Sí, los bibliotecarios/as también odian cosas en su día a día y en su ámbito de trabajo. Como todas las profesionales y sectores del mundo, la de bibliotecario/a, tiene sus pros y sus contras. Podría decir que les gustan tantas cosas como odian (será cuestión de equilibrio entre las fuerzas del bien y del mal) aunque está claro que las que les gustan tienen mayor peso que las que no.
Para poneros en situación, hace unos días pregunté a mis colegas bibliotecarios/as del Facebook sobre las cosas que más odiaban en su día a día (también las que más les gustaban, pero este será otro post) y el resultado es este post. Estoy seguro de que existen más cosas que no les gustan de su trabajo e incluso también estoy seguro que estas cosas que señalo a continuación como odiadas para algunos pasarán inadvertidas y no llegarán al punto de ser odiadas.
Si eres bibliotecario/a y odias tener que reclamar una devolución, odias la falta de respeto hacia los materiales, odias la falta de modales de algunos usuarios y su falta de interés, odias las envidias entre compañeros y odias que tus superiores no tengan ni idea de su puesto seguro que te verás identificado en la mayoría de las cosas. Si no te ves identificado en nada es que está claro que alguien tiene que hacer “el trabajo sucio” y ser el poli malo en el trabajo bibliotecario… ;)
La reclamación de retrasos de documentos
Algo que odian los bibliotecarios/as es la reclamación de documentos a usuarios olvidadizos (o que piensan que los documentos son suyos… o que es la mejor manera de disfrutar de ellos: tenerlos hasta que no les hagan falta)
Además tampoco les gusta tener que sancionar a esos usuarios por los retrasos en las devoluciones (aunque algunos bien se merecen una buena multa).
Y algo que no soportan es que después de hacer la reclamación de los documentos estos no sean devueltos.
La falta de respeto hacia los materiales de la biblioteca y el mal uso de las instalaciones
Hay personas que no tratan los materiales de la biblioteca como se merecen: los pintan, los subrayan, les da igual doblar hojas e incluso que se rompan.
La suciedad en los materiales también es algo que odian los bibliotecarios (y los usuarios). Y, como no, el olor a biblioteca vieja llena de polvo que hace que más de uno se dé la vuelta antes de entrar en ella.
Por otra parte, tampoco gustan los usuarios que hacen un mal uso de las instalaciones, lo que conlleva que otros usuarios no puedan utilizarlas o que se estropeen antes de tiempo.
El aseo personal de los usuarios
Al ir a la biblioteca, como a cualquier otro sitio, hay que cumplir una serie de conductas (buenas conductas) con respecto al resto de personas. Una de ellas es la higiene personal. Algunos usuarios descuidan su higiene y hacen que el servicio bibliotecario sea un poco más complicado tanto para los profesionales que trabajan allí como para los usuarios que van a la biblioteca.
Los usuarios con falta de modales
La impaciencia de los usuarios ante determinadas situaciones hace que pongan la labor bibliotecaria contra las cuerdas para dar un buen servicio a dichos usuarios. Impaciencia a la que suelen sumarse malos modales y la falta de respeto.
Tampoco les gusta a los bibliotecarios que no les saluden los usuarios cuando se dirigen a ellos o cuando pasan a su lado.
Los ruidos en la biblioteca
El murmullo de las personas en las salas de estudio, la vibración de los móviles puestos sobre la mesa o los tacones en la sala… Estos son solamente algunos de los ruidos que más odia el personal bibliotecario.
Ser adivinos y guardianes de los usuarios
Jugar a adivinar el libro que pide el usuario sin tener más pistas que el color del libro y la temática.
Tampoco gustan los usuarios que reservan sitio en la biblioteca para ellos mismos o para amigos y que luego no aparecen hasta 3 horas después… o tener que vigilar el buen uso que se hace de las instalaciones y servicios de la biblioteca.
La falta de interés y de iniciativa de los usuarios
Las prisas de los usuarios en querer obtener una repuesta rápida es un lastre para el bibliotecario que ve que no va a poder satisfacer las necesidades de los usuarios como ellos querrían. Una total falta de interés en aprender y sacar el máximo partido de la biblioteca.
Tampoco gusta la falta de iniciativa de muchos usuarios que quieren que se les de todo resuelto sin poner nada de su parte… o el conformismo de los usuarios ante los pobres servicios y recursos que ofrecen las bibliotecas
Los compañeros sin vocación, envidias entre compañeros y superiores
La falta de vocación de compañeros también es algo que odian los bibliotecarios/as. Compañeros que no sienten la biblioteca (ni el trabajo) como deberían sentirla o el conformismo de algunos compañeros ante su trabajo. La total desprofesionalización de la biblioteca.
La envidia entre compañeros también es un lastre que algunos bibliotecarios/as señalan como algo que odian dentro del mundo bibliotecario. Y el clasismo entre auxiliar y ayudante que hay en algunas bibliotecas
Los bibliotecarios/as también odian que sus superiores no tengan el perfil requerido para ocupar dicho puesto y que no estén al día de lo que quieren sus usuarios. Tampoco les gusta la falta de valoración de sus superiores hacia ellos… y la falta de valoración al intentar poner en marcha servicios o proyectos y que no sean escuchados.
Las limitaciones administrativas, burocráticas y ante sus superiores
La dependencia burocrática, política y trámites administrativos también es algo que no les gusta nada. Hace que los proyectos no salgan a tiempo o se creen falsas esperanzas a los usuarios.
También están aquellos servicios bibliotecarios que son fruto de la política de turno y que tienen muy poco sentido en las bibliotecas.
La falta de conocimiento de una profesión
Y que se ve reflejada en la frase como “No sabía que para ser bibliotecario había que estudiar” o en que se considere que cualquier persona vale para ser bibliotecario/a.
También odian la falta de conocimiento del trabajo del bibliotecario, el escaso reconocimiento y el desconocimiento general de la labor social de la biblioteca, y que se piense que en las bibliotecas únicamente hay libros.
El trabajo interno de la biblioteca
Trabajo interno como hacer estadísticas, memorias, presupuestos e incluso colocar el fondo… y que imposibilitan prestar mayor atención a los usuarios que acuden a las bibliotecas.
También odian la falta de planificación a la hora de diseñar nuevos proyectos bibliotecarios.
Otras cosas que odian los bibliotecarios/as
Dentro de este cajón de sastre se podría decir que los bibliotecarios/as también odian las jornadas partidas, las salas de estudio, las confianzas que se dan algunos usuarios, los libros forrados, la poca atención al control de autoridades…
Imagen cortesía de Shutterstock
ES grato encontrar un post tan refrescante y catártico, luego de leerlo me siento mucho mejor. Siento que puedo continuar con mi trabajo
[…] ¿Sabes qué es lo que más odia un bibliotecario/a en su día a día? […]
¿Qué odiamos Julián! Haberte ayudado con nuestras respuestas comentarios en Facebook y que ni siquiera nos menciones en este posteo.¡Vale que molaría ese reconocimiento!
Sin problema en que me digas tu nombre y mencionarte. Como comprenderás sería imposible poner a los 20 o 30 que me ayudaron. Los que me ayudaron saben quienes son y a ellos muy agradecido.
Como bibliotecario, no odio nada de lo que ha escrito aquí el Sr. Marquina. Lo único que odio de mi trabajo, es que algún día no venga nadie o casi nadie a la biblioteca.
Me alegra saber que no odias nada… y buen odio el que apuntas para sumar a la lista: que no se usen las bibliotecas.
lo que más odio es no tener el libro que me piden y que no lo devuelvan cuando no lo usan más
[…] Sí, los bibliotecarios/as también odian cosas en su día a día y en su ámbito de trabajo. Como todas las profesionales y sectores del mundo, la de bibliotecario/a, tiene sus pros y sus contras. Podría decir que les gustan tantas cosas como odian (será cuestión de equilibrio entre las fuerzas del bien y del mal) aunque está claro que las que les gustan tienen mayor peso que las que no. […]
Gracias, Julian por este y otros tantos artículos que dan visibilidad a nuestra labor.
Pues sí, creo que me identifico con casi todas las situaciones descritas. En mi biblioteca, – Universidad de Granada-, desde hace unos años se puso en marcha la llamada “Sanción Solidaria” que transformó por completo la tediosa y desagradable sancionar a los usuarios morosos. Una solución perfecta para ambos colectivos. Aquí dejo el enlace para quien quiera saber más:
https://biblioteca.ugr.es/pages/servicios/sancion-solidaria/sancion_solidaria
Un saludo.
Hola, Margarita. Me parece una genial iniciativa y que soluciona dos problemas de una sola vez. Muchísimas gracias por compartir el enlace… ? Saludos!