La biblioteca del futuro será tan similar como distinta a la concepción que tenemos hoy en día. Cambiarán sus reglas, formas de trabajar e incluso poder mundial, pero se mantendrá su poder informativo y de influencia y cercanía a las personas. La biblioteca del futuro está tan cerca como lejos, y solo sabremos que ha llegado cuando miremos al pasado.

El futuro es una línea temporal que marcamos en nuestra imaginación. Tan pronto como se alcanza, vuelve a escapar para dejarnos nuevamente en el presente. Cada persona marca su propia línea de futuro: mañana, el año que viene o dentro de un siglo. Es verdad que es menos complicado predecir cómo será el futuro cercano, complicándose bastante la predicción del futuro lejano. ¿Y esto por qué ocurre? Por los datos e información que tenemos en nuestro poder.

Hacer un pronóstico sobre la biblioteca del futuro es complejo, pero no deja de ser un ejercicio de imaginación basado en el pasado, presente y posibles tendencias. Bien es cierto que dicha imaginación puede llegar a ser bastante abstracta y confusa cuanto más se aleja el futuro en el tiempo, pero qué sentido tendría no construir en nuestra mente un futuro disruptivo y evolutivo. Desdibujar el conocimiento actual de lo que se entiende por biblioteca para convertirla en algo transparente, pero necesaria como el oxígeno.

Haciendo un viaje mental de 50 años trataré de descubrir cómo será la biblioteca del futuro a través de una serie de palabras. Veo a la biblioteca como protagonista informativa y social, competente y rentable, capaz de aprovechar oportunidades y adaptarse a ellas, tan necesaria e imprescindible como hasta ahora. Una organización flexible, digitalizada y simplificada que no cambia en su esencia, sino que se adapta. Veo palabras que ya están en el presente y que también estuvieron en el pasado, y que se mantienen en el futuro. He fantaseado con términos como «inmortal» al ver que salvaba el paso de los milenios, también con «Smart library», pero la biblioteca ya era, es y seguirá siendo inteligente. Así que a continuación os dejo con mis 10 palabras que definirán la biblioteca del futuro.

La biblioteca del futuro a través de diez palabras

1. Personas.

Las personas serán el eje central sobre el que rote la biblioteca del futuro, y con ella sus recursos, servicios y actividades. Una relación de necesidad y confianza mutua unirá a las personas con las bibliotecas. En el futuro, las bibliotecas serán uno de los pocos espacios de acceso libre y gratuito a recursos y servicios, además de confianza informativa. Es por ello por lo que casi la totalidad de la población será tanto promotora como defensora de las bibliotecas.

2. Diversidad.

La biblioteca del futuro será diversa en cuanto a personas, recursos, servicios y actividades. Dicha diversidad alcanzará cotas inimaginables y abarcará una gran variedad temática basada en cada uno de los intereses sociales. Dicha diversidad, favorecida por una inclusión social plena, hará que cada una de las personas sienta necesaria las bibliotecas en sus vidas.

3. Redarquía.

La velocidad a la que se mueve la sociedad requiere organizaciones menos jerárquicas para ser más ágiles en la toma de decisiones. La biblioteca del futuro será consecuencia de una organización y colaboración masiva que llevará las propuestas evolutivas de abajo hacia arriba para originar una adaptación de recursos, servicios y actividades consensuada y eficaz. La biblioteca dejará con ello prácticas pasadas basadas en la burocracia, jerarquías y resistencias al cambio para ser decisoras de su rápido avance y evolución, sin dejar a nadie atrás. Un cambio de mentalidad que llevará a la biblioteca a estar más cerca del poder y de las personas.

4. Ubicua.

Las bibliotecas estarán presentes en una y en todas partes a la vez. La biblioteca del futuro se posicionará de manera transparente en la mente de las personas y en su día a día. Será prácticamente imperceptible, pero será utilizada masivamente por las personas. Bien a través de servicios y plataformas digitales que propicien el acceso a contenidos digitales y la interacción con otras personas, o bien con la utilización de sus instalaciones físicas o puntos de encuentro ubicados por la ciudad como lugar de unión de las personas en un espacio de confianza.

5. Libertad.

Uno de los pocos espacios de libertad que quedarán en el futuro serán las bibliotecas. Las personas defenderán a la biblioteca del futuro para que no caiga esta en las redes económicas y políticas que condicionan el derecho a la privacidad y corten la libertad de cátedra, enseñanza, conciencia, culto, religión, expresión, imprenta, información, pensamiento… La biblioteca será un espacio de confianza en el que prime la libertad y el respeto mutuo de las personas.

6. Tecnología.

La tecnología, indudablemente, seguirá formando parte del futuro de la biblioteca. Las bibliotecas ofrecerán acceso a nuevas formas tecnológicas, favoreciendo así la adopción social de las mismas. Internet de las cosas, realidad aumentada, hologramas, inteligencia artificial, big data… estarán al orden del día en las bibliotecas. La tecnología será aprovechada con la finalidad de facilitar la estancia e información de manera personalizada, consiguiendo así una mejor experiencia bibliotecaria. Es prácticamente imposible predecir el futuro de la tecnología, pero es fácil pensar que la biblioteca estará posicionada junto a ella.

7. Formación.

El futuro estará marcado por un mundo tecnológico con abundante información de veracidad cuestionable en medios digitales. Las personas serán presas fáciles para caer en el engaño informativo y en la desinformación, al igual que en la constante y amenazante brecha tecnológica. Las bibliotecas se presentarán como espacios formativos y de actualización tecnológica, digital e informativa. Seguirán alfabetizando a las personas adultas para llevar una vida personal y profesional plenamente eficaz, actual e independiente.

8. Creación.

Alrededor de la biblioteca orbitan grandes redes de conocimiento formadas por personas que utilizan sus recursos. Gracias a dichos recursos, la biblioteca del futuro favorecerá el paso de la información a la creación a través de la experimentación y el emprendimiento de las personas. La gran cantidad de recursos informativos y de medios tecnológicos favorecerán la experimentación, desarrollo y difusión de nuevas ideas y creaciones.

9. Comunicación.

La biblioteca del futuro entenderá la influencia de la comunicación como «arma» de poder informativo capaz de captar y atraer la atención de las personas. Las bibliotecas se convertirán en pequeños centros locales informativos en los que nutrirse y compartir información veraz y confiable. A su vez, el poder informativo de las bibliotecas seguirá estando en las personas y su capacidad de transformación en conocimiento.

10. Globalización.

La unión de las bibliotecas hará que consigan una fortaleza mundial sin precedentes. Las bibliotecas serán capaces de mover el mundo, y eso será gracias a la colaboración de todas y cada una de ellas para la consecución de unos objetivos comunes. Adoptarán un compromiso y un liderazgo capaz, incluso, de liderar movimientos sociales basados en el entretenimiento cultural y en la veracidad informativa. Los miles de millones de personas usuarias de las bibliotecas percibirán la «marca biblioteca» de manera unificada y poderosa.

La biblioteca del futuro es hoy, pero también fue ayer. Y, por supuesto, también será mañana.

[Texto publicado en la Revista Desiderata]

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