Las bibliotecas escolares tienen un papel fundamental en la vida de los estudiantes, o por lo menos así tendría que ser. Un lugar destacado dentro de la comunidad educativa para el apoyo informativo y formativo del alumnado, profesorado y resto de trabajadores. En la actualidad no se puede concebir una biblioteca escolar como un almacén de libros con mesas para el estudio. No. La biblioteca escolar es un espacio vivo de dinamización comunitaria para el apoyo educativo… y todos debemos trabajar en su defensa y fortalecimiento.
No sabía que el post «Los estudiantes están dejando de utilizar las bibliotecas escolares… ¿Qué está pasando?» iba a levantar tantas ampollas. Creedme que no lo hice para atacar, sino para llamar la atención de lo que piensa el profesorado sobre las bibliotecas escolares, y que fue recogido en el «Barómetro CICLIP sobre la comprensión lectora infantil y primaria». Quien me conoce sabe que soy un acérrimo defensor de todo tipo de bibliotecas e iniciativas que fomenten el acceso a la información a través de distintas herramientas y formas, así como de los libros y la lectura. Y es por ello por lo que me gustaría aportar algunas propuestas sobre este tema y no dejarlo pasar.
Estoy de acuerdo con que para la defensa y fortalecimiento de las bibliotecas escolares podemos tener diferencias, distintos puntos de vista, pero lo importante es que vayamos todos en el mismo camino. Un camino en el cual trabajar juntos y ser parte de la solución para no incidir e incluir más problemas, y que irían en detrimento de los estudiantes y su desarrollo formativo y educativo. Más teniendo en cuenta datos como que el 47 % de los alumnos españoles (49 % en México, 37 % en Colombia, 34 % en Chile y 33 % en Perú) tiene dificultades y/o incapacidad para seleccionar fuentes de información fiables. Por no hablar, y según señala también el «IV Estudio sobre el uso de la tecnología en la educación», de la dificultad para conectar información y aplicar lo aprendido a otros contextos, las dificultades y/o incapacidad para seleccionar fuentes fiables, contrastar fuentes, la falta de imaginación y creatividad, el aprendizaje autónomo, el trabajo colaborativo, la merma de la comprensión lectora… En definitiva, los estudiantes tienen mucho que perder si no se cuenta con una biblioteca escolar.

También me gustaría comentar que bajo ningún concepto busco minusvalorar el trabajo que tantas personas hacen por las bibliotecas escolares. Hay una gran cantidad de proyectos notables y visibles en pro de las bibliotecas escolares, como por ejemplo Galicia y su Plan LÍA, el Grupo cooperativo de Bibliotecas Escolares en Red de Albacete, las Bibliotecas Escolares de Extremadura o la Red Andaluza de Bibliotecas Escolares, entre muchos otros proyectos (perdonadme los no mencionados). Y me agrada ver también que existe un «Marco de referencia para las bibliotecas escolares» elaborado por el Ministerio de Educación, una Comisión Técnica de Bibliotecas Escolares dentro de Consejo de Cooperación Bibliotecaria, e incluso un grupo de trabajo dentro del COBDC.
En los centros escolares la biblioteca es un espacio imprescindible. Un objetivo fundamental de la institución escolar es formar personas competentes en el uso eficiente de la información y para lograrlo son esenciales el tratamiento de la lectura y una adecuada conceptualización de la biblioteca escolar. Esta obra contiene las orientaciones dirigidas a los miembros de la comunidad escolar, especialmente a los responsables de las políticas educativas y a los asesores de la biblioteca del centro. A lo largo del documento presenta el modelo que el actual sistema educativo necesita, se señalan las condiciones básicas para su correcto funcionamiento o los ámbitos de actuación que, desde la biblioteca escolar, permiten el desarrollo de metodologías activas. «Marco de referencia para las bibliotecas escolares»
Pero, y lamentablemente, esa no es la realidad de gran parte de las bibliotecas de los centros educativos a nivel nacional. Realidad recogida en las últimas estadísticas de bibliotecas escolares elaboradas por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, y donde se menciona que el 42,3 % de las bibliotecas escolares abren menos de 5 horas a la semana, el 30,3 % cuenta con menos de 2.000 documentos, solamente el 5 % dispone de libros electrónicos o que el 47,2 % de los coordinadores / responsables de estas bibliotecas tiene formación específica en labores de biblioteca. Esa es parte de la realidad en la que trabajar… y es por ello por lo que busco incidir en aquellos centros en los que existe la biblioteca escolar pero no funciona como tal.
Propuestas para crear las bibliotecas escolares que los estudiantes se merecen y necesitan
- Una ley que aborde la necesidad de las bibliotecas escolares en los centros educativos y que «obligue» a sacar el máximo potencial de estas a favor de la comunidad educativa. Una ley que tenga en cuenta las necesidades informativas y de conocimiento de los estudiantes, así como la existencia de distintos soportes, formatos, herramientas y plataformas necesarias para la consecución de tal objetivo.
- Incluir a la biblioteca como un departamento más dentro del centro educativo. Planificar la presencia activa de la biblioteca escolar dentro del centro educativo, dando importancia a la biblioteca en el ciclo formativo de los estudiantes y como un recurso necesario e imprescindible más para que el profesorado pueda cumplir sus funciones pedagógicas. Es por ello por lo que el trabajo conjunto y en equipo entre biblioteca y profesorado es más que importante.
- Dotar de presupuesto o maximizar la inversión en las bibliotecas escolares. El marco de referencia comentado anteriormente señala que sería «razonable que este presupuesto sea entre el 5 % y el 10 % del total del centro». Sería realmente necesario por el bien de la biblioteca contar con tal cantidad para la compra de fondos, dispositivos y distintos materiales necesarios. Incluso valorar su ampliación en función de consecución de objetivos.
- Acciones formativas al conjunto de la dirección y profesorado de los centros educativos para concienciar o cambiar la mentalidad sobre lo que son y lo que no son las bibliotecas escolares. Hacer que los máximos responsables de las escuelas sepan ver y transmitir los valores de la biblioteca como un recurso vital para la información, el conocimiento, le creación, el aprendizaje y el entretenimiento en la vida formativa de los estudiantes.
- Ampliar los horarios de apertura de las bibliotecas escolares. En la actualidad 4 de cada 10 bibliotecas escolares abren menos de 5 horas a la semana y 2 de cada 10 menos de 10. Estos horarios de apertura tendrían que ampliarse desde la apertura hasta el cierre del centro educativo para dar una cobertura total a las necesidades del alumnado y el profesorado.
- Contar con profesionales cualificados a tiempo completo. Ya sea un profesor encargado de la biblioteca o sea un profesional cualificado y formado de carrera, la biblioteca escolar tiene que estar atendida y disponible en todo momento. Quizás desde el sector debamos perder el miedo a que un profesor gestione la biblioteca escolar, pero también pediría al profesorado y los centros educativos (donde incluyo al Ministerio) que pierda el miedo a que sea un bibliotecario cualificado el que gestione la biblioteca y le dé la oportunidad de que sea parte de la solución a los problemas existentes. Eso sí, al proponer en el punto anterior que la biblioteca debe estar abierta durante todo el horario escolar, qué mejor que contratar a un profesional bibliotecario.
- Favorecer el reciclaje, formación continua e intercambio de buenas prácticas entre los profesionales encargados de la biblioteca escolar. El mundo de las bibliotecas está en constante cambio y evolución, y es por eso por lo que la formación y el reciclaje del profesional encargado de la biblioteca es necesaria para captar ideas y nuevas formas de aprovechamiento de la biblioteca.
- Incluir a la biblioteca escolar dentro de los planes de estudio del centro educativo. Crear la asignatura «Biblioteca» donde se enseñe al alumnado distintas competencias digitales e informativas como son la búsqueda de información y la utilización fuentes fiables. Además de saber contrastar y citar fuentes, potenciar su imaginación y creatividad o trabajar en grupos alrededor de la lectura y la información.
- Establecer alianzas con las bibliotecas públicas y sus profesionales. Las bibliotecas escolares deben ver a las bibliotecas públicas y a sus profesionales como unos aliados en la consecución de la creación de una comunidad educativa fuerte, formada e informada.
- Crear un grupo de trabajo o comisión técnica unificada nacional que trabaje, favorezca y vele por la inclusión de las bibliotecas en los centros educativos. Que sea un órgano competente en la materia y que tenga representación profesional de las distintas comunidades autónomas o provincias. Además, que se deje guiar por profesionales expertos en el campo y aconsejar por las buenas prácticas ya existentes.
Todo lo que he comentado hasta ahora son solamente unas cuantas ideas. Pequeñas (pero grandes) propuestas que con la mejor intención del mundo trato de aportar para este debate que cada cierto tiempo sale a la palestra. Quizás también sirva para que muchos centros educativos conozcan la importancia de sus bibliotecas, así como la existencia de distintos documentos y grupos de trabajo que trabajan (valga la redundancia) por el bien de las bibliotecas escolares.
Imagen superior cortesía de Shutterstock
Excelente. Trabajo en una biblioteca escolae.
Muchísimas gracias, Roxana. Ojala estas propuestas sirvan para algo… :)
Las bibliotecas escolares son en primer acercamiento a las bibliotecas deben ser espacios incluidos en todas las escuelas
Totalmente de acuerdo contigo, María Alejandra… :)
Querido amigo Julián:
¡Cuántas décadas luchando por las Bibliotecas Escolares! ¡Cuántos planes, proyectos y propuestas! ¡Cuántas iniciativas públicas y privadas! ¡Cuántas actividades y propuestas llevadas a cabo gracias al interés, al esfuerzo y a la ilusión de maestros y profesores! ¡Cuántas jornadas, congresos, reuniones de trabajo! ¡Cuánto, durante los 40 años de democracia en este país, para tener que seguir reivindicando en el año 2019 lo que ya vindicábamos en los años 80 del siglo pasado!
Pero no cejaremos en nuestro empeño por intentar, al menos intentar, que en este país haya verdaderas BIBLIOTECAS ESCOLARES, como las hay desde hace años en otros países de nuestro entorno.
Un placer leerte, José Antonio. Sé de tu implicación y de la muchísimos profesionales que buscan sacar para delante a las bibliotecas escolares como un recursos imprescindible dentro de los centros educativos. Todo esto tiene que llegar a nivel político para que haya una apuesta consensuada y trabajada entre todos por el bien de los estudiantes. Espero poder verlo algún día. Un abrazo!
Los Dioses del Olimpo, el Dios de los judíos y los cristianos, Alá,… Y todos los dioses orientales y occidentales te oigan.
No seré yo quien tire la toalla o pierda la esperanza, pero después de lo que se intentó y no se consiguió en tiempo de vacas gordas, no creo que se consiga en tiempo de vacas flacas. En cualquier caso, aquí me tienes si puedo contribuir desde mi rincón a que el panorama cambie alguna vez. Un fuerte abrazo.
Tienes toda la razón del mundo, José Antonio. Ojalá que se les dé la importancia que merecen las bibliotecas escolares, tanta o más como la ya conseguida por varias de ellas… :) Un abrazo de vuelta
[…] necesidad educativa a ofertar desde todos los centros educativos apoyados (si así se estima) por bibliotecas escolares y bibliotecas públicas. Ahí lo […]