Lo peor de las excusas es que muchas veces tratamos de autoconvencernos de que tenemos razón. En ocasiones estas excusas son infundadas y tratamos de no ponerles solución. No os cuento nada nuevo si os digo que el 36% de las personas no lee nunca o casi nunca y que los principales motivos para no hacerlo es que no les gusta o no les interesa, que no tienen tiempo o que prefieren emplear su tiempo en otro tipo de entretenimientos.

 

Toda excusa tiene su solución… pero esta solución tiene que surgir de nosotros mismos. De nada sirve que enumerar soluciones para dichas excusas si no ponemos nada de nuestra parte. Si nuestra excusa es que no tenemos tiempo, quizás lo podamos encontrar en nuestros viajes en transporte público. Si nuestra excusa es que no sabemos qué leer, podemos tratar de dejarnos recomendar por profesionales, familiares o amigos. Si no leemos porque los libros son caros, podemos tratar de hacer uso de la biblioteca más cercana… Para casi todas nuestras excusas puede haber una o más soluciones, pero lo dicho: tenemos que poner de nuestra parte.

A continuación destaco las excusas más comunes para no leer libros… y doy algunas soluciones para que a partir de ahora nos convirtamos en grandes lectores. Eso sí, sin presiones. No hay que tomarse la lectura como un acto obligatorio. Hay que leer si realmente queremos hacerlo, pero al menos que no se diga que no lo hemos intentado.

1. No tengo tiempo para leer libros

Es verdad que siempre andamos a mil cosas y que el tiempo es uno de nuestros bienes más preciados, y escasos. El trabajo, estar con la familia y amigos, hacer la compra, hacer deporte, dormir… Todo se “paga” con tiempo.

Leer libros requiere de tiempo (tampoco es necesario que sea mucho) y concentración… y no en ocasiones es difícil conseguir que ambas cosas se alineen para hacer una lectura placentera.

La solución ante la falta de tiempo para leer libros es tratar de aprovechar los momentos (aunque sean pequeños) para tener un libro cerca y ponerse a leer. Momento como cuando se va en el transporte público, se está en la playa, en la sala de espera del médico, antes de dormir… Cualquier momento es bueno si la lectura es buena.

2. Si yo ya leo, pero no libros

Nos pasamos la vida leyendo, es verdad. Los periódicos y revistas, Internet, las redes sociales, la publicidad… Todo lo que nos rodea es lectura, pero no necesariamente de libros.

La lectura nos aporta información… e incluso comunicación. Pero no leer libros es dejar un vacío en la exploración de nuestra imaginación. Y es que los libros nos pueden formar y nos dan el conocimiento que de ningún otro modo podríamos conseguir.

La posible solución para empezar a leer libros es convencerse de su utilidad y pensar en el crecimiento, tanto personal como profesional, que va a aportar sus lecturas. Sin duda que esta una solución precisa de motivación y convencimiento personal para llevarla a cabo.

3. Prefiero hacer alguna actividad en grupo y no aislada como es la lectura de libros

En la mayoría de ocasiones la lectura de libros es un acto íntimo y de recogimiento. Leemos de manera individual y para nosotros mismos. Llevado al extremo podría ser considerada, incluso, como un acto egoísta al no querer que nadie nos moleste mientras leemos y hacer que todo lo que pasa a nuestro alrededor nos resulte indiferente.

Pero la lectura no tiene por qué ser un acto individual. Hay varias formas de compartir lo que se lee, y aquí las soluciones, como por ejemplo leer en voz alta para otras personas o asistir a clubes de lectura con los cuales compartir nuestras vivencias lectoras.

4. No sé que libro leer

La elección de un libro para leer no es una tarea fácil, aunque tampoco tiene que ser vista como algo imposible o complicado. Es verdad que por lo general se tiene cierto temor a que un libro defraude y tenga que ser abandonado al considerar como imposible su lectura, lo cual nos puede desmotivar.

La solución ante la excusa de no saber qué libro leer puede estar en dejarse recomendar y asesorar. Dejarte recomendar por tus lecturas anteriores o por tus gustos, dejarte recomendar por tu librero y por tu bibliotecario, por tus familiares y amigos… e, incluso, dejarte recomendar por sitios web y que te ayudarán a elegir tu próxima lectura.

5. Para qué leer el libro si está la película

Leer un libro nos puede llevar (y según velocidad de lectura, tiempo y enganche que se tenga) entre un día y un mes… ver una película sobre ese mismo libro solamente necesitará de nuestra atención durante dos horas.

Visto de esta parece que lo lógico y sensato podría ser ver la película, pero no vamos a quedarnos únicamente ahí. Vamos a ir un poco más allá y a demostrar que se pueden hacer ambas cosas y luego elegir el método que más nos ha gustado.

Existen dos posibles soluciones: 1) Leer el libro y después ver la película. Esto nos hará que nuestra mente cree los personajes y situaciones desde cero, por lo que potenciaremos nuestra imaginación y ejercitaremos nuestra mente. Y 2) Ver la película y después leer el libro. Esto nos hará ir con mayor agilidad en el libro y descubrir partes del libro que quizás hayan sido obviadas en la realización de la película.

6. Leer libros me aburre y pienso que pierdo el tiempo con ellos

Dar con un libro que no acaba de engancharnos, en cierto modo, desmotiva. Es verdad que cuando empezamos a leer un libro ponemos muchísima ilusión en él porque el autor nos gusta, la temática nos llama la atención o porque hemos leído muy buenas críticas sobre él.

Y es cuando se llega a ese momento en el cual vemos que el tiempo empleado en él es tiempo que se lo estamos quitando a otras actividades y que nos pueden gustar más. Lo cual puede hacernos no volver a intentar leer libros y emplear el tiempo en otras cosas por miedo a no perder más el tiempo.

Una posible solución para que un libro no llegue a aburrirnos y no se nos pase por la cabeza que es una pérdida de tiempo es estar muy seguro de que ese libro está hecho para nosotros. Quizás nos agobia su extensión, quizás la forma en que está escrito no nos convence, quizás esa temática no es para nosotros… Y como solución para engancharnos a la lectura de libros es empezar poco a poco. Leer libros no muy largos, de temática que nos vaya a aportar algo o nos haga conocer algo que nos interesa muchísimo, leer cuentos…

7. No leo libros porque me duermo

El problema puede que no radique en el libro en sí, sino en las horas que elegimos para leer dicho libro. Como he comentado anteriormente, no tenemos mucho tiempo (ni ratos) para leer libros y dejamos su lectura para después de comer o para antes de dormirnos. Horas que tienen cierto peligro por la somnolencia que nos pueden entrar.

La solución para no dormirse mientras leemos está en la postura que adoptamos a la hora de leer (si estamos muy cómodos en muy fácil dejarse llevar por el sueño), la iluminación de la estancia (si hay mucha o poca luz), si hay ruido de fondo o no… Hay que procurar no estar en la misma situación que incite nuestro descanso o que usemos para dormirnos.

8. No me llama la atención ningún libro

Existen infinidad de libros y de variadas temáticas. Puede que ninguno nos llame la atención porque al existir tal cantidad de títulos es más difícil centrarse en uno o da pereza empezar a buscar algún posible buen candidato para leer.

La solución para que algún título nos pueda llamar la atención reside en la selección y separar el grano de la paja. Sería conveniente empezar por buscar títulos de autores que hemos leído previamente y que nos han gustado. También sería aconsejable dejarse llevar por la temática que más nos guste… e incluso dejarse recomendar o sorprender con libros que nada o poco tienen que ver con nuestras lecturas anteriores.

9. Los libros son caros y no tengo ninguno en casa

El precio de los libros, la verdad, es que en ocasiones no ayuda mucho para fomentar el hábito lector de las personas. El precio medio de los libros en papel está en 22,20 euros y el de los libros electrónicos en 12,18 euros. Aún así no es válida la excusa del precio para no leer libros, ni tampoco la de no tener libros en casa.

La solución para esta excusa está en hacer uso de la biblioteca y su servicio de préstamo físico y digital, en pedir libros a familiares y amigos, en descargar libros electrónicos de sitios web y en tener siempre a mano o preparada una lista de libros que nos gustaría leer.

10. Leer libros no me sirve ni va a solucionar mis problemas

Nuestra mente suele estar ocupada casi todo el tiempo, y más si tenemos algún problema. No nos paramos a pensar en que la lectura nos puede ayudar con ellos, ya sea para desconectar o para informarnos sobre ellos.

Y es que la lectura tiene múltiples beneficios que harán que sí pueda ayudarnos a solucionar (parte) de nuestros problemas. Para empezar, la lectura ayuda a nuestro cerebro, activa nuestra memoria y hace que disminuya su pérdida. Hace que comprendamos mejor los textos, ganemos en gramática y en vocabulario. Aumenta nuestra curiosidad, razonamiento, pensamiento crítico, confianza… Si tuviésemos depresión o estrés también nos podría ayudar. Nos ayuda a relajarnos…

En fin, un sinfín de beneficios que deben hacer que no se busquen excusas para no leer libros.

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