Gestionar adecuadamente la identidad digital y cuidar la reputación en línea de la biblioteca requiere del conocimiento del entorno online (plataformas, herramientas, comportamiento ético, formas de participación…) y de la implicación, dedicación y constancia para construir una marca sólida en el tiempo a través de los distintos canales y medios de comunicación digital. El objetivo final de todo ello es que la biblioteca gane visibilidad, notoriedad y posicionamiento en Internet y genere una imagen de marca positiva, creíble y de confianza en la mente de las personas.
La identidad digital puede ser definida como el conjunto de información sobre un individuo o una organización expuesta en Internet (datos personales, imágenes, registros, noticias, comentarios, etc.) que conforma una descripción de dicha persona u organización en el plano digital. La reputación en línea (o reputación online) es la opinión o consideración social que otras personas usuarias tienen de la vivencia digital de una persona o de una organización. Por lo tanto, no se debe confundir la identidad digital y reputación en línea. El primer término hace referencia a la imagen que una persona u organización difunde o proyecta en Internet, y el segundo a cómo dicha persona u organización es considerada por los demás. Al final, «uno no es quien dice ser, sino quién dicen los demás que es».
La identidad digital es la versión en Internet de la identidad física de una persona. Está compuesta por una gran cantidad de datos que proporcionamos en la red, más allá de nuestro correo electrónico y dirección: incluye nuestras fotos, datos bancarios, preferencias a la hora de comprar… Además, no es uniforme, porque compartimos distintos atributos en diferentes plataformas. Es decir, no aparecen los mismos datos sobre nosotros en LinkedIn que en Facebook, por ejemplo.
Fuente: BBVA
La reputación en línea es la percepción de una empresa, marca, persona, producto o servicio en el ecosistema digital. Esto incluye los resultados en buscadores, las redes sociales, sitios de reseñas, apps, foros e incluso los mismos comentarios de muchos websites.
Fuente: Luis Maram
Los distintos canales y medios de comunicación en línea han abierto un abanico de posibilidades para que las personas y las organizaciones puedan relacionarse de manera directa entre ellas. Gracias a ellos, las bibliotecas pueden comunicar, publicar y difundir su mensaje (ya sea textual, visual, sonoro o audiovisual) posibilitando la libre expresión en Internet e interactuar directamente con otras personas. Toda esta información pública e interacción expuesta en la Red es lo que conforma lo que se entiende por identidad digital.
Esto quiere decir que cualquier persona u organización puede tener acceso a ella y formarse una percepción positiva o negativa de la biblioteca. Por lo tanto, la reputación en línea no recae de manera absoluta sobre la biblioteca, sino que depende de factores externos. Es decir, la reputación se forma en base a lo que hace y dice la biblioteca en Internet, pero también a cómo todo lo publicado en la Red es percibido, interpretado y transmitido por terceras personas. Lo que sí está en la mano de la biblioteca es tomar medidas adecuadas para tratar de construir una imagen positiva en la mente de las personas y de las organizaciones.
Dedicar esfuerzo a construir tu propia identidad online ya no es opcional. Es un acto de pura responsabilidad. Si no lo haces, tu reputación online vendrá determinada exclusivamente sobre lo que opinen otros sobre ti.
Fuente: Evoca Comunicación
La identidad digital y reputación en línea de las bibliotecas
Visto que la identidad digital depende de la biblioteca y que la reputación en línea depende tanto de la biblioteca como del resto de personas, es necesario señalar cuáles son los principales beneficios de gestionar la identidad digital y la reputación en línea de la biblioteca. Por cierto, la reputación en línea de la biblioteca también depende de todas y cada una de las personas que trabajan en ella. Entre las principales ventajas se podrían apuntar las siguientes:
- Crear y fortalecer una identidad digital sólida, creíble y diferenciada al mostrar a la biblioteca tal y como quiere que sea conocida y reconocida.
- Aumentar la notoriedad, posicionamiento y visibilidad de la «marca biblioteca» en Internet para ganar reconocimiento, alcance y exposición de la biblioteca en la sociedad.
- Facilitar la difusión y repercusión del mensaje de la biblioteca a una audiencia más amplia para fomentar la utilización de sus servicios, recursos y actividades.
- Posicionar y diferenciar a la biblioteca con respecto a otros servicios de información y entretenimiento cultural.
- Conocer y analizar de primera mano la percepción / opiniones de las personas sobre la biblioteca a través de la monitorización activa y de la medición.
- Fortalecer la relación e influencia de la biblioteca con las personas, y viceversa, e incentivar la interacción.
- Crear comunidad alrededor de la biblioteca a través de la publicación, humanización, atención y participación activa.
- Generar credibilidad, confianza, compromiso y satisfacción a través de un diálogo directo, rápido y abierto entre la biblioteca y las personas.
- Atraer y captar a personas usuarias potenciales de la biblioteca, fidelizar a las personas usuarias reales e identificar a personas embajadoras de marca.
- Proteger y defender la «marca biblioteca» en Internet aclarando, corrigiendo y solucionando rápidamente cualquier crítica o posible crisis de reputación en línea.
- Mejorar la reputación en línea de la biblioteca destacando y afianzando la presencia de la biblioteca tanto en Internet como en la mente de las personas.
Por cierto, no os perdáis los cursos de comunicación que imparto en distintas asociaciones, organizaciones, universidades y administraciones. En ellos trato tanto la comunicación corporativa como la comunicación digital aplicada al mundo de las bibliotecas. Si no hay ninguna convocatoria abierta, no dudéis en proponer dichas formaciones a vuestras asociaciones profesionales, ayuntamientos, diputaciones, etc. para llevar a vuestras bibliotecas a otro nivel. Estaré encantado de aportar un granito de arena en vuestro proceso de aprendizaje.
Imagen superior cortesía de Shutterstock
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