EBLIDA ha lanzado la campaña “The right to e-read” con el objetivo de crear conciencia entre el público en general, los bibliotecarios y los responsables políticos sobre las dificultades con las que actualmente se enfrentan las bibliotecas con respecto al acceso a los libros electrónicos y los contenidos digitales. Dicha campaña también busca la concienciación sobre la necesidad de un cambio en el marco de los derechos de autor.

Banner The right to e-read

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Las bibliotecas garantizan el acceso a contenidos, información y cultura a todos los ciudadanos, pero en el entorno digital, a consecuencia del marco jurídico actual, las bibliotecas no pueden ofrecer estos servicios a la sociedad, en especial en relación con el préstamo de libros electrónicos. Esta campaña busca que los usuarios de las bibliotecas puedan tener acceso a todos los libros electrónicos disponibles en el mercado.

Según el propio comunicado de EBLIDA (Federación Europea de la Asociaciones de Bibliotecas, Información y Documentación) se pueden extraer información como que los propios editores no quieren vender libros electrónicos a las bibliotecas (encuestas indican que el 50% o más de los best-seller de libros electrónicos no están disponibles para bibliotecas o los ponen a precios altos) y la necesidad de un marco actualizado de propiedad intelectual.

  1. Como consecuencia del agotamiento del derecho de distribución tras la primera venta, una biblioteca puede adquirir a una librería obras publicadas, por ejemplo, libros y usar las copias para prestárselas a los usuarios de  las bibliotecas. La  acción de  las bibliotecas  no  interfiere  con  los derechos de  los  autores o de otros titulares. En consecuencia, la biblioteca decide, de acuerdo con su política de desarrollo de la colección, qué  libros compra y dedica al préstamo público.
  2. En su interpretación de los derechos de autor, los editores afirman que el préstamo del libro electrónico es un  servicio al que no se puede aplicar el principio del agotamiento. Sostienen que los titulares de derechos  tienen libertad para decidir sí quieren dar acceso a un trabajo específico y bajo qué límites y condiciones es  posible ese acceso. Sí esta interpretación prevaleciera, significaría que, en primer lugar los editores y no los  bibliotecarios, en el ejercicio de las tareas públicas que les son propias, tendrían la capacidad de decidir sobre los contenidos digitales en las bibliotecas.
  3. Es un cambio significativo e inadmisible, desde nuestro punto de vista,   el que los editores puedan decidir acerca de  las políticas de  desarrollo de la colección en las bibliotecas y éstas no puedan garantizar nunca más el libre acceso a los contenidos, la información y la cultura de todos los ciudadanos europeos.
  4. En Julio de 2012,  el Tribunal de Justicia Europeo legisló que el principio de agotamiento tras la primera venta en lo que respecta a la compra de software, se refiere tanto a la descarga electrónica como a los recursos físicos. Algunos expertos legales opinan que, con esta premisa, el principio de agotamiento se aplica también a los libros electrónicos. En este momento se están viendo algunos casos  ante diferentes juzgados. Harán falta aún algunos años para que la  el Tribunal de Justicia Europeo tome una decisión al respecto.
  5. Esta  incertidumbre  legal  impide, de forma  grave,   que  las bibliotecas puedan poner  en marcha servicios atractivos de préstamo de libros electrónicos para el público y que puedan desarrollar ofertas legales en beneficio de todos los sectores.

¿Y qué reclama con todo esto EBLIDA? Lo que reclama a la Comisión de la Unión Europea es un marco preciso de Propiedad Intelectual, que permita a las bibliotecas adquirir y prestar libros electrónicos y también una remuneración adecuada para los autores y otros titulares de derechos, tal y como venía sucediendo con el libro impreso, para poder seguir desarrollando sus servicios en beneficio de todos los ciudadanos europeos.

Una fecha a destacar en el calendario es el 23 de abril (y coincidiendo con el Día mundial del Libro y el Derecho de autor) donde dicha campaña buscará el posicionamiento mundial del hashtag #eread.

The right to e-read

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