Las redes sociales ofrecen una vía rápida, bidireccional y directa de comunicación de cualquier tipo de mensaje. Es verdad que muchas personas hacen uso de ellas en distintas formas, incluso con mayor o menor acierto. Nadie dijo que fuera fácil comunicar a través de las redes sociales. Pero lo que debe estar claro es que todas las personas, todos los sectores y todas las disciplinas tienen su hueco y su audiencia en las redes sociales.

La Ciencia también tiene (y busca) su papel protagonista en las redes sociales para ganar visibilidad e impacto. Ahora bien, ¿cómo comunicar Ciencia para llegar a otros científicos, investigadores e incluso a todas las personas? Desde la Universidad Complutense de Madrid han publicado el siguiente trabajo que trata de servir de guía para saber cómo comunicar Ciencia a través de los medios sociales: «La Comunidad Científica ante las Redes Sociales. Guía de Actuación para Divulgar Ciencia a través de ellas».

Actualmente consideradas como el canal de difusión de información más inmediato e interactivo, las redes sociales suponen una auténtica revolución en la comunicación en la que los medios han caído rendidos. En este contexto, las estrategias de comunicación científica en la Universidad del siglo XXI, desde la publicación de una nota de prensa sobre resultados de investigación hasta la organización de eventos, conferencias, actos o talleres de divulgación, entre otras actuaciones, quedan incompletas si no se las acompaña con una eficiente campaña de difusión y publicidad en redes sociales, pues está demostrado que aumenta exponencialmente su alcance mediático en la sociedad.

En el trabajo se destaca la importancia de comunicar Ciencia en las redes sociales y cómo ha ido aumentando el interés por hacerlo dentro de la comunidad científica e investigadora. En él se presentan las diferentes redes sociales (tanto genéricas como científicas) y los requisitos para gestionar la divulgación científica en redes sociales. También se ofrecen una serie de pautas y consejos para que los científicos se inicien en las redes sociales, además de la importancia del análisis y medición de la presencia y publicaciones realizadas en los distintos medios sociales.

De entre todos los bloques y puntos de esta guía para la divulgación científica a través de los medios sociales, me gustaría compartir el «Decálogo de la comunidad científica ante las redes sociales». A través de diez puntos se dan una serie de consejos / recomendaciones / buenas prácticas a la hora de divulgar la Ciencia a través de las redes sociales.

De entre todos ellos destaca la importancia de la planificación de los objetivos, la dedicación de tiempo requerida, la personalidad que hay que dar al perfil, la necesaria educación y (en ocasiones) sangre fría que hay que tener, la importancia de la interacción y el reconocimiento de errores, la adaptación del mensaje a un lenguaje entendible, el respeto a la competencia, la no divulgación de bulos / fake news, y la naturalidad en la presencia en las redes sociales.

Decálogo de la comunidad científica ante las redes sociales

1. Planificación

Conviene determinar bien nuestros objetivos en cuanto a los contenidos, la gente a la que nos dirigimos de forma preferente y las metas a alcanzar. Puede ser idóneo empezar por una sola red social, que en el caso de la comunicación científica puede ser Twitter, para ir ampliando después a otras redes y conseguir así multiplicar nuestra presencia.

2. Dedicación

Conviene utilizar las redes sociales con regularidad y dedicarles un tiempo diario, cuya duración mínima se cumpla rigurosamente. Al principio con precaución y escuchando, estableciendo contactos y después participando activamente. Pero siempre debemos ser regulares, procurando no tener altibajos en nuestra presencia, y buscar las mejores horas para llegar al público que nos interesa. Para ello puedes usar herramientas automáticas, pero no abuses de ellas, a veces nos juegan malas pasadas.

3. Personalidad

Aunque con frecuencia se encuentran perfiles que ocultan a quien está detrás, no practiques ni fomentes el anonimato, especialmente si pretendes comunicar ciencia y, en particular, tus áreas de investigación. El objetivo es también que tú te conviertas en una fuente de información respetable y respetada. Pero cuida tu privacidad, no conviertas tu vida en un espectáculo y separa el ámbito personal del profesional, salvo que lo hagas de forma controlada.

4. Educación

No habría ni que citarlo, pero las redes a veces se llenan de comentarios insultantes y desabridos. Discute, pero de forma educada y justifica con argumentos, no con principios de autoridad. Piensa un momento antes de enviar, especialmente cuando estés debatiendo. Y si sientes que estás especialmente caliente, piénsatelo dos veces.

5. Respuestas

Conviene contestar siempre a los comentarios y menciones que te hagan (aunque sea con un simple “me gusta”), incluso a los negativos. Esa costumbre ayuda a establecer nuevos contactos o reforzar los existentes y contribuye al diálogo. Y atiende siempre a quienes te pregunten o pidan información, es gente interesada en lo que haces y en lo que conoces.

6. Errores

Si crees que te has excedido o has enviado un mensaje erróneo (o que hubieses preferido no enviar) pide disculpas, pero no lo borres, salvo casos de gravedad, porque puede ser tarde para hacerlos desaparecer.

7. Mensajes

Comunica ciencia de forma comprensible, atractiva, con un arranque que consiga que la gente se fije. Cuenta anécdotas, algo de historia, el contexto que permite entenderlo, sus aplicaciones, actuales o futuras (pero sin generar expectativas falsas) y cualquier otra fórmula que se te ocurra. Y no olvides incluir imágenes, links, y citar a quienes pueden estar especialmente interesados en tus temas o en tu actividad.

8. Competencia

Ten siempre presente que estás compitiendo con otros científicos o divulgadores por la atención de miles de personas. Las redes sociales son un espacio-tiempo darwinista, donde sólo consiguen sus metas unos pocos, pero no hables mal de tus competidores; a veces pueden ser incluso tus aliados.

9. Desinformación

Los bulos sin fundamento circulan con profusión por las redes, así que no contribuyas a la difusión de spam, noticias falsas o publicidad. Antes de reenviar piensa si es aceptable la información y si tienes dudas es mejor contrastar antes. La rapidez es importante, pero la veracidad mucho más. Si puedes, intenta difundir los argumentos y datos que rebaten esos bulos para frenar su difusión.

10. Naturalidad

En definitiva, la clave de una acertada presencia en redes sociales es esta máxima: compórtate como lo haces en la vida real.

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