Para viajar al pasado no hace falta mucho equipaje, ni tampoco recorrer grandes distancias. Tanto las bibliotecas como los archivos digitales han facilitado dichas teletransportaciones, y en las cuales solamente hacen falta tres cosas: ganas de aprender, de conocer y de revivir tiempos pasados. Además de conexión a Internet, claro está.
La Biblioteca Digital memoriademadrid es una de esas bibliotecas digitales que nos proporciona un viaje al pasado de la ciudad a través de imágenes y documentos. Gracias al catálogo de esta biblioteca podemos conocer más sobre ese servicio de extensión bibliotecaria llamado «Servicio de Bibliotecas Circulantes y de Parques». Tema que también comentó en su blog dicha biblioteca digital hace unos años en el post: «Las Bibliotecas de Parques y Jardines (1919)». Por cierto, si os interesa el tema de las imágenes antiguas y las bibliotecas, no os perdáis el post: «25 fotografías vintage de bibliotecas y sus profesionales».
En octubre 1919 surgieron una serie de novedosas bibliotecas en la ciudad de Madrid. Eran las bibliotecas de parques y jardines. Su principal cometido era acercar los libros y la lectura a las personas como ya lo habían hecho otras grandes ciudades europeas y españolas, entre ellas Sevilla. Diez años después (y tras las bibliotecas creadas en el parque del Retiro y en el Parque del Oeste) se creó la biblioteca del Parterre del Retiro, la cual estaba destinada a un público infantil. En ella se prestaban libros, libros en lenguas extranjeras y juguetes (pelotas, cubos y palas, cochecitos, muñecos…).
María Jesús Martínez Martínez (Jefa de Unidad de Coordinación y Extensión Bibliotecaria) también ha aportado su granito de arena para el conocimiento de estas bibliotecas de parques y jardines. Dentro de la publicación «Leyendo Madrid. Cien años de Bibliotecas Públicas» (2015), y que homenajea el centenario de las bibliotecas madrileñas, escribió el capítulo «La extensión bibliotecaria comprometida con la inclusión social».
En Madrid, en octubre de 1919, a propuesta de la minoría maurista del ayuntamiento, se crean, paralelamente a la red de bibliotecas populares, un Servicio de Bibliotecas Circulantes y de Parques, con la Biblioteca Circulante Literaria formada por 2.000 volúmenes y el establecimiento de dos bibliotecas en los Parques del Oeste y del Retiro. […] El lector, para hacer uso del préstamo, debía acreditar la cédula de vecindad, el domicilio estable y conocido y entregar fotos para su identificación. La más grande se creó en 1929, se encontraba en el Parterre del Retiro y estaba destina al público infantil. Es de destacar que esa biblioteca contaba con libros en lenguas extranjeras, y con una peculiaridad, no solamente prestaba libros, sino también proporcionaba juguetes.
Aunque, y tal como se comenta en el documento del centenario de las bibliotecas de Madrid y en el blog, las bibliotecas dejaron de usarse y, tras ser abandonadas, desaparecieron. Aunque dos de ellas fueron recuperadas y restauradas para la Feria del Libro de Madrid de 1994.
Con el tiempo estas bibliotecas dejaron de utilizarse y sufrieron un abandono que en algunos casos llevó a su desaparición. Hoy sólo se conservan dos, después de haber sido restauradas en 1994 por la Feria del Libro de Madrid. […] En la actualidad han recobrado vida, aunque con otra versión, los ciudadanos dejan allí sus libros para que otros los utilicen, actividad conocida como bookcrossing.
Antes de dar paso a las imágenes, me gustaría destacar dos cosas que me han hecho reflexionar y abrir los ojos hacia el pasado de las bibliotecas, y dejar de mirar por un momento su presente y futuro para darme cuenta de que las bibliotecas no han dejado nunca de innovar:
- En las primeras décadas del siglo XX ya se pensaba que la biblioteca podía prestar algo más que libros.
- Cuando hablamos de innovación en las bibliotecas no hay que mirar únicamente a la innovación tecnológica. Innovar va más allá y tiene que ver con la novedad en los servicios. Este tipo de servicio, por ejemplo, ya fue calificado como innovador en El País: «el Ayuntamiento de Madrid, merecedor de aplauso por esta innovación».
Inauguración de las Bibliotecas de Parques y Jardines (ABC)

En enero de 1919 la minoría maurista del Ayuntamiento, encabezada por Ángel Osorio, propuso al Ayuntamiento la creación de pequeñas bibliotecas infantiles en parques o junto a estatuas de hombres célebres, a imitación de lo ya realizado en otras ciudades europeas y españolas.
Esta propuesta se materializó en octubre de ese mismo año con la creación de dos bibliotecas: una en el Retiro y otra en el Parque del Oeste, en principio como se lee en el periódico El País, “sin puertas ni guardianes” y con el lema «Estos libros, que son de todos, a la custodia de todos se confían».
Se trataba de sencillas construcciones de signo modernista, a modo de templetes, donde se situaba la estantería o librería con un cierre metálico y atendida por un funcionario que daba el préstamo correspondiente.
Inauguración de la biblioteca del parterre del Retiro

En el acto de inauguración de esta biblioteca el alcalde de Madrid invitó a los infantes D. Juan y D. Gonzalo a consultar el catálogo de la biblioteca y a que hicieran uso del servicio de préstamo. Se aprecia en la fotografía como ambos portan ya estos libros: un ejemplar del Quijote para el primero y un libro en inglés de láminas para el segundo, ya que la biblioteca contaba con un fondo de libros en lenguas extranjeras.
Inauguración de la biblioteca del parterre del Retiro. Cecilio Rodríguez presta una pelota a una niña

Una peculiaridad de esta Biblioteca es que no solamente prestaba libros, sino que también proporcionaba a los niños distintos juguetes. También había cubos y palas, cochecitos, muñecos, etc. Además, el día de Reyes se permitía a los niños llevarse los juguetes prestados como obsequio del Ayuntamiento.
Niños leyendo en la biblioteca del parterre del Retiro


Biblioteca del parterre del Retiro con el cierre echado

Una de las Bibliotecas de los Parques de Madrid, en el Parque del Oeste

Biblioteca de Pérez Galdós en el Parque del Retiro

Biblioteca del Parque zoológico del Retiro

Lectura al aire libre en parques y jardines

Ciudadanos leen en los bancos de la plaza de Barceló haciendo uso del sistema de quioscos de lectura implantado por la directora de las Bibliotecas Municipales, Enriqueta Ortiz de Rozas Fischer, tomando la idea de iniciativas extranjeras en marcha por aquel entonces. La foto fue sacada el día de la inauguración del quiosco; a la derecha del mismo, Vicente Nieto Ródenas, secretario de la directora, y a la izquierda Francisco García Serrano, ordenanza de la biblioteca.
La biblioteca sellaba las revistas y los periódicos por la mañana antes de colocarlos y por la noche se recogían de nuevo. Eran quioscos autónomos y al no tener vigilancia a lo largo del día la gente solía llevarse los documentos hasta que se creó conciencia. A través de este servicio, que se limitaba a los días y estaciones de buen tiempo, se quería dar a conocer mejor las bibliotecas municipales. Tuvo una gran acogida y se pusieron en varios parques, entre ellos este de Fuencarral, estando en funcionamiento durante varios años.
Las Bibliotecas de los parques (El País)

Artículo sobre la inauguración de las Bibliotecas de los Parques de Madrid en el que se informa que los libros no tendrán guardianes y que se confían a la custodia popular con el lema «Estos libros que son de todos, a la custodia de todos se confían». El autor se plantea si el concepto de propiedad colectiva está lo suficientemente arraigado en la sociedad.
Si la muchedumbre nos ha hecho retrasar la satisfacción de nuestro deseo de viajar por el Metropolitano, la lluvia nos impidió anteayer ver las Bibliotecas de los Parques de Madrid instaladas por el Ayuntamiento: la una, en el Retiro, entre las estatuas de Galdós y Campoamor; la otra, cerca del monumento a Federico Rubio, en el Parque del Oeste. Son dos armarios como los usados para exponer productos farmacéuticos en las Exposiciones, con libros empastados. Es un ensayo.
Todos deben ayudar a que dé buen resultado.
No es el primero el Ayuntamiento de Madrid en establecer esta clase de Bibliotecas; pero tampoco ha sido el último.
En uno de los Parques sevillanos hay una con libros de Cervantes. No sabemos qué obras contendrán las de Madrid; de seguir serán útiles al público y apropiados a la índole de estas Bibliotecas, porque Ricardo Fuentes, bibliotecario municipal, tiene mucho talento, exquisito gusto, es bibliófilo y conoce al pueblo y sabe de las necesidades del espíritu popular.
Las Bibliotecas al aire libre no tendrán puertas ni guardianes. Tienen esta inscripción: «Estos libros, que son de todos, a la custodia de todos se confía».
Hermoso lema.
Las Bibliotecas empiezan por educar. El pueblo de Madrid, ¿se hará digno o será indigno de esta confianza? No se puede tener en las Bibliotecas, ni aun en las particulares, porque gentuza vil señoritos mal educados, ladronzuelos por instinto, manchen los libros, los roben, si pueden, y cuando no, rasgan páginas enteras con estampas, viñetas o lo que del texto les interesa.
¿Pasará lo mismo?
¿El público hará con los libros lo que la chusma soez, bestia y de mala idea hace con las flores y con los árboles?
Hay gente que no comprende la propiedad colectiva. Cuando se le dice ese Museo, ese jardín, esa Biblioteca es tuya, es de todos, ya que no puede tomar posesión apoderándose de lo de todos, cerrando con murallas, carcas, tapias, verjas, puertas el Museo, el jardín, la Biblioteca, rompe, ensucia y roba. Hay hombres, como son los menos; los más harán o deberán hacer respetar lo que a la custodia de todos encomienda el Ayuntamiento de Madrid, merecedor de aplauso por esta innovación.
Me ha encantado el artículo y las fotos, gracias
Muchas gracias, Mayte… :)
Teresa Mañà, en diciembre de 2018, publicó un artículo sobre el tema en la revista BiD y que propone un breve marco teórico que justifica el origen de estas bibliotecas. Aquí os dejo el enlace por si puede ser de vuestro interés: http://bid.ub.edu/41/mana.htm
Un millón de gracias por la información y el enlace, Aurora… Saludos :)