La Biblioteca Braidense se enriquece con una nueva adquisición muy importante: la colección de libros antiguos de Umberto Eco. Dicha colección fue formada por Umberto Eco en el curso de su actividad como bibliófilo, la cual denominó como «Bibliotheca semiologica curiosa, lunatica, magica et pneumatica». Dicho fondo antiguo contiene unas 1.200 ediciones anteriores al siglo XX, un patrimonio que incluye 36 incunables y 380 volúmenes impresos entre los siglos XVI y XIX.

La Biblioteca Nazionale Braidense de Milán custodiará dicho fondo de libros antiguos y garantizará su conservación, puesta en valor y uso por parte de estudiantes y estudiosos. Además, un comité científico se encargará de establecer los métodos de conservación, también para garantizar la unidad de consulta digital.

«Umberto Eco amaba Milán, y amaba la Biblioteca Braidense, que consideraba “su” biblioteca. Quería que sus libros raros se quedaran en Milán, y vinieran a la biblioteca», declara James Bradburne, director de la Galería de Arte de Brera y de la Biblioteca Braidense. «En su casa, los libros raros eran privilegiados y se colocaban separados de su biblioteca moderna. La Biblioteca Braidense está encantada de que el legado de Eco se coloque junto a la colección de libros raros de la biblioteca, y agradece al Estado su compra. Es una forma de llevar nuestra herencia del pasado al futuro en nombre del mayor escritor italiano contemporáneo». [Biblioteca Nazionale Braidense: La Biblioteca Braidense acquisisce la Biblioteca di libri antichi di Umberto Eco]

Muchas de las obras de la colección de Eco en las primeras ediciones están referenciadas en sus ensayos y novelas, lo que atestigua la relación entre su investigación académica y creación cultural y sus intereses coleccionistas: para «El nombre de la rosa» y «Baudolino» las ediciones de Aristóteles y Santo Tomás, los tratados medievales de Alberto Magno, Isidoro de Sevilla y Vicente de Beauvais, para «La isla del día de antes» las obras geográficas de la antigüedad clásica de Pomponio Mela y Ptolomeo y las renacentistas de geografía anteriores a las exploraciones transoceánicas: El «Isolario» de Benedetto Bordone, el «Itinerario verso Gerusalemme» de Breydenbach, y las obras de los inicios de la ciencia experimental y de la hermética y la alquimia: Galilei y Kircher, Fludd y los «Serragli» de Tommaso Garzoni. Algunos de ellos (Breydenbach, Colonna, Fludd) tienen un valor anticuario apreciable. La colección completaría los fondos de la Braidense en historia de la ciencia y tecnología (15.000 volúmenes del Fondo Haller), y la de los autores jesuitas del Colegio milanés de la Compañía de Jesús: Pignoria, Kircher y Postel.

Me consolé con mi colección de libros antiguos, que se llama «Bibliotheca semiologica curiosa, lunatica, magica et pneumatica», e incluye solo libros que hablen de cosas falsas. En mi colección están las obras de Tolomeo y no las de Galileo, y si de pequeño soñaba con mis viajes mirando el Atlas De Agostini, ahora prefiero hacerlo mirando mapas de origen tolemaico. [Texto extraído de su libro «Construir al enemigo»]

La disponibilidad de esta colección en Milán permitirá integrar la documentación relativa a las actividades de Umberto Eco tanto en su faceta como académico como de director editorial y presidente de distintas asociaciones y editoriales. La biblioteca de Eco será recibida y estudiada en la Braidense como una biblioteca de autor, indispensable para el estudio crítico de sus obras.