La utilidad de las bibliotecas es indiscutible, más en tiempos de pandemia. No todo ha cambiado en ellas, pero sí la forma de ofrecer sus recursos, servicios y actividades. Son tiempos de asimilación, aprendizaje y reaprendizaje. Tiempos en los que afrontar un futuro tan desconocido como incierto en el ámbito bibliotecario. Momentos en los que más que nunca hay que apoyar a la ciudadanía en sus necesidades informativas, de conocimiento y de entretenimiento cultural a través de todos los medios y recursos disponibles.

Son tiempos difíciles, sobre todo para la biblioteca física. Pero las bibliotecas no pueden bajar los brazos y darse por vencidas. Basta con echar la mirada hacia atrás para darse cuenta de todo lo que han hecho cuando la pandemia azotaba con más fuerza en el mundo. Mirar hacia el futuro trabajando el presente con ideas, proyectos, unión, colaboración y ambición es lo que deben hacer. Y es que las bibliotecas también ayudan a combatir la pandemia. Una pandemia que golpea a la comunidad de la biblioteca, que limita el acceso tecnológico y a contenidos, y que pone en entredicho la fiabilidad informativa. Por suerte para esto sí que hay vacuna, y se llama biblioteca.

Ahora bien, ¿cuáles son los principales argumentos que demuestran que las bibliotecas ayudan a combatir una pandemia? Sin lugar a dudas que estaría el apoyo comunitario y la cercanía a la ciudadanía, el fomento de la lectura y el entretenimiento cultural, la difusión de información y fuentes confiables, la alfabetización mediática e informativa, el soporte para el desarrollo personal, educativo y para la investigación, y el acceso a la tecnología.

1. Las bibliotecas son un servicio de apoyo comunitario y de cercanía a la ciudadana.

La cercanía y apoyo a la ciudadanía es uno de los principales argumentos para combatir la pandemia desde las bibliotecas. La biblioteca es comunidad, y los problemas o dificultades de esta son también suyos. Las bibliotecas son capaces de liderar y/o apoyar iniciativas locales, además de coordinar y crear lazos con otros organismos y empresas para ofrecer servicios públicos, educativos y culturales adaptados a la situación. Incluso algunas bibliotecas disponen de espacios y tienen la iniciativa para convertirse en centros de acopio de distintos materiales de primera necesidad, además disponen de recursos para la creación de distintos materiales sanitarios mediante impresoras 3D (viseras protectoras y tubos para respiradores). También están cerca de su comunidad de personas usuarias, con especial atención a aquellas personas más vulnerables. Como personas dependientes a las cuales se les ofrece lectura a través de correo postal o telefónica, o personas con dificultades lectoras a las cuales se les ofrece talleres y clubes de lectura fácil.

2. Las bibliotecas fomentan la lectura y el entretenimiento cultural.

Algo que no puede fallar, ni parar, en las bibliotecas es el fomento de la lectura y el acceso a contenidos informativos, culturales y de entretenimiento. Las bibliotecas comparten tanto sus propias plataformas de préstamo digital (libros electrónicos, audiolibros, prensa, audiovisuales…) como otras plataformas externas de entretenimiento cultural, y que también son gratuitas para la ciudadanía. Además de la recomendación de contenidos, clubes de lectura, creación de material descargable, exposiciones virtuales, y encuentros con escritores (tanto para el público infantil como adulto), también crean retos literarios (haikus y microrrelatos), dramatizaciones literarias (cuentacuentos) y concursos con los que animar y entretener a la ciudadanía desde un punto de vista literario y cultural.

3. Las bibliotecas ofrecen y difunden información de fuentes fiables.

La infodemia es un problema, pero puede llegar a ser desastroso si se junta con una pandemia. Es ahí donde las bibliotecas deben ofrecer su visión de calidad informativa para evitar tanto las noticias falsas como los bulos. En definitiva, luchar contra las fake news ofreciendo información veraz de primera mano. No son pocas las bibliotecas que difunden por sus redes sociales información actual, veraz, fiable y de calidad, lo que las convierte en una fuente confiable tanto para la ciudadanía como para profesionales sanitarios, docentes e investigadores. Incluso hay bibliotecas que han creado apartados en sus páginas web, e incluso sitios web, desde los cuales difunden información de fuentes fiables. Espacios virtuales utilizados, sobre todo, para desmentir bulos, recopilar información local para informar de la situación, compartir noticias de actualidad de interés y para ofrecer estudios, informes e investigaciones a profesionales.

4. Las bibliotecas trabajan la alfabetización mediática e informativa.

La formación en los medios digitales e informativos se presenta como una necesidad básica en la actualidad. No solo es cuestión de ofrecer información y fuentes fiables desde las bibliotecas, sino también enseñar a cómo las personas pueden ser autosuficientes en sus necesidades informativas. Las bibliotecas realizan para ello talleres presenciales y online sobre recursos electrónicos, competencias informacionales, búsquedas de información, detección de noticias falsas…

5. Las bibliotecas brindan soporte para el desarrollo personal, educativo y para la investigación.

Aunque parezca que se pare el mundo, este no deja de girar. La superación pasa por afrontar la situación mediante la actividad que fomente tanto el desarrollo personal como la investigación para encontrar una solución. Las bibliotecas comparten información de interés para personas desempleadas, freelance, emprendedoras y empresas. Pero no solo para ellas, sino también para personal docente, investigador y sanitario. Las bibliotecas elaboran guías sobre el uso de recursos, comparten materiales de interés y celebran talleres que pueden ir desde la utilización de gestores bibliográficos hasta la creación de cómics, e incluso talleres de inglés y de cocina.

6. Las bibliotecas son facilitadoras de tecnología.

El acceso tecnológico es desigual por parte de la sociedad. No son pocas las personas que tienen acceso a la tecnología gracias a las bibliotecas. Es por ello por lo que las bibliotecas minimizan dicha brecha tecnológica facilitando equipos informáticos y tecnológicos (tablets, portátiles, MiFi, lectores de libros electrónicos…) a personas que se encuentran en situación vulnerable, incluso abren sus redes WiFi para que sean utilizadas libremente. Pero no solo es el acceso a dicha tecnología, sino también el asesoramiento que ofrecen a las personas en el uso de los dispositivos y acceso a recursos digitales.

[Texto publicado en la Revista Desiderata]

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