El pasado 27 de abril emitieron en DocumentosTV «Descatalogados», y cuyo contenido estará disponible hasta el próximo 12 de mayo de 2014, un documental sobre la revolución digital y la transformación del mundo de la edición, la distribución, la forma de escribir y hasta la manera de leer.

Documentos TV - Descatalogados

Documentos TV – Descatalogados

La revolución tecnológica está transformando el mundo de las palabras. La información y la forma de mostrarla están cambiando. La edición de libros, su publicación y hasta la manera de leer, también. Pero, ¿cómo afectan todas estas innovaciones a las ideas y a nosotros como sociedad?

En dicho espacio se habló del libro físico como herramienta tecnológica capaz de hacer al lector olvidarse del formato de lectura y meterse plenamente en la historia que está leyendo sin distracciones provenientes por parte del formato. A su vez se comentó que el papel es el mejor vehículo para conservar la información y que todo avance tecnológico le está haciendo sucumbir forzosamente a un segundo plano hasta el punto de, quién sabe, dentro de unas décadas llegar a desaparecer. Y yo me pregunto, ¿cómo puede llegar a ser este capaz de materializarse la desaparición del libro en papel si enfrentamos la obsolescencia tecnológica frente a la perdurabilidad del mismo?

El año 2005 marcó una época en cuanto al cambio de lectura (papel VS. digital). En ese año los adolescentes leyeron más en Internet que en cualquier otro formato. Por otro lado se afirmó que al libro impreso le iba muy bien… pero que quizás no tanto a los editores trabajando por separado. Industria editorial que fue lenta en ver la tendencia del libro electrónico y que incluso parecía querer ignorar.

La Era digital está matando a los escritores profesionales que viven de sus textos e incluso a muchas editoriales que ven como los autores (profesionales, semiprofesionales y ameteurs) autopublican sus obras, los cuales, la gran mayoría, solamente consigue por ella unos 500$, o menos siendo, muy escasos los casos de éxito (Se comentó: «La información no es gratis… en algún momento hay que pagarla o no se creará»). Lo que está claro es que esta Era digital, o de Internet, está haciendo que la gente tenga mayor acceso a la información, información generada por todo el mundo con un teclado y conexión sin importar la credibilidad y veracidad de los textos. Internet es el nuevo escaparate en el cual mostrarse, de hecho en el año 2011 en EE.UU. el 76% de todas las revistas y libros se vendieron a través de este medio, y de eso se quiso aprovechar Google con la digitalización de libros (batalla que ganó en los tribunales).

Ahora bien, ¿son las bibliotecas las grandes perjudicadas de esta digitalización? Lo que está claro es que a los jóvenes les es más fácil buscar en una caja de búsqueda simple (véase Google) que entre los libros de una biblioteca, a la vez de verse metidas estas en una guerra comercial que lo único que hace es perjudicarlas. Esta transformación está haciendo que las bibliotecas se estén convirtiendo más en un punto de encuentro y dejando como opción secundaria el uso de los libros.

Las bibliotecas, o mismamente las escuelas, se enfrenta a jóvenes que pasan 7,5 horas diarias mirando una pantalla (o lo que es lo mismo: 116 días al año). Se habla de los nativos digitales y que qué bien aprovechan las tecnologías para comunicarse o jugar, pero lo que no pensamos es que son una generación de idiotas digitales en sus búsquedas de información. De ahí la importancia de generar un pensamiento crítico en estos jóvenes ante cualquier información, independientemente de su vehículo transmisor.

En cuanto a la lectura se comentó que todo el mundo leía, pero que no tienen porque ser libros, que es muy importante rodearse de libros desde pequeños y que el compromiso ante la lectura debe ser independiente de la tecnología utilizada.

Para terminar comentar que el consumismo y el ímpetu comercial de nuevos productos tecnológicos nos está llevando por caminos con un final incierto y cargado de dudas. ¿Cómo dejar de publicar en papel? ¿Cómo dejar de conservar en papel? ¿Cómo atrevernos a conservar en tecnologías con fecha de caducidad de 10 – 15 años? ¿Cómo dejar que la obsolescencia tecnológica mate la perdurabilidad del papel?