El personal bibliotecario tiene un repertorio de frases que fluyen de manera natural y espontánea, como si fueran parte de su ADN. Frases que han sido grabadas a fuego en lo más profundo de su ser y que repiten una y otra vez en su jornada laboral. Frases que van desde un simple «¿en qué puedo ayudarte?» hasta «¡silencio, por favor!». Pero lo que las hace especiales es que, aunque se repitan una y otra vez, siempre suenan diferentes, como si cada vez fueran una improvisación única.
Ni que decir tiene que el personal bibliotecario posee una sorprendente habilidad para manejar situaciones difíciles en ambientes que parecen tranquilos. Bastaría con recordar que son profesionales expertos en lidiar con problemas que otros consideran imposibles de resolver. Y lo que es más sorprendente aún, lo hacen con una tonalidad diversa que puede variar desde la calma hasta la firmeza, dependiendo de la situación. Por eso, no es de extrañar que en un momento estén ayudándote a solucionar un problema y en el siguiente estén recordándote algo que se suponía que ya debías saber con palabras que no entiendes. Ya estés en un lado o en el otro del mostrador, recuerda mantener la calma. Ya sabes que el trato con el público, en ocasiones, es difícil y a veces pagan «justos por pecadores»
El profesional más entusiasta te recibirá con un «¡Bienvenidos a la biblioteca!» nada más entrar por la puerta. Pero, ¿qué pasa una vez dentro? El personal bibliotecario se convierte en un guía experto que te ayudará a encontrar ese libro que buscas o a descubrir nuevas lecturas. Sin embargo, hay frases que son escuchadas una y otra vez, frases que parecen ser un mantra para el personal bibliotecario. Por ejemplo: «Por favor, no habléis en voz alta», «Recuerda devolver el libro en su plazo» o «En la biblioteca no se puede comer». Parecen frases repetitivas, pero en realidad son indicadores de una actitud respetuosa hacia las demás personas y hacia los recursos de la biblioteca. Así que, ya trabajes en una biblioteca o seas usuario de la misma, recuerda esas frases y ayuda a mantener la biblioteca como un espacio acogedor para todas las personas. Ahhh, y no olvides saludar al entrar y despedirte al salir. Y la sonrisa y la amabilidad siempre ayudan.
Frases comunes que escucharás al personal bibliotecario o que dices en la biblioteca que trabajas
- Hola / Buenos días / Buenas tardes
- ¡Bienvenidos a la biblioteca!
- ¿Todavía no eres socio de la biblioteca?
- Para llevarte el libro tienes que ser socio.
- Ser socio de la biblioteca es gratuito.
- No, no tienes que pagar. Llevarte el libro a casa es gratis.
- Recuerda devolver el libro en su plazo.
- No te puedes llevar este libro, solo está disponible para su consulta en sala.
- ¿En qué puedo ayudarte?
- ¿Buscas algún libro en particular?
- Juraría que el libro no estaba en estas condiciones.
- Lo siento, las reglas son las reglas.
- Que sepas que no está todo en Google.
- La biblioteca no es una sala de estudio.
- Para trabajar en la biblioteca hay que estudiar.
- No he leído todos los libros de la biblioteca.
- [Tono irónico] ¡Pues claro que me he leído todos los libros!
- En la biblioteca no leo. Tengo mucho trabajo que hacer.
- No me da tiempo de aburrirme en la biblioteca.
- No estoy leyendo porque no hay nadie. Estoy catalogando.
- En la biblioteca no se alquilan los libros, se prestan.
- El libro está prestado.
- No, ese libro no lo tenemos.
- Pues si no está ese libro en la estantería, está perdido.
- Podemos pedir el libro a otra biblioteca.
- El libro que buscas está en aquel pasillo. Estantería derecha, balda tercera…
- No, no te puedo prestar el libro indefinidamente.
- Aceptamos donaciones de libros, pero…
- No hago declaraciones de la renta.
- Los animales no están permitidos en la biblioteca.
- Lo siento, no te puedo prestar el bolígrafo. Es el único que me queda.
- ¿Necesitas un libro? Pues aquí hay muchos.
- Dime qué te gusta y te recomiendo un libro.
- Sí, tenemos también libros electrónicos, audiolibros y películas en línea.
- ¿Necesitas ayuda con la máquina de autopréstamo?
- Una vez que termines con el libro no lo coloques en la estantería. Déjalo en el carrito y ya lo colocamos.
- Como ya te he comentado…
- ¡No gritéis! Estamos en una biblioteca.
- Por favor, no corras.
- Por favor, ponte los auriculares para escuchar el vídeo del ordenador.
- No puede ser. Ya está aquí.
- Mi trabajo no está lo suficientemente pagado.
- Este año no tenemos dinero para nuevas adquisiciones.
- ¡¡Santa paciencia!!
- Una reserva tiene prioridad sobre una renovación.
- La biblioteca no es una guardería.
- ¡Silencio, por favor!
- Por favor, no habléis en voz alta
- Shhhh, shhhhhhhhhh… hablad más bajo que hay gente estudiando.
- El baño está por allí.
- En la biblioteca no se puede comer.
- Tu usuario ha sido bloqueado por el sistema y no puedo hacerte el préstamo. Seguro que tienes un libro sin devolver.
- Este es el catálogo de la biblioteca y puedes buscar también los libros desde casa.
- ¿Has intentado buscar el libro en el catálogo?
- ¿Necesitas ayuda con el catálogo?
- El horario de la biblioteca es de…
- Atención, en 15 minutos cerramos la biblioteca.
- Se ha caído el sistema y no puedo hacerte el préstamo. Pásate mañana por la mañana.
- Está todo controlado.
- No, la biblioteca no abre el domingo.
- Los libros no se clasifican por color o tamaño.
- Por favor, silencia el teléfono móvil.
- Perdona, no se puede hablar con el teléfono móvil dentro de la biblioteca.
- ¿Me has entendido?
- Déjame que lo intente.
No puedo dejar de agradecer enormemente a mis colegas su colaboración en la redacción de este post. Gracias a estas personas, he aprendido que el personal bibliotecario es capaz de dominar un auténtico «arte» para controlar toda clase de situaciones. Su conocimiento, su experiencia y su dedicación son impresionantes, y gracias a ellas, ahora tengo una idea clara de lo que significa tener un verdadero control en este ámbito.
Imagen superior cortesía de Shutterstock
Muchas gracias, Julian.
Este post lo leemos con una sonrisa porque es verdad que casi todos los días pronunciamos varias de las frases que has puesto. Y seguirá así hasta el infinito…
De nada, Lucía. Muchas gracias a ti por aportar tu granito de arena… :)