Existe una buena cantidad de falsas creencias alrededor de las bibliotecas. Afirmaciones sin una base sólida que las sostenga, pero que forman parte del imaginario colectivo. Por ejemplo, que las bibliotecas son aburridas, que el trabajo del personal bibliotecario no es estresante y que lo puede hacer cualquiera o que las bibliotecas van a desaparecer. Trataré de «poner los puntos sobre las íes» para que los siguientes mitos que orbitan alrededor del mundo bibliotecario se diluyan y se eliminen de toda aquella mente que los crean.

Vaya por delante que este desconocimiento puede tener varios factores, como una falta de comunicación efectiva para crear una imagen sólida de la biblioteca o como un cúmulo malas experiencias vividas por las personas que acuden a las bibliotecas y que son oídas por aquellas que no han ido o llevan mucho sin ir. Es verdad que ante esto poco se puede hacer… salvo tratar de revertir la situación y cambiar esa imagen que incluso el cine ha dado a las bibliotecas y a sus profesionales.

Es por eso por lo que hoy trataré de desmentir, o tirar por tierra, todas aquellas falsas creencias que hay alrededor de las bibliotecas. Mitos que debes sacar de tu cabeza y que te invito a que compruebes de su no existencia yendo a la biblioteca. También hay que tener en cuenta que existen excepciones, pero pondría la mano en el fuego para desmentir todas y cada una de las falsas creencias que existen alrededor de las bibliotecas y que te muestro a continuación.

Falsas creencias alrededor de las bibliotecas que debes sacar de tu cabeza

1. «Las bibliotecas son para personas con escasos recursos»

Las bibliotecas están abiertas para todas y cada una de las personas que estén dispuestas a disfrutar y a aprovechar sus servicios. Estas no discriminan a nadie por su origen, etnia, religión, ideología, género u orientación sexual, edad, discapacidad, recursos económicos o cualquier otra circunstancia personal o social. Todas ellas son bienvenidas para que descubran y utilicen todos los medios y recursos gratuitos de las bibliotecas.

2. «Las bibliotecas son aburridas»

Si algo caracteriza a las bibliotecas es la gran variedad de recursos, servicios y actividades que ponen a disposición de las personas. Estas ofrecen acceso a miles de contenidos en papel, digitales y electrónicos para aprovechar in situ o desde casa, celebran cientos de actividades alrededor del libro, la cultura y la alfabetización, sirven como espacio de reunión para el conocimiento y el entretenimiento… En definitiva, las múltiples funciones y facetas de las bibliotecas hacen que cada persona pueda aprovecharlas según sus necesidades e intereses.

3. «Las bibliotecas son solo libros»

Bien es cierto que los libros son una parte muy importante en las bibliotecas por su objetivo de fomentar la lectura entre la población, pero las bibliotecas son mucho más que eso. Son todo tipo de contenidos (libros, libros electrónicos, audiolibros, cine, series, podcast, música, bases de datos, bibliotecas digitales, repositorios…) en cualquier formato y soporte (físico, digital, papel, electrónico, streaming…), son información veraz puesta a disposición de las personas para ser transformada en conocimiento, son formación, reunión y entretenimiento. Es decir, sí, las bibliotecas son libros, pero también mucho más.

4. «Las bibliotecas solamente tienen contenidos antiguos, no tienen novedades»

Pese a la escasez de recursos económicos, las bibliotecas se esfuerzan para añadir nuevos títulos a sus colecciones. Por toda persona interesada en el mundo bibliotecaria son conocidos los bajos presupuestos con los que cuentan las bibliotecas. No obstante, y pese a las dificultades económicas, cada cierto tiempo suelen adquirir novedades, tanto físicas como electrónicas, para crear colecciones de interés y utilidad para sus personas usuarias.

5. «Las bibliotecas no aceptan donaciones de libros»

Esta falsa creencia choca directamente con la anterior. Es decir, si hay poco dinero para comprar novedades, ¿por qué no aceptan donaciones para ampliar sus colecciones? A ver… El objetivo de una biblioteca no es tener una enorme colección hasta convertirse en un gran almacén, sino tener una colección que se amolde a los objetivos e intereses de sus comunidades. En ocasiones nos queremos deshacer de libros que tenemos en casa y pensamos que las bibliotecas los aceptarán de gran agrado. Lo que no pensamos es que quizás esos libros ya los tengan en sus colecciones o que no sean de su interés. Te pido que, por favor, no te quedes con los mensajes virales cuando una biblioteca no acepta una donación, ya que estas están dispuestas a aceptar tus libros, siempre y cuando sean de interés y aprovechables para la comunidad bibliotecaria.

6. «A la biblioteca solo van estudiantes»

Bien es cierto que una gran parte de las personas que van a las bibliotecas son estudiantes, pero no son los únicos. Esta tipología de usuarios encuentra en las bibliotecas un lugar idóneo para estudiar y consultar rápidamente cualquier recurso de interés, pero no es la única tipología de personas que van a las bibliotecas. En ellas se pueden encontrar desde un público infantil y juvenil hasta personas mayores y jubiladas. Una amalgama de personas de diversa índole y profesiones. En definitiva, personas de muchos tipos con intereses distintos en la utilización de las bibliotecas: estudiar, aprender, investigar, entretenerse, obtener información, leer, pasar el rato, reunirse con otras personas…

7. «Cualquier persona puede desempeñar las funciones del personal bibliotecario»

Y así es, cualquier persona puede trabajar en una biblioteca, siempre y cuando tenga la preparación y/o formación correspondiente. Siempre que vemos un trabajo desde fuera nos quedamos con lo superficial, sin mirar más allá. Pero trabajar en una biblioteca es mucho más que colocar libros y hacer préstamos. Trabajar en una biblioteca requiere de unos conocimientos del área y unas competencias laborales que permitan llevar a cabo de manera satisfactoria las funciones encomendadas al puesto.

8. «El trabajo del personal bibliotecario es uno de los menos estresantes del mundo»

Todo puesto de trabajo tiene sus pros y sus contras, y el personal bibliotecario no iba a ser menos. Pese a la falsa creencia de la falta de estrés en estos profesionales, hay una larga lista de situaciones que causan estrés entre los bibliotecarios. Ya sabéis, y si no os lo cuento, que el trabajo de cara al público puede llegar a estresar hasta a la persona más tranquila del mundo, a lo que habría que sumar el exceso de trabajo debido a la falta de personal, la falta de apoyo administrativo y de falta de seguridad. Así que sí, el personal bibliotecario también tiene estrés. Ojalá que no hubiera sido así, pero lo es.

9. «Con internet, las bibliotecas son un gasto innecesario»

Internet ofrece de manera inmediata acceso a una gran cantidad de información y contenidos. Es difícil competir en igualdad de condiciones contra esta vorágine informativa y de recursos, pero las bibliotecas tienen un as en la manga: información contrastada, veraz y confiable y acceso a contenidos de manera legal. No es que en internet no haya sitios de tal calado, pero se encuentran entremezclados los buenos recursos con los recursos que tratan de desinformar u ofrecer noticias falsas. Lejos de parecer rivales, las bibliotecas y sus profesionales encuentran a internet como un aliado perfecto para realizar búsquedas informativas y acceder a contenidos provenientes de fuentes fiables. Además, las bibliotecas forman a las personas en utilizar la Red y realizar búsquedas para que sean independientes y no caigan en la desinformación o el engaño. Para terminar con este apartado, y para que quede claro: ¡Las bibliotecas no son un gasto, son una inversión!

10. «Las bibliotecas van a desaparecer»

La trayectoria actual de las bibliotecas, pese a los intereses de algunas personas, no pronostica su desaparición en las próximas décadas. La verdad es que, más allá de este espacio temporal, no sabría decirte a ciencia cierta si continuarán tal y como las conocemos hoy en día o evolucionarán con nuevos espacios y servicios. Si algo caracteriza a las bibliotecas es su poder de adaptación y reconversión. Con esto quiero decir que las bibliotecas seguirán existiendo por muchos años, pero quizás algo distintas. Al igual que las bibliotecas de ahora son distintas a las de hace varias décadas. Así que solamente me queda decir: ¡Larga vida a las bibliotecas!

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