que sumar los distintivos de su ubicación en una biblioteca: BiblioLab o Bibliomaker. ¿Cómo? ¿Qué todavía no sabes a qué me estoy refiriendo?… Perdona, fallo mío por no haber empezado por las presentaciones. Un Makerspace es un espacio dotado con tecnología y herramientas para la creación de ideas o proyectos individuales o en equipo.
Allá por el 2013 ya hablé de los BiblioLab en el «Informe APEI sobre bibliotecas ante el siglo XXI: nuevos medios y caminos». Movimiento maker que pudo tener sus primeros pasos en las bibliotecas de manos de Benjamin Franklin (el cual también fue precursor de las bibliotecas públicas) al usar a éstas para realizar algunos de sus primeros experimentos.
Por cierto que Franklin en el XVIII ya implantó makerspaces en las bibliotecas. En serio. #bibliomakers https://t.co/vDmnZ7eFgh
— Honorio Penadés (@ehonorio) 28 de marzo de 2017
Existen bibliotecas que están dirigiendo sus esfuerzos en la implementación de espacios dedicados a la creación, difusión y aprendizaje a través de contenidos digitales realizados por sus propios usuarios, es el llamado movimiento maker. Los Makerspace son espacios que las bibliotecas ponen a disposición de sus usuarios donde bibliotecarios y cualquier persona interesada en ellos pueden participar y hacer uso de las herramientas y elementos puestos a su disposición para la creación de música, vídeos, realización de talleres formativos… Lo que persigue con esto la biblioteca es acercar la organización a los más jóvenes y cederles un espacio de aprendizaje y creación digital. [Texto extraído del Informe APEI]
Ahora vuelven a aparecer con fuerza gracias a la jornada organizada por la Subdirección General de Coordinación Bibliotecaria en colaboración con Medialab Prado y la Embajada de Estados Unidos: «Makerspaces en bibliotecas públicas: Las bibliotecas públicas como lugares de producción de conocimiento y comunidad».
El objetivo de la sesión es abrir un diálogo en torno a la oportunidad que tienen las bibliotecas públicas para ser el escenario actividades que implican a los ciudadanos en procesos participativos de creación: qué papel tiene que desempeñar el bibliotecario, agentes implicados, qué importancia tiene la tecnología en estos proyectos, etc.
No tuve la oportunidad (ni el placer) de asistir a dicha jornada. Aún así me puedo hacer una idea de lo que allí sucedió a través de la difusión que se hizo del evento por medio del hashtag #bibliomakers.
El movimiento maker en las bibliotecas trata de dar acceso a la tecnología y alfabetizar tecnológicamente a las personas. Su objetivo es claro: que las personas puedan materializar sus ideas y proyectos. Para ello es importante que la tecnología tenga una relación directa con su comunidad (de usuarios y no usuarios), que se interiorice la cultura maker (aprender haciendo) por parte de trabajadores y colaboradores, y que se incite desde las bibliotecas la creatividad de las personas. A través de dichos espacios los usuarios crean valor, contenidos y conocimiento a individual y colectivo a transmitir, y además desarrollan sus habilidades. En cuanto al espacio comentar que este es importante. Debe ser flexible, abierto, que permita la colaboración, el trabajo en equipo y la experimentación, que sea visto como un punto de encuentro.
Me gustan mucho las ideas que recogió Esther Simón (Directora de Desarrollo del área de Biblioteca y Recursos de Aprendizaje de la UOC) en el blog de la biblioteca de la universidad en relación a esta jornada y que complementan a la perfección las ideas que capté a través de Twitter:
– La importancia de la colaboración entre entidades culturales y educativas;
– el uso de los laboratorios creativos como herramientas para atraer a nuevos usuarios que no estén familiarizados con los servicios bibliotecarios;
– la concepción de la biblioteca como espacio de compromiso ciudadano que pone a disposición instrumentos gratuitos para poder desarrollar actividades creativas;
– la innovación del modelo makerspace, basado en un usuario creador que genera valor y contenidos;
– la redefinición de la misión y la visión de las bibliotecas con proyectos transversales que se adapten a un nuevo entorno.
Destacar a la biblioteca de creación Ubik de Tabakalera por ser un referente en cuanto a Makerspaces en bibliotecas. Dicha biblioteca está vertebrada en 3 ejes: Aprender, Crear y Disfrutar. En el eje de creación destaca sus rincones con autoedición e impresora 3D, y también sus talleres.
Como biblioteca de creación, Ubik se desarrolla en base a tres ejes que se entrelazan: aprender, crear y disfrutar. De esta manera, y más allá de los servicios imprescindibles y básicos de toda biblioteca, estimula el aprendizaje y la capacidad creativa, tanto del público especializado en la materia, como de todas aquellas personas que tiene interés por el pensamiento contemporáneo, las artes, la tecnología, el audiovisual y el sonido, así como los videojuegos.
Otros proyectos interesantes en cuanto a Makerspaces en bibliotecas son: Fayetteville Free Library, YOUmedia, TechCentral, The Digital Media Lab, HYPE – Detroit Public Library Teen Center, Digital Commons at MLK, El LABoratori…
Consejos a la hora de planificar un Makerspace en la biblioteca: bibliomakers
Montar un espacio maker en la biblioteca no es algo que se haga de la noche a la mañana, precisa mucha planificación. Además, también es muy importante ver si va a tener sentido en función de la comunidad a la que se dirige dicha biblioteca. Y es que los espacios maker están llegando a escuelas, bibliotecas y otros lugares… pero, ¿cómo preparar un Makerspace? Leila Meyer nos da algunas claves para planear dichos espacios:
- Utilizar cualquier espacio disponible. Cualquier espacio puede convertirse en un espacio de producción.
- Crear un espacio activo para crear. Mobiliario y elementos que permitan la flexibilidad del espacio.
- Establecer la cultura maker. Establecer una cultura creadora y desarrollar una declaración de propósitos a conseguir de los usuarios.
- Visitar otros Makerspaces. Para obtener ideas y descubrir nuevas oportunidades.
- Involucrar a todas las partes interesadas. Preguntar a usuarios, empleados y colaboradores qué esperan de la iniciativa.
- Elegir las herramientas, materiales y tecnologías. Hacer una lista de las cosas que pueden ser de utilidad: impresoras y escáneres 3D, microprocesadores, robots, herramientas eléctricas, máquinas de coser, juguetes de construcción, cartón… Pero antes de todo: se debe conocer muy bien qué es lo que se quiere conseguir del Makerspace.
- Empezar poco a poco. Es mejor elegir hacer pocas cosas pero bien, que muchas y sin sentido.
También es interesante (y muy completa) la guía didáctica preparada por La Aventura de Aprender y que lleva por título «Cómo hacer un espacio maker».
Sin aprendizaje no hay aventura, ya que las tareas de aprender y producir son cada vez más inseparables de las prácticas asociadas al compartir, colaborar y cooperar.
De esta guía de aprendizaje se pueden sumar otra serie de consejos a la hora de crear el Makerspace en la biblioteca y asegurar (o tratar de asegurar) su éxito. Entre dichos consejos cabría destacar:
- Formar al personal bibliotecario.
- Buscar entusiastas que apoyen dicha iniciativa, aporten ideas y su conocimiento.
- Hacer el espacio en función de las necesidades detectadas entre la comunidad de usuarios y no usuarios.
- Dar difusión al nuevo espacio y promocionarlo por todos los medios y canales disponibles.
- Insonorizar el espacio. Algo muy importante teniendo en cuenta que estamos hablando de bibliotecas.
- Planificar las actividades.
- Celebrar la apertura / inauguración para hacer que el mayor número de personas acuda y conozca qué es ese nuevo espacio.
- Celebrar (y comunicar) los éxitos. Que se vea que es útil el nuevo espacio creado en la biblioteca.

Consideraciones a tener en cuenta a la hora de montar un Makerspace en la biblioteca
La American Library Association ha abierto en su página web un apartado de Preguntas y Respuestas (FAQs) sobre los Makerspaces en las bibliotecas: «Q&A: Makerspaces, Media Labs and Other Forums for Content Creation in Libraries»
En dicho apartado hace mención a los Makerspaces como una adaptación de las bibliotecas en su papel de fomentar y facilitar la creatividad y el ingenio de su comunidad de usuarios. Y que las bibliotecas son espacios de acceso a la información y realización de ideas en múltiples formatos. También hace referencia a la evolución e innovación tecnológica en las bibliotecas, y que éstas están capacitadas para proporcionar espacios físicos y virtuales donde los usuarios tengan acceso a la tecnología para crear su propio contenido, en múltiples formatos. El objetivo de todo ello es claro: crear, compartir y difundir contenido original.
Las bibliotecas son un foro público en el cual reunirse para compartir, enseñar y formarse. Por lo tanto, los Makerspaces deben de ser espacios accesibles a todo el público, aunque las bibliotecas pueden dar mayor prioridad a una comunidad definida de usuarios. Además, pueden buscar el apoyo de colaboradores para ponerlo en marcha o realizar actividades, crear espacios patrocinados o financiarse con dinero público. Las bibliotecas deben pensar cómo abordar el tema de los costes del material consumido o dañado: cobrar a usuarios, buscar patrocinadores, obtener ingresos a través de “Amigos de la biblioteca”, voluntariado…
En cuanto a la responsabilidad del uso de los medios puestos a disposición de los usuarios son bastante claros:
- Las bibliotecas no son responsables del uso ilícito de los espacios. Si se dan cuenta de ello tienen el deber legal y/o ético para intervenir.
- Cada usuario es responsable del uso que haga… pero las bibliotecas tienen que informar a cada usuario sobre cómo se usa.
No se pueden crear pistolas ni juguetes sexuales con impresoras 3D en las bibliotecas
- Estos nuevos espacios traen nuevos riesgos de responsabilidad a la biblioteca y a su personal. La biblioteca debe dejar bien claras las normas de uso y los cuidados a tener en su uso.
- La biblioteca puede establecer restricciones de tiempo, de contenido y sobre el mal uso.
Además hacen mención a algo muy interesante como es el reconocimiento de los autores / creadores de las obras en los Makerspaces de las bibliotecas:
Todo lo creado en estos espacios es propiedad de sus creadores, siempre y que no viole los derechos de otros. Las bibliotecas deben proporcionar información a los creadores sobre como proteger sus obras con patentes de derechos de autor, marcas comerciales o áreas de derechos.
Para terminar, algunas cosas más a tener en cuenta por parte de las bibliotecas:
- Las bibliotecas tienen que tener en cuenta las licencias de uso de los materiales y software.
- Las bibliotecas deben revisar y estudiar bien los acuerdos de asociación con otras entidades.
- Las bibliotecas no deben ser competencia con otras entidades locales o comercios.
- Las bibliotecas tienen que tener en cuenta la ley de discapacidad para hacer accesible estos espacios.
Imagen superior cortesía de Shutterstock
Articulo muy interesante e informativo, gracias.
Gracias Manu… :)
Sin dudas el desarrollo de makerspace son la tendencia hacía donde se encamina las bibliotecas del futuro. El “hacer aprendiendo” tan ligado al “do it yourself” es una de las constantes de la cultura digital, en donde la participación y la sociabilización del conocimiento se ven potenciadas por las nuevas tecnologías.
Muchas de las experiencias makers en bibliotecas están muy ligadas a la disciplinas STEM (Ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) y a veces se piensa que es necesario tener equipos tecnológicos como impresoras 3d.
Sin embargo también existen proyectos de creación de espacios digitales que reúnen por ejemplo la memoria local de una localidad o aportar contenidos colaborativos de interés en acceso abierto o incluso una simple reunón de ideas donde resolver problemas presentes en una institución mediante la participación de la comunidad.
Me encanta esta temática de makerspace, de laboratorios ciudadanos y de hacklab. Creo que la biblioteca tiene un rol importante en su desarrollo
Muchas gracias Ariel por tu aportación al post. Sin duda que queda enriquecido… :) Saludos
[…] Alonso-Arévalo, J. (2015). Alonso-Arévalo, J. and J. Alonso-Arévalo, J. and M. Agresta, M. Makerspaces en bibliotecas: el fenómeno Bibliomakers. Existen infinidad de formas de llamar a los Makerspaces: MediaLab, FabLab, Hackerspace… A los […]
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Interesante , todas las indicaciones mostradas.
Muchas gracias, Sussy… ?
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[…] bien es cierto que los Spacemakers están de “moda” y que las bibliotecas pueden ser un lugar ideal para desarrollarlos, es de […]
[…] maker o Bibliomakers para dar a las personas de unos espacios para la […]
Hola Julián,
Muchas gracias por la mención de la guía sobre “Cómo lanzar un espacio Maker” que preparé para La Aventura de Aprender. Espero que resulte muy útil para todas las personas que se animen a lanzar sus propios espacios.
Saludos,
César
Hola, César. Muchas gracias a ti por crear la guía. Seguro que está siendo de muchísima utilidad para las personas que se animan a crear espacios maker dentro de sus bibliotecas. Saludos!
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