Esperad, esperad… que esta frase no es mía. Os voy a contar una historia de cómo alguien se metió con las bibliotecas públicas y multitud de personas salieron en su defensa. Una historia que tristemente es cierta, pero que asombrosamente ha sido un éxito para demostrar la utilidad, cariño y necesidad que las personas tienen hacia las bibliotecas. Solo me queda decir: ¡¡Larga vida a las bibliotecas públicas!!

Todo empezó el pasado 22 de octubre. El columnista del New York Observer, afincado en Londres, Andre Walker publicó en su perfil de Twitter el siguiente tuit: “Ya nadie va a las bibliotecas. Cierre las públicas y coloque los libros en las escuelas”.

El origen de este tuit se remonta a una petición de ayuda para crear conciencia sobre la necesidad de las bibliotecas para la sociedad y que viene de una situación complicada en Reino Unido con el cierre de bibliotecas públicas. Dicho tuit, escrito por Rachel H Campling (autora infantil), iba dirigido a una plataforma de apoyo para salvar la Biblioteca de Moulton y a la autora e ilustradora Cressida Cowell.

Cressida Cowell no dudó en mostrar su apoyo (entre otros muchos) citando dicho tuit con la frase “Las bibliotecas públicas y las bibliotecas en las escuelas primarias están cerrando. ¿Cómo pueden los niños de familias de bajos ingresos convertirse en lectores por placer?”.

Tuit sobre el cual Andre Walker no dudó en hacer su aparición estelar (o estrellada) con su ya famosa frase sobre que ya nadie va a las bibliotecas y que lo mejor eran cerrarlas. Todo podría haber quedado en una simple opinión más, pero no fue así…

Las masas tuiteras no tardaron en echarse encima del intrépido periodista. Él, mientras, siguió y siguió menospreciando y minusvalorando el trabajo de las bibliotecas públicas y de sus profesionales. Defendía su postura contra viento y marea. Le daba igual todo, lo único que quería era demostrar que su postura era la acertada.

La gente le decía que debían de haber bibliotecas públicas y bibliotecas escolares. Mientras, Andre, defendía su postura de que solamente eran necesarias las bibliotecas escolares.

Otras personas empezaron a mandarle fotos de gente en la biblioteca… pero Andre no cejó en su empeño de no ver a más de tres personas en ellas y de seguir apoyando su idea de cerrar las bibliotecas públicas para poner los libros en las escuelas, y así que todos los niños se beneficiasen de ellos.

Incluso las bibliotecas escolares salieron al paso diciendo que las colecciones de las bibliotecas públicas son para una comunidad de usuarios más amplia, mientras que las colecciones de las bibliotecas escolares deben estar más especializadas en su comunidad de usuarios. Andre no se echó para atrás y atacó al personal bibliotecario de ser perezosos para ejecutar un servicio completo.

Por no hablar del insulto al personal bibliotecario en general diciendo: “Los bibliotecarios son como los profesores de francés. Estos puestos de trabajo existen para pagar los salarios de gente triste que no puede conseguir trabajo”.

Salió al paso también un bibliotecario extremadamente cabreado con todo lo que estaba leyendo. No daba crédito y estalló contra Andre. Dijo que el gobierno había dejado sin presupuestos a los lugares públicos, entre ellos las bibliotecas. Que las bibliotecas son mucho más que libros… son acceso, tecnología, educación, información, encuentro… Que satisfacen las necesidades de su comunidad de usuarios y las demandas del siglo XXI. Terminó diciendo a Andre que si no tiene ni idea de lo que es una biblioteca pues que se quede en casa y cierre la boca… y que aún así también sería bienvenido en las bibliotecas.

Tuit sobre tuit iban cayendo sobre las espaldas de Andre. Muchas personas le hablaron de los servicios que se ofrecen desde las bibliotecas a la comunidad. Se demostró que la gente quiere a las bibliotecas y que él (Andre) tenía que hacer un mayor uso de las bibliotecas.

Incluso empezaron a llamarle por teléfono, y supongo que su buzón correo electrónico también estará repleto de correos mostrando el malestar de la gente. Ahí empezó a darse cuenta Andre de la popularidad de las bibliotecas.

Acorralado no le quedó otra que manifestar que si las personas usan las bibliotecas que muy bien, pero que él no las usará.

Luego empezaron a caer publicaciones en grandes medios como The Guardian, Dayly Mail, Mashable!, International Business Times… Por no hablar de las personas que le querían golpear o que le insultaban directamente.

Me gustaría destacar parte de la columna escrita por Rhiannon Lucy Cosslett en The Guardian:

Qué posición tan privilegiada para tomar, pensé, esta suposición de que estos espacios públicos vitales no son necesarios. Hablado como alguien que siempre ha podido comprar libros y revistas (o sospecho que no lo lee), que puede pagar por una conexión a Internet, que no necesita ayuda para llenar formularios del gobierno.

Hablando como alguien que no necesita refugio de la tormenta, no está confinado en su casa o solo o está tratando de escapar de una caótica vida hogareña, no es un nuevo padre preguntándose qué hacer con un ser pequeño e indefenso durante unas horas, porque está lloviendo y estás hecho polvo.

Hablado como alguien que, por dinero, egoísmo o ideales políticos, no necesita ni quiere sentirse parte de una comunidad que, para otros, le da profundidad, variedad y significado a la vida.

Después de unos días caóticos, Andre Walker tuvo de rendirse ante las más de 110.000 respuestas que tuvo su tuit. Y que supongo que con el paso de las horas y días serán muchas más.

Me gustaría aprovechar para dejarle a Andre dos post, solamente dos y que le llevarán menos de 5 minutos leerlos, sobre la importancia de las bibliotecas.

Hay personas que tienen miedo a reconocer sus errores, creo que Andre es una de ellas. Cometen un error y en lugar de disculparse siguen a la carrera y contracorriente. En el fondo creo que no piensa que las bibliotecas no son necesarias y que entra más en su forma de ser polémica [como la de Salvador Sostres en España]. Hay temas que crean más controversia que las bibliotecas, como la política, la religión e incluso el fútbol. Por suerte el tema de las bibliotecas tiene una única voz y es a favor de ellas.

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