Lo prometido es deuda… y como tal lo hice. En el post «Y el día llegó… el día en que las bibliotecas pagarán por el préstamo» dije que iba a reclamar a CEDRO la cuantía correspondiente de los derechos de mi libro por préstamo en bibliotecas para devolvérselas a estas. La respuesta de CEDRO: me corresponden 0 euros.
Sé que mi libro «Plan Social Media y Community Manager» no es un libro fuera de serie y que todo el mundo quiera leer y llevárselo para casa… pero tengo constancia que sí se presta por colegas bibliotecarios que así me lo han comentado. CEDRO alega en un correo electrónico que me mandaron a los pocos días de enviar mi solicitud de remuneración como no socio que no me correspondía ninguna cantidad ya que las instituciones de las bibliotecas y otros centros que hacen préstamos de obras protegidas no han facilitado datos de préstamo de mi libro.
Ahora bien, y ya con el Real Decreto 624/2014 en funcionamiento, no sé cual será el proceso para obligar a las bibliotecas y demás instituciones a dar esos datos a CEDRO. Se aventura una buena y feliz historia del policía y el ladrón… donde al final el ladrón resultó ser el bueno de la película.
CEDRO no es la ONG de los autores
Que quede claro que CEDRO no es la ONG de los autores. En ningún momento esta entidad dice serlo, así que tema zanjado. Pero… ¿por qué digo esto?… pues por lo siguiente (y que es a mi modo de entender todo lo que dice en su página web y demás documentos colgados):
- Se recauda el dinero de todas las obras con derechos de autor, otra cosa es que el autor quiera recamar dicho dinero. Si no lo reclama pues bien para la entidad recaudadora y si se reclama pues se lleva un pellizco de tal cantidad.
- De la cantidad reclamada se restará la parte correspondiente a otras entidades que hubieran mandatado a CEDRO la gestión de este derecho.
- De la cantidad resultante se deducirá el 20% para desarrollar la función asistencial de CEDRO.
- Igualmente se deducirán tanto el descuento de administración aplicado como el importe de la provisión determinada por la Junta Directiva para hacer frente al pago de las cantidades que en su caso se deriven de las reclamaciones efectuadas a la Entidad por este derecho.
Lo que comentan algunos colegas en medios sobre el asunto
Son muchas las asociaciones, medios y colegas que se han hecho eco (como no) de este despropósito. Colegas como Ariel Brito en la entrevista de radio que le hicieron en Radio Dunas (y que os recomiendo escuchar) o colegas como Bernat Ruiz en su blog, declaraciones de ANABAD-Galicia ante el decreto o la asesoría jurídica legalment y que dice (con toda la razón) que este Real Decreto penaliza la adquisición de obras, penaliza la ampliación de número de usuarios, no favorece a la investigación y la docencia, y que no tiene en cuenta el criterio del autor.
Manuel Gil en su post «Cui prodest: contra el canon de préstamo en bibliotecas»
El origen de este asunto proviene de 1992. Algunos países nórdicos estaban seriamente preocupados por las importaciones de libros de lengua inglesa, lo que les llevó, en un intento de proteger la creación intelectual autóctona, a plantear la necesidad de una tasa compensatoria de sus autores nacionales. Veían con claridad que su propia lengua y su industria editorial corrían muchos riesgos. Pero no olvidemos que ni esos países, ni sus sistemas bibliotecarios, nivel de población, renta, cultura, tasas de lectores, etc., son ni remotamente parecidos a los países del sur, ni los sistemas bibliotecarios son comparables, y mucho menos al español.
José Antonio Merlo-Vega en su post «La sinrazón del canon por préstamo bibliotecario»
CEDRO informa en su memoria de 2013 que ingresó 0,17 millones de euros por este concepto, al tiempo que muestra su queja porque “La mayoría de las instituciones obligadas al pago no hacen efectiva su responsabilidad” (Memoria CEDRO 2013). La negativa de las instituciones públicas a pagar es lógica, ya que la normativa es contradictoria y la representación de los autores no está unificada.
[…]
1. El sistema es injusto, porque cobra por promover la cultura
2. El sistema es inadecuado, porque no beneficia a los autores
3. El sistema es ilícito, porque permite recaudar sin derechos
4. El sistema es arbitrario, porque no se ajusta a indicadores reales
5. El sistema es antisocial, porque resta financiación a un servicio público
6. El sistema es erróneo, porque se basa en planteamientos falsos
7. El sistema es absurdo, porque penaliza a quienes mejor hacen su trabajo
8. El sistema es desproporcionado, porque vuelve a cobrar por derechos ya pagados
9. El sistema es insidioso, porque se establece con intereses particulares
10. El sistema es pernicioso, porque ataca a las bibliotecas públicas
Algunos apuntes finales a tener en cuenta sobre este canon
- Los libros que compran bibliotecas también pagan derechos de autor, no están exentos. Volver a cobrarlo es un total despropósito.
- Aunque haya personas y entidades que las cantidades a pagar no son muy grandes que se lo pregunten a organizaciones donde el presupuesto es de cero euros. Cualquier pago ya es saldo negativo.
- En el caso de tener presupuesto parte de este iría destinado al préstamo de las obras con derechos de autor multiplicando los préstamos por los usuarios de la institución.
- Miedo me da pensar que las bibliotecas no compren libros para el préstamo (siendo este el servicio más valorado por los usuarios) o que incluso se nieguen a prestar libros a sus usuarios para que no se disparen las estadísticas.
- Es una tontería decir que el usuario no pagará ningún canon cuando las bibliotecas se sustentan con presupuestos cuyo origen son ellos. Está claro que no llegarán con 16 céntimos y se lo darán al bibliotecario… esos 16 céntimos se los cogerán de una manera que ellos no se den cuenta. (Y que presuntamente tiene nombre)
- La verdad es que me encantaría saber qué autores y qué editoriales están de acuerdo con dicho canon (creo que no son muchas) para no comprarles ningún libro para las bibliotecas.
- ¿Llegará la entidad recaudadora a embargar o denunciar a las bibliotecas que no les pague las cantidades que supuestamente les corresponde?… en esta vida nos queda mucho por ver. No lo descartéis.
- Y otra pregunta, ¿qué diferencia hay en leer un libro en la biblioteca o en casa? Lo digo porque si te llevas el libro fuera de la biblioteca cobran los derechos de autor sobre la obra, pero si no lo sacas pues aquí no ha pasado nada. Está claro, la biblioteca es lugar sagrado (tal y como compartió Pedro Quílez en su blog). A ver si se enteran.
[…] bibliotecas. Algunas muestras de ello son los siguientes comentarios de profesionales competentes: Reclamación derechos de autor (Julián Marquina), La sinrazón del canon por préstamo bibliotecario (José Antonio Merlo Vega), […]
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