Existen una amplia lista de personajes literarios que han dado nombre a una enfermedad. Personajes ficticios reconocidos en el mundo literario que han saltado de las páginas de los libros hacia el mundo médico y psicológico como trastornos mentales. Enfermedades neurológicas raras que suponen un auténtico calvario para las personas que las padecen.  

¿Quién le iba a decir a grandes escritores como Lewis Carroll, Mark Twain, William Shakespeare o a los mismísimos hermanos Grimm que los personajes de sus obras acabarían siendo de utilidad para definir enfermedades? Personajes literarios caracterizados por una serie de peculiaridades o excentricidades, las cuales son vistas como normales o como actos de superación en los libros, pero que representan una gran problemática para las personas que las sufren.

Confieso que más de un síndrome me ha dejado patidifuso. Como el Síndrome de Rapunzel, en el cual las personas ingieren su propio cabello, el Síndrome de Madame Bovary, en el cual las personas viven en un estado de insatisfacción crónica, o el Síndrome de Otelo, en el cual las personas están firmemente convencidas de que sus parejas le son infiel. Luego habría otros síndromes más aplicados al mundo mágico de la literatura. Como el Síndrome de Alicia en el país de las maravillas, en el cual las personas tienen una percepción visual distorsionada, o el Síndrome de la Bella durmiente, en el cual las personas sufren un trastorno de somnolencia excesiva. También hay otro que me ha llamado la atención porque estoy seguro que afecta a muchos hombres, como es el Síndrome de Dorian Gray (orgullo extremo por su apariencia personal y la aptitud de su físico).

Personajes literarios que dieron nombre a una enfermedad

1. Síndrome de Alicia en el país de las maravillas

La micropsia, del anglicismo Alice in wonderland syndrome (AiWS), es un trastorno neuropsicológico que distorsiona la percepción visual. Aquellos que padecen este trastorno experimentan distorsiones en la percepción de los objetos, viéndolos más pequeños de lo que realmente son (esto es la micropsia en sí mismo), macropsia (percepción de los objetos más grandes de lo que realmente son), pelopsia (percepción de los objetos más cercanos a lo que están) o telopsia (percepción de los objetos más lejanos a lo que están). También es común la distorsión del tamaño en la percepción sensorial. Este trastorno, popularmente conocido como el síndrome de Alicia en el país de las maravillas, recibe este nombre porque se cree que Lewis Carroll padecía esta enfermedad, obteniendo así su inspiración para su popular obra.

2. Síndrome de Anna Karenina

Anna Karenina es un personaje de ficción que protagoniza la obra literaria del mismo nombre, escrita por Lev Tolstoi en 1877. Este clásico de la literatura universal refleja las trágicas circunstancias en las que puede desembocar el amor demasiado intenso y apasionado. La protagonista, que en la novela está casada, se enamora locamente de otro hombre, un militar llamado Vronsky, y termina dejándolo todo por él. Y todo es todo, su marido, su posición social, su hijo, y finalmente su vida. El Síndrome de Anna Karenina está relacionado con un patrón afectivo obsesivo caracterizado por una dependencia absoluta de la figura amada. Quien padece este síndrome, al igual que la protagonista, es capaz de cualquier cosa con tal de estar al lado de quien ama.

3. Síndrome de la Bella durmiente o de Kleine-Levin

El síndrome de Kleine-Levin (KLS), también denominado el síndrome de la Bella durmiente, es una parasomnia rara de tipo neurológico que se caracteriza por episodios, de días o semanas de duración, en los que el paciente afectado presenta somnolencia excesiva y periodos de sueño prolongado de como mínimo 18 horas diarias (hipersomnia). Después de las crisis el comportamiento y las capacidades mentales vuelven a la normalidad, aunque a veces existe amnesia tras el ataque y no se recuerda nada de lo sucedido. El paciente puede presentar largos periodos, de semanas o meses y quizás hasta años, completamente libre de cualquier síntoma.

4. Síndrome de Cenicienta

El síndrome de Cenicienta fue creado por el Dr. Peter K. Lewin en 1976, en una carta al editor de la revista Canadian Medical Association Journal. En ella se describen las falsas acusaciones de algunos niños adoptados, de ser maltratados o descuidados por sus madres adoptivas.

El complejo de Cenicienta fue descrito por primera vez por Colette Dowling, quien escribió un libro sobre el miedo de las mujeres a la independencia, como un deseo inconsciente de ser atendidas por otros, basándose principalmente en el temor de ser independientes.

5. Síndrome de Dorian Gray

El síndrome de Dorian Gray (DGS) denota un fenómeno cultural y social caracterizado por el orgullo extremo de un hombre por su apariencia personal y la aptitud de su físico, que se acompaña de dificultades para hacer frente a los requisitos de la maduración psicológica y el envejecimiento de su cuerpo. El término «síndrome de Dorian Gray» se refiere al protagonista de la novela The Picture of Dorian Gray (1891), un hombre excepcionalmente guapo cuyo hedonismo y excesivo amor propio demostró ser perjudicial para los aspectos personales, sociales y emocionales de su vida, y quien buscó escapar de los estragos del tiempo y su propio estilo de vida decadente al tener un retrato sobrenatural de su edad en su lugar.

6. Síndrome de Huckleberry Finn

El personaje más famoso de cuentos que creó Mark Twain fue Tom Sawyer. Este era un chico valiente, travieso y despierto que pasaba por un sinfín de situaciones problemáticas, de las cuales salía adelante. Uno de sus grandes amigos era Huckleberry Finn. Huckleberry era un niño abandonado que vivía con una tía y tenía un padre que era malvado y alcohólico, toda una amenaza para él. Su padre lo secuestra y lo mantiene cautivo. Logra escapar y es ayudado por un esclavo en fuga llamado Jim. Ambos viven peligrosas y emocionantes aventuras, hasta que son rescatados por el valiente Tom Sawyer. Al ser un chico abandonado y con un padre cruel, se configura una estructura psicológica que caracteriza básicamente al Síndrome de Huckleberry Finn por dos rasgos: un vacío existencial y una búsqueda eterna de aquello que alivie su pena o le ofrezca felicidad.

7. Síndrome de Madame Bovary

Se entiende por bovarismo o síndrome de madame Bovary al estado de insatisfacción crónica de una persona (especialmente en el campo afectivo o amoroso), producido por el contraste entre sus ilusiones y aspiraciones (a menudo desproporcionadas respecto a sus propias posibilidades) y la realidad, que suele frustrarlas. El término fue utilizado por primera vez por el filósofo francés Jules de Gaultier en su estudio Le Bovarysme, la psychologie dans l’œuvre de Flaubert (1892), en el que se refiere a la novela Madame Bovary de Gustave Flaubert, en concreto a la figura de su protagonista, Emma Bovary, que se ha convertido en el prototipo de la insatisfacción conyugal.

8. Síndrome de Otelo

El síndrome de Otelo es un trastorno delirante por el cual la persona que lo sufre está firmemente convencida de que su pareja le es infiel; también es denominado Celotipia. El delirante celotípico construye su delirio con datos irracionales y pierde el tiempo tratando de hallar «pruebas» que confirmen sus sospechas. Toma su nombre de la conocida obra de Shakespeare, Otelo, que mata a Desdémona poseído por unos celos enfermizos.

9. Síndrome de Peter Pan

El síndrome de Peter Pan se caracteriza por la inmadurez en ciertos aspectos psicológicos, sociales. La personalidad en cuestión es inmadura y narcisista. El sujeto crece, pero la representación internalizada de su yo es el paradigma de su infancia que se mantiene a lo largo del tiempo. De forma más abarcadora, según Kiley, las características de un «Peter Pan» incluyen algunos rasgos de irresponsabilidad, rebeldía, cólera, narcisismo, arrogancia, dependencia, negación del envejecimiento y la creencia de que se está más allá de las leyes de la sociedad y de las normas por ella establecidas.

10. Síndrome de Pickwick

El síndrome de hipoventilación y obesidad, también conocido como Síndrome de Pickwick, es una enfermedad respiratoria de las personas obesas que causa niveles bajos de oxígeno y demasiado dióxido de carbono en la sangre. El SHO también se conoce como el síndrome de Pickwick, porque las personas con SHO pueden tener síntomas como los que describe Charles Dickens en su primera novela, Los papeles póstumos del Club Pickwick.

11. Principio de Pollyanna

El principio de Pollyanna (también llamado sesgo de positividad) es la tendencia de las personas a recordar elementos agradables con mayor precisión que los desagradables. El nombre deriva de la novela Pollyanna de 1913 de Eleanor H. Porter que describe a una niña que juega el «juego alegre», tratando de encontrar algo de lo que alegrarse en toda situación. La historia de este amado personaje literario comparte el mensaje de que, a pesar de lo difíciles que puedan parecer las cosas, una disposición alegre puede hacer que cualquiera y cualquier cosa cambien.

12. Síndrome de Rapunzel

El síndrome de Rapunzel es una condición intestinal extremadamente rara que resulta de la ingestión del propio cabello (tricofagia). El síndrome recibe su nombre del personaje de los cuentos de los Hermanos Grimm.

13. Síndrome de Stendhal

El síndrome de Stendhal (también denominado síndrome de Florencia o estrés del viajero) es una enfermedad psicosomática que causa un elevado ritmo cardíaco, temblor, palpitaciones, vértigo, confusión cuando el individuo es expuesto a obras de arte, especialmente cuando estas son consideradas extremadamente bellas. Se denomina así por el famoso autor francés del siglo XIX, Stendhal (seudónimo de Henri-Marie Beyle), quien dio una primera descripción detallada del fenómeno que experimentó en 1817 en su visita a la basílica de la Santa Cruz en Florencia, Italia, y que publicó en su libro Rome, Naples et Florence explicando su reacción de mareo, taquicardias y sudores que le obligaron a irse y dejar de admirar el monumento para recuperarse.

14. Síndrome de Wendy

El síndrome de Wendy se manifiesta en una necesidad absoluta de satisfacer al otro, principalmente la pareja y los hijos. Esta conducta se debe al miedo al rechazo y al abandono y, por razones culturales, es más frecuente en las mujeres que en los hombres. Quienes padecen el Síndrome de Wendy difícilmente controlan su propio rumbo en la vida, por lo que se enfocan en tratar de controlar la vida de otra persona. Frecuentemente el origen de este síndrome se encuentra en el pasado familiar de quien lo padece, en donde esta persona se sintió excluida y desprotegida, por lo que en la edad adulta compensa la falta de dirección y protección asumiendo el rol de los padres que no ha tenido. Quien padece este síndrome difícilmente se reconoce a sí mismo en esta situación.

Fuentes: Wikipedia | Psicología y Mente | Psicólogos en línea | La mente es maravillosa| Shutterstock |