«Una biblioteca pública es también una vacuna contra la pandemia». Ese es el titular de la entrevista realizada por el periodista Luis Martínez al cineasta y documentalista Frederick Wiseman en la sección de Cultura del diario El Mundo. Una entrevista en la cual hablaron, no solo del documental «Ex Libris: La Biblioteca Pública de Nueva York», sino que también de temas de actualidad como el coronavirus o la política estadounidense.

Señalar que Frederick Wiseman trata de manera magistral la simplicidad o normalidad de las bibliotecas en su documental. Su día a día y la heterogeneidad de personas que pasan por ellas y que disfrutan y utilizan la gran variedad de actividades, servicios y recursos. Es una de esas filmaciones que deberían de ser visionadas por todas las personas, y que quizás no utilizan tanto las bibliotecas, al retratar a la perfección el trabajo realizado de manera interna y de cara al exterior. También debería servir como punto de reflexión tanto para el personal bibliotecario para reforzar la imagen e importancia de su trabajo como para los mandatorios para que no abandonen las bibliotecas y las doten de los recursos necesarios.

Centrándome en la parte de la entrevista publicada en El Mundo y relativa a las bibliotecas y el documental de la New York Public Library, destacar un par de párrafos de Frederick Wiseman que debemos guardar en la memoria para reforzar esa imagen y para tener un ideario de motivos como para defenderlas a toda costa, ahora más que nunca como se comenta en la entrevista:

«Con lo que está pasando en Nueva York ahora mismo, cobra especial relevancia una institución pública como su biblioteca. Y en un doble sentido. Por un lado, es un depósito de la historia y del conocimiento universal, ésos que son tan necesarios tener presentes en épocas de desastres como ésta. Y, por otro, la biblioteca, como el hospital, la educación, los bomberos, la policía o el propio sistema de salud son, en su radicalidad, servicios públicos con una función pública. Olvidar eso nos condena. Es ahora, cuando la sociedad tiene que funcionar como una sociedad, cuando nos acordamos de todo lo que hemos hecho mal por el interés, el egoísmo o la despreocupación de algunos».

«Ahora con la pandemia, lo mismo. De repente, caemos en la cuenta de lo relevante que es una sociedad civil unida; caemos en la cuenta de que los servicios públicos son los que hacen que una sociedad pueda llamarse tal… Y nada mejor que una biblioteca como vacuna contra ésta y contra todas las pandemias que vendrán».

Para finalizar, os dejo este hilo de Twitter de Carme Fenoll sobre el documental:

Imagen superior cortesía de Shutterstock