La situación es crítica en la mayoría de centros hospitalarios de España. Faltan medios, recursos y espacios para poder atender a las personas enfermas por coronavirus (COVID-19). Todo es incertidumbre, incluso miedo. Casi todos tenemos algún conocido, amigo o familiar que cae en las garras de esta pandemia con distinta suerte. Pero hay iniciativas que ponen un poco de luz en toda esta oscuridad, como es la biblioteca que ha surgido en IFEMA, el mayor hospital de campaña montado es España. Su nombre: La Biblioteca IFEMA.

Ana Ruiz, enfermera del SUMMA de Madrid, ha sido la creadora de La Biblioteca IFEMA, la cual está ubicada en el pabellón 9, control 15 del complejo. Su inauguración fue la noche del 31 de marzo. Consta de un carro para poder movilizar y compartir con las personas enfermas las donaciones que van llegando. Entre ellas hay libros, revistas, pasatiempos, mandalas… y que ella misma recoge y lleva previa limpieza.

Entre los agradecimientos que Ana Ruiz hace a personas que le han echado una mano (compañeros sanitarios, voluntarios, bomberos…) está uno muy especial dedicado al club de lectura del que es usuaria.

«Y sobre todo a mi Maravilloso club de lectura (la chata, Madrid) y a mis señoras que de tanto aprendo cada. 15 días y que estoy loca por abrazar y escuchar».

Y, por supuesto, tampoco se han hecho esperar los agradecimientos de multitud de personas han querido mostrar con esta enfermera del SUMMA. Reconocimiento y agradecimientos de profesionales sanitarios, de personal bibliotecario y bibliotecas, de personas anónimas, de enfermos que están en dicho pabellón de IFEMA…

Según comenta una compañera de Ana Ruiz, Mª Jesús, lo que hacen falta son carros para que los libros no se queden en un rincón y lleguen a todas las personas enfermas. También quieren hacer un control de los libros que se prestan. Por cierto, y según señala esta compañera del SUMMA, todos los libros y materiales antes de entrar en el pabellón se limpian. Y hace un llamamiento a que todo personal sanitario, de seguridad o voluntarios, así como cualquier persona que tenga acceso a IFEMA, hagan donaciones para que La Biblioteca IFEMA siga creciendo y siendo de utilidad.

Y, al igual que este odioso virus, esta excelente iniciativa de libros, lectura y entretenimiento también se está propagando por otros pabellones de IFEMA. Antonio Pérez Alonso, enfermero de SAMUR, comparte otra biblioteca surgida en mitad de la enfermedad. Según se puede leer en la foto: «Estos libros son para vosotros. Os pueden contar grandes historias».

Todo mi reconocimiento a todo el personal implicado en llevar a cabo estas iniciativas de lectura, libros y biblioteca. Sin duda que los enfermos confinados en el complejo hospitalario de IFEMA lo agradecerán y ayudará a que su estancia pase más rápido. Por cierto, y ya para acabar, agradecer también al personal bibliotecario especializado en Ciencias de la Salud el trabajo desinteresado que está realizando para ayudar al personal sanitario en sus necesidades informativas y documentales sobre COVID-19.

Comentarios y aclaración sobre los libros de «La Biblioteca IFEMA»

Por cierto, y totalmente de acuerdo con un comentario que me han hecho en Facebook, habría que tener cuidado con el tema de la transmisión del coronavirus de manera interna. Ya el otro día os comenté que la vida del coronavirus sobre papel y cartón varía entre 1 y 5 días, y sobre el plástico 3 días (lo digo por el tema de los lectores de libros electrónicos). Es por ello que habría que marcar unas pautas internas, como llevar siempre puesta una máscara protectora (o la de oxígeno), lavarse las manos antes y después de tomar el libro en préstamo, además de no tocarse la cara mientras se está leyendo. Los expertos señalan que una de las medidas más eficaces para frenar el contagio, además de quedarse en casa, es lavarse las manos.

Para aclarar el tema de la transmisión interna del virus, Ana Ruiz ha comentado en su cuenta de Twitter: «Los libros son de uso único para evitar trasiego. El paciente que coge un libro con él se queda. De ahí que solicitemos aportaciones para que todos tengan entretenimiento. Libros, crucigramas, revistas… Cualquier aportación es buena». En conversación con ella, me ha comentado:

«No queremos que el virus circule, es por eso por lo que los libros donados se airean durante unos días y se desinfectan con un producto llamado Clinex. Al entrar en zona se quedan en un carro. La intención es que libro que coge un paciente, libro que se queda y se lleva a su casa. Esto es que no vuelve al carro. De ahí la importancia de que sigan llegando donaciones. La humanización en los pacientes es igual de necesaria que la medicación».

¿Cambio de nombre de «La Biblioteca IFEMA»? ¿Ahora es «Biblioteca Resistiré»?

Comentar que por lo visto el nombre de «La Biblioteca IFEMA» ha cambiado por «Biblioteca Resistiré». Barajo dos hipótesis. La primera es que esta biblioteca sea otra que se ha montado en otro pabellón y ha tomado otro nombre. Hipótesis que descarto porque al principio del vídeo que muestro a continuación dicen que la iniciativa surgió de dos enfermeras del SUMMA, como es el caso de «La Biblioteca IFEMA». La otra hipótesis es que haya tenido que cambiar de denominación por usar el nombre comercial de IFEMA, e incluso porque IFEMA se viese desbordada por las solicitudes de donación de libros que ellos no gestionan.