Antonia Ortuño, una vecina de Alhaurín el Grande, posee una habilidad impresionante para transformar libros en auténticas obras de arte bordadas. Hace más de una década, decidió llevar su pasión por el bordado al plano literario, creando su obra maestra: el Quijote de Cervantes. Sin embargo, el proceso no fue fácil y le llevó más de dos años completar las 25 páginas a doble cara. A pesar de ello, el resultado final es una pieza única que exhibe con orgullo en su mercería, junto a más de una docena de libros bordados con su propio encanto y estilo. La dedicación y la pasión de Antonia por este arte son evidentes en cada una de sus creaciones.

Además de haber bordado el Quijote, también ha llevado su talento a cuentos para niños, libros de cocina y ha colaborado con sus nietos en la creación de algunos otros. Actualmente, se encuentra trabajando en un proyecto ambicioso: un poemario completo que planea bordar en su totalidad. La creatividad de Antonia no se detiene, ya que trabaja en varios libros simultáneamente. Para ello, primero diseña el patrón en papel y luego lo transfiere a la tela para coser cada página, a la vez que lo prepara para encuadernarlo.

«Un libro en papel lo puedo trasladar a la tela. Calculo que cada página de estas me ha llevado, por lo menos, veinte horas de trabajo», destaca Antonia en A3 Noticias.

El arte del bordado se encuentra con la literatura en los libros de esta artista

Antonia cuenta con una fiel compañera en su arte, una máquina de coser a pedal que heredó de su madre y que se ha convertido en su gran aliada. Según comenta en una entrevista con NIUS, con ella no solo puede coser, sino también escribir, dibujar y colorear. De esta forma, en su proceso creativo puramente artesanal, Antonia no solo da vida a libros bordados, sino también a reproducciones de cuadros famosos y otras creaciones únicas y originales.

En su mercería «Bordar Ideas», Antonia se dedica a preservar la tradición del bordado y a transmitir su pasión y conocimiento a través de talleres para todos los niveles y edades. Defiende las labores manuales y el arte del bordado como una forma de relajarse y desconectar del estrés del día a día. Su compromiso y dedicación han sido reconocidos incluso por la Casa Real, que recibió uno de sus libros bordados, El Patito Feo, como regalo por el nacimiento de la princesa Leonor. Para Antonia, el bordado es su pasión, su terapia y una forma de preservar una técnica artística que merece ser valorada y transmitida a las futuras generaciones.

El arte de Antonia se construye puntada a puntada, letra a letra, ilustración a ilustración, página a página. Lo que comenzó como una afición se ha convertido en una auténtica biblioteca de libros bordados, una muestra del amor por el bordado y por la literatura. Antonia no solo se dedica a bordar libros existentes, sino que incluso se ha lanzado a crear sus propias obras literarias. Con su máquina de coser, da rienda suelta a su imaginación, creando historias únicas y llenas de color. Cada uno de sus libros es una obra de arte única e irrepetible, y una prueba de la dedicación y pasión que Antonia pone en su trabajo.

«Y colorín colorado, este cuento bordado se ha acabado».