He de confesar que vengo con las pilas cargadas tras el VII Congreso Nacional de Bibliotecas Públicas celebrado en Badajoz. Me atrevería a decir que este fue uno de los mejores eventos en los cuales he estado presente por la temática, los ponentes, el ambiente, el lugar, el trato recibido y el cara a cara con grandes compañeros y profesionales del mundo de las bibliotecas… En definitiva, que vamos a tener que empezar a creernos que el profesional de las bibliotecas es un cuerpo de elite capaz de adaptarse a los cambios sociales, económicos y tecnológicos. Yo la verdad es que cada vez, cada día que pasa, estoy más convencido de ello.
La cultura, la lectura y la biblioteca. Tres patas de una mesa que es completada por los profesionales de las bibliotecas. Bibliotecarias y bibliotecarios que ven y defienden a las bibliotecas como un servicio público de primera necesidad. La cultura como elemento de integración y un estado indestructible. La lectura como uno de los mejores rituales que el ser humano puede hacer y que gracias a ella (si se usa de manera correcta) muchos de los problemas que tenemos en la sociedad se solucionarían. Y la biblioteca como espacio público para la cultura cívica, que se adapta a los nuevos tiempos sin perder de vista el camino ya recorrido.
Bibliotecas: pequeños cambios, grandes mejoras
Si las bibliotecas han llegado hasta nuestros días es porque realmente son necesarias. Son un producto humano que se han ido transformando y evolucionando para adaptarse a las necesidades del momento y de la sociedad, y sin miedo a la palabra INNOVACIÓN. Bibliotecas cuya experiencia digital tiene que ir más allá del préstamo del libro electrónico.
Está claro que la adaptación de las bibliotecas tiene que ver con la utilidad. En el momento que perdiese ese componente de utilidad para la sociedad dejarían de tener sentido más allá de la preservación del conocimiento. Para eso es muy necesario saber escuchar a los ciudadanos, informarles, consultarles y hacerles partícipes en la construcción de lo que sería la “nueva biblioteca”, bibliotecas que no se queden únicamente en la adaptación de la demanda, sino que sean capaces de transformar dicha demanda. Una biblioteca basada en la transparencia, participación ciudadana y en la rendición de cuentas.
Las bibliotecas pertenecen a los usuarios (su gran fortaleza) y son mantenidas vivas por los colaboradores y los trabajadores que desempeñan sus funciones en ellas.
Las bibliotecas pueden cambiar el comportamiento social y se pueden apoyar del poder participativo de la sociedad, pero hay un problema… no todo los ciudadanos quieren participar en esto. Aún son muchas las personas que ven a la biblioteca y al bibliotecario como eran en el siglo XIX (aunque cueste creerlo) y ven que el objetivo principal de la biblioteca pública es solo y exclusivamente el acceso a la información (lo cual hace que lo tengamos cada vez más difícil por la gran competencia existente en Internet).
Las bibliotecas de todo el mundo deberían trabajar en red, cooperar y colaborar. Dejar de ser islas individuales para convertirse en archipiélagos del conocimiento. Las redes de bibliotecas son las que tienen la fuerza, no hay más que ver los catálogos colectivos como elemento de cooperación y unión entre bibliotecas. Además, no solo pensar en trabajar en red con otras bibliotecas, sino apoyarse de una red de amigos de las bibliotecas que creen opinión pública. Trabajar en cooperación entre colectivos y no solo pensar en individuos. Tienen que generar sinergias y alinearse con otras estrategias municipales.
Transformación, evolución, adaptación, utilidad e innovación que, guste o no, pasa por la gestión política (de turno) y a la cual hay que saber hacer llegar el mensaje de NECESIDAD.
Otro aspecto a tener en cuenta es que las bibliotecas tienen valor y no son un gasto. Cada euro invertido en bibliotecas se traduce en una inversión en la sociedad. Fesabid ya dejó constancia de ello en su último informe realizado que intentaba cuantificar y medir el impacto económico y social de las bibliotecas. Aquí unos datos sobre bibliotecas llevados al terreno de lo económico (aunque muchos piensen que no sea el mejor terreno); datos como que invertir 1 euro en bibliotecas se traduce en un retorno de 2,80 euros a la sociedad o que el 45,6% de las visitas a bibliotecas públicas se aprovechan para hacer pequeñas compras para el hogar o personales o se va a bares o restaurantes, gastando una media de 15,50 euros.
Por otro lado no está de más mirar hacia el futuro. Un futuro cargado de buenas intenciones de hacia donde van las bibliotecas o donde pueden llegar de aquí a pocos años. Buenas intenciones, o tendencias, recogidas en el informe «Prospectiva 2020: Las diez áreas que más van a cambiar en nuestras bibliotecas en los próximos años» [1] [2]:
- Tendencia 1. La gestión de las bibliotecas deberá flexibilizarse y sus actuaciones deberán integrarse más en las finalidades de las instituciones a las que sirven
- Tendencia 2. Se incrementará la cooperación: una mayor cooperación y colaboración ampliará el papel de la Biblioteca dentro y fuera de la Institución
- Tendencia 3. Los recursos públicos serán escasos y las bibliotecas deberán encontrar nuevas estrategias de ahorro y de financiación
- Tendencia 4. Los profesionales deberán tener perfiles flexibles y cambiantes y las bibliotecas necesitarán personal con conocimientos diversos; la formación dejará de tener un carácter unitario
- Tendencia 5. Las bibliotecas deben reforzar su función de crear comunidades, dotarlas de cohesión social y garantizar la igualdad de oportunidades de los ciudadanos en el acceso a la información
- Tendencia 6. Bibliotecas ágora o bibliotecas como tercer lugar
- Tendencia 7. Los espacios de las bibliotecas aún permanecerán como tales, pero serán flexibles, acogedores y sociales
- Tendencia 8. La educación, el aprendizaje y las habilidades serán la clave de la misión de las Bibliotecas
- Tendencia 9. Servicios que se adaptan a una realidad digital
- Tendencia 10. Estrategias innovadoras para gestionar fuentes y colecciones híbridas
También hubo lugar para la información de la nueva plataforma de préstamo de libros electrónicos en las bibliotecas públicas (eBiblio) y para dar información del Real Decreto 624/2014 o más conocido como el Canon de las Bibliotecas.
El bibliotecario como puntal de la evolución
El puesto de bibliotecario es uno de los mejor valorados por la sociedad. De hecho los ciudadanos califican el desempeño del bibliotecario con un 8 sobre 10. A esta magnífica nota hay que sumarle el poder de transmisión de nuestro amor por las bibliotecas públicas. Hacer que les llegue el mensaje y se CONTAGIEN.
Muy importante aspectos como el trabajo en equipo, la colaboración, cooperación y transversalidad, la capacidad de delegación de tareas en las bibliotecas, la capacidad de hacer mucho con poco, hacer que todos se sientan importantes en sus funciones para la consecución del objetivo final y se crean (y tengan en mente) que el proyecto que desempeñan es posible de realizar…
«Los bibliotecarios/as son especialistas en estirar los escasos recursos para sacar el máximo provecho» by @MariusAguilera #VIICNBP
— Baratz (@grupobaratz) noviembre 12, 2014
Está claro que la figura de un bibliotecario tiene que ser la de un líder capaz de atraer y arrastrar hacia los ideales de lo que es biblioteca (para todos) tanto al resto de personal como a los usuarios de la biblioteca. Es un bibliotecario con una voz reconocida ante el poder, prescriptor de la cultura y el conocimiento, es un bibliotecario movilizador y motivador. Capaz de tener ideas, de escuchar las necesidades y retos de los ciudadanos que van (y no van) a la biblioteca, que está pendiente y hace caso a los movimientos sociales y a la inteligencia colectiva. El bibliotecario debe trabajar la comunicación de la biblioteca y llegar a los ciudadanos a través de las redes sociales o prensa, en definitiva, utilizar los medios para “venderse”. También hay que estar pendiente y escuchar a los usuarios que no vienen a la biblioteca para conocer qué necesitan y porqué no vienen.
Voluntariado cultural y actividades en bibliotecas
Yo confieso que no es santo de mi devoción el tema de los voluntarios en ningún trabajo… pero también confieso que en el mundo de las bibliotecas quizás estuviese un poco más cegado por verlo como una amenaza más que como un apoyo.
¿Voluntarios?… ¿¿En bibliotecas??… ¡Mírame a los ojos! #VIICNBP pic.twitter.com/CUNcFz8RGI
— Julián Marquina (@JulianMarquina) noviembre 12, 2014
Tras el paso por el congreso puedo decir (seguir diciendo) que NO al voluntariado para hacer funciones y trabajos del bibliotecario, pero habría una puerta a este voluntariado (y que es lo que se vio en el congreso) para que realicen una serie de actividades complementarias en las bibliotecas y que realmente aportan ese plus de oferta de ocio o formación que a toda biblioteca le gustaría tener. A ese voluntariado le diría que SÍ.
Algo que se puede tener en cuenta de este tipo de voluntariado cultural es la motivación y la implicación con la que llegan las personas a la biblioteca. Aportan su conocimiento, entusiasmo, nuevas perspectivas e iniciativas. Por el contrario, hay una serie de puntos negativos, como son: la formación que hay que darle a muchos de estos voluntarios, la supervisión y que no hay mucha gente dispuesta a hacer labores de voluntariado.
Créditos de imágenes utilizadas de Shutterstock
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- Back view of businessman drawing sketch on wall
[…] Este blog que apenas ha tenido movimiento en varios meses se encuentra en fase de “refundación”. La estructura básica de la idea que lo hizo nacer continúa sin apenas cambios. Las personas que lo diseñamos en origen y que lo hemos hecho engordar aunque haya sido brevemente. Pero lo que ha cambiado mucho es la situación de cada uno de nosotros en nuestros respectivos puestos de trabajo y las nuevas ventanas abiertas en los mismos. Las bibliotecas públicas, móviles y fijas están reescribiendo su papel en la Sociedad actual con situaciones como la financiación, el perfil profesional y el papel del voluntariado o hasta el préstamo de pago y nosotros estamos obligados a hacer la misma lectura refundadora poniendo el foco en el ámbito que nos atañe, la Lectura Pública de ámbito Municipal. Desarrollamos nuestra labor en centros de información para los ciudadanos inscritos en Red y dentro de la Administración Pública. Ejercemos un conjunto de tareas multifacetadas y ofrecemos unos Servicios de caracter oficial y otros muchos de carácter oficioso, que hasta desde la profesión bibliotecaria nos cuesta cuantificar. Hay que estar a la vanguardia. […]
[…] ya un tiempo que escribí unas breves líneas sobre el tema del voluntariado en las bibliotecas a raíz de asistir al VII Congreso Nacional de […]