Las bibliotecas no son almacenes que buscan crear grandes colecciones de libros, sino lo que persiguen es crear colecciones de calidad y pertinentes para su comunidad de usuarios. Para ello es fundamental la selección, evaluación y compra de libros, pero también el expurgo, descarte o eliminación de aquellos que dejan de ser útiles por diferentes motivos. A muchas personas les puede llamar la atención que las bibliotecas se deshagan de parte de sus colecciones (incluso que tiren libros al contenedor de reciclaje), pero este proceso forma parte del ciclo vital de las bibliotecas.

Hay momentos en la vida de los libros que estos dejan de tener utilidad en las bibliotecas. Libros deteriorados, obsoletos, duplicados… en definitiva, libros que poco o ningún uso tendrán por su pérdida de interés. ¿Qué hacen entonces con ellos en las bibliotecas? Pues, ni más ni menos, que tratar de sacarlos de sus colecciones a través de distintas formas porque ya no cumplen con los objetivos por los cuales estaban dentro de ellas.

El expurgo es una operación técnica de evaluación crítica de la colección con vistas a la retirada de ejemplares, previa selección. Debe entenderse como una tarea imprescindible de la gestión de la colección. Pero, a su vez, como un elemento biblioteconómico saludable para mantener el equilibrio y la calidad de la colección. [«Guía para el expurgo de ejemplares» de la Red de Lectura Pública de Euskadi. 2013]

No es que las bibliotecas se pongan exquisitas con los libros que quieren tener en sus colecciones, sino que se rigen por una serie de normas, pautas y recomendaciones (como ya os mostré en el tema de la donación de libros en las bibliotecas) para crear colecciones de interés y utilidad para las personas. El artículo 8 del Real Decreto 582/1989 referente al Reglamento de Bibliotecas Públicas del Estado y del Sistema Español de Bibliotecas, comenta el tema de los expurgos en las bibliotecas:

Si, con motivo del recuento o por cualquier otra razón, resultara preciso, las Bibliotecas Públicas del Estado pueden iniciar expediente de expurgo. A tal efecto, la Dirección de la Biblioteca hará las propuestas oportunas y razonadas a la Administración gestora, que resolverá lo que proceda.

También las «Pautas sobre los servicios de las bibliotecas públicas» elaboradas por un grupo de trabajo formado por representantes del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, de las Comunidades Autónomas y de la Federación Española de Municipios y Provincias en el año 2002 detalla que el proceso de expurgo o descarte exige un análisis previo del entorno de la biblioteca para conocer las necesidades y expectativas de sus usuarios, un conocimiento profundo de la colección y un buen nivel de profesionalidad en su ejecución. También dice que debe practicarse la política de descarte de forma sistemática, procurando mantener el equilibrio y la calidad de la colección.

Ya en el año 2010, el Grupo de Trabajo de Selección Bibliográfica Cooperativa del Consejo de Cooperación Bibliotecaria elaboró el documento «Pautas para establecer una política de colecciones en una biblioteca pública». Documento en el cual la eliminación de fondos es tratada con mayor profundidad y detalle (y en el que baso gran parte de este post).

1. El expurgo crea colecciones de calidad y pertinentes para las personas.

La retirada de fondos de la colección de una biblioteca no es baladí ni aleatoria (mucho menos un acto de censura), sino que atiende a uno de los objetivos básicos de las bibliotecas como son la creación de colecciones pertinentes y de calidad para la comunidad de personas a las que atienden y sirven.

Las «Directrices IFLA/UNESCO para el desarrollo del servicio de bibliotecas públicas» dejan claro este aspecto en cuanto a la creación de colecciones:

Los fondos de la biblioteca son un recurso dinámico. Exige una llegada constante de materiales nuevos y la salida de materiales antiguos para que sigan siendo importantes para la comunidad y tengan un nivel aceptable de actualidad.

2. El expurgo se realiza de forma planificada y de manera sistemática sobre todos los fondos de la colección.

Todos los fondos de la colección son sometidos de manera sistemática y planificada a la política de expurgo o eliminación de la biblioteca. Como consecuencia de este proceso, algunos documentos serán retirados de la colección con el objetivo de mantenerla en las mejores condiciones posibles, y mejorar su calidad y accesibilidad.

En este apartado habría que tener en cuenta que, y según comenta el artículo 8 del Real Decreto 582/1989, «los manuscritos, los incunables y las obras de las que no conste la existencia de al menos tres ejemplares en Bibliotecas o servicios públicos, así como las que, por su relevancia, han sido declaradas Bienes de Interés Cultural, o están incluidas en el Inventario General de Bienes Muebles del Patrimonio Histórico Español, son objeto de especial protección, conforme a lo establecido en este Reglamento y normas de desarrollo. Estos fondos deberán ser incluidos en un inventario especial de la Biblioteca».

3. El expurgo de fondos de la colección atiende una serie de razones y a criterios objetivos y subjetivos.

Las principales razones para proceder al expurgo, como bien señala la «Política de desarrollo de la colección de la Gerencia de Servicios de Bibliotecas de la Diputación de Barcelona», pueden llegar a ser la falta de espacio, una mejora en la actualidad y calidad de la colección, una mejora en la accesibilidad, la renovación de la imagen (eliminando documentos deteriorados) o el traslado o la ampliación de equipamiento. Ahora bien, ¿cómo y quién decide que un documento de la biblioteca debe ser retirado de la colección? En el cómo entran en juego una serie de criterios objetivos y subjetivos, y en el quién es el personal bibliotecario el encargado de dicha acción:

  • Entre los criterios objetivos (aquellos que se pueden medir) estarían la antigüedad (fecha del depósito legal / copyright), la duplicidad (número de ejemplares), el uso (fecha del último préstamo), la accesibilidad (si está disponible en otras bibliotecas), las listas recomendadas (si dicho documento tiene presencia en bibliografías selectivas) y la redundancia (si existe presencia en fuentes más actualizadas).
  • Entre los criterios subjetivos (aquellos que dependen de interpretación y conocimiento intelectual) entra en juego la opinión del personal bibliotecario. Esta serie de criterios atenderían al deterioro del documento, a la calidad y actualidad de la información, y a la adecuación del documento sobre el conjunto de la colección.

4. El expurgo no implica la eliminación final de los fondos de la biblioteca.

El expurgo dentro de las bibliotecas no significa que los documentos seleccionados se vayan a eliminar directamente. Existe una serie de posibles soluciones, tanto si se considera oportuna la conservación de dichos fondos como si se opta por la retirada de los mismos:

  • En caso de que se considere oportuna su conservación:
    • Reintegración en su lugar de almacenamiento.
    • Reparación o restauración.
  • En caso de que se opte por su retirada:
    • Relegación externa a otro lugar de almacenamiento.
    • Depósito interno.
    • Eliminación.
    • Donación a otros centros.
    • Regalo / venta al público de la biblioteca.
    • Destrucción física.

5. Todo se mide y evalúa en las bibliotecas para tomar las mejores decisiones, el expurgo también.

Pocas tareas hay en la biblioteca que no se midan para dejar constancia de los hechos, evaluar su utilidad y tomar decisiones. El expurgo o eliminación de fondos también pasa por una serie de criterios e indicadores comparativos para conocer el estado de la colección de la biblioteca.

Existen indicadores para conocer la tasa de renovación y rejuvenecimiento del fondo (tasa de eliminación y ratio altas / bajas), indicadores relacionados con el crecimiento absoluto y relativo de la colección, e indicadores relacionados con el uso de la colección tras el expurgo:

  • Tasa de eliminación: Relación entre el número de documentos expurgados y el número total de documentos del fondo.
  • Ratio altas / bajas: Relación entre la cifra de adquisiciones y la de eliminaciones.
  • Tasa de crecimiento: Se calcula restando al número de adquisiciones la cifra de eliminaciones, relacionando el resultado con el número total de documentos del fondo. Se recomienda realizar un seguimiento de esta tasa por áreas temáticas.
  • Tasa de rotación: Número de préstamos en relación con el número total de documentos disponibles antes y después del expurgo.

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