Los cambios no son fáciles en la vida, eso es así. A nadie le gusta que le cambien su forma de trabajar ni de llevar las cosas… y más cuando se lleva mucho tiempo en el oficio y las cosas van saliendo para delante. La verdad es que el día a día hace que no quede tiempo ni para respirar y menos aún para pensar en cambiar rutinas… más cuando uno tiene unos resultados satisfactorios.
Pero, ¿unos resultados satisfactorios comparados con quién?… ¿con otras bibliotecas de la ciudad? ¿de la provincia? ¿de la comunidad autónoma?… ¿Por qué no tratar de ser la mejor biblioteca del país? ¿o del mundo?… Vale, quizás sea apuntar muy alto… entonces piensa en ser la mejor biblioteca para tu comunidad de usuarios, para tu audiencia. No una biblioteca que solamente cumple con los números que se le exigen, sino una biblioteca que cumple con su comunidad, sus necesidades y sus nuevas exigencias. El objetivo de una biblioteca no tiene que ser igualar los datos del año anterior, sino sobrepasarlos… ¡y sí!… con toda la que está cayendo en el mundo de las bibliotecas.
Me vienen a la cabeza ahora mismo un montón de bibliotecas que han dado una vuelta de tuerca a su forma de trabajar, de realizar actividades y de ofrecer servicios para aspirar a más y hacerse imprescindible para usuarios y organizaciones… en definitiva, una vuelta de tuerca para su comunidad. Bibliotecas que muchas otras bibliotecas tienen como buen ejemplo a seguir. Bibliotecas que se han hecho imprescindibles y notables gracias al esfuerzo y trabajo de sus bibliotecarios/as.
Ahora bien, ¿todos los bibliotecarios están dispuestos a asumir el cambio dentro de sus bibliotecas?… Yo diría que sí. Todos sabemos ya que las bibliotecas son organizaciones en han ido evolucionando y adaptándose a las necesidades de sus usuarios y a los avances tecnológicos, pero… ¿cómo afrontar cambios si no son estrictamente necesarios? ¿Por qué ofrecer nuevas actividades o servicios?… ¿Y si se falla y no se obtienen los resultados esperados? Ahí es cuando más problemas puede haber para el cambio, pero si no se prueba es muy difícil saber el resultado final.
Diferentes tipos de actitud de los bibliotecarios/as
El mundo de las bibliotecas es uno solo, pero no todas las bibliotecas son iguales. No es lo mismo ser una biblioteca universitaria, que ser una biblioteca pública, especializada o escolar. Lo mismo pasa con los profesionales de las bibliotecas… que todos son bibliotecarios/as, pero todos no tienen las mismas ganas, ilusión, poder o interés en evolucionar servicios o adaptarse a las necesidades sociales y tecnológicas.
Por un lado distinguiría a los bibliotecarios que son líderes, pero no tienen poder. Tienen muchas ganas de hacer cosas, tienen muy buenas ideas… además son apoyados por sus compañeros, sector e incluso su comunidad, pero a la hora de realizar las cosas no tienen el poder para llevarlas a cabo. Este tipo de bibliotecario/a tiene que hacerse con la persona que tiene el poder para que las cosas se lleven a cabo.
También estarían los bibliotecarios que tienen el poder, pero que no son líderes. Ya se sabe que el que tiene el poder tiene la última palabra, y este bibliotecario sería el que la tuviese… e incluso sin contar con el apoyo del resto de compañeros. Tiene el poder para hacer las cosas y que salgan adelante, pero también tiene el poder para decir que no se van a realizar. Es un tipo de bibliotecario/a necesario, pero peligroso por su poder de decisión. No es fácil su situación si algo sale mal, pero la verdad que muy reconfortante si todo va como lo esperado. Está en cada bibliotecario con poder el asumir riesgos o no.
Metería en la misma clasificación a los bibliotecarios que les come el día a día y no pueden hacer más, los que tienen miedo al cambio y los que están en la zona de confort y nunca se han planteado cambiar… aunque los matices son los que les diferencian. Son bibliotecarios que por falta de tiempo o de motivación no están por la labor de hacer más de lo que ya están haciendo (y que en la gran mayoría de los casos no es poco). El tiempo es un bien escaso y todo lo que se dedique a una cosa se le está quitando a otra, también está el miedo al cambio y pensar que uno no es capaz de hacer lo que se le está pidiendo e incluso tener miedo al qué dirán o quedar en ridículo delante de compañeros o usuarios.
Luego estarían los bibliotecarios quemados con su trabajo o los bibliotecarios sin alma de bibliotecario. Bibliotecarios que por problemas con compañeros, superiores, usuarios o por cargas descomunales de trabajo no están dispuestos a hacer más con la difícil situación por la que están pasando. O los bibliotecarios que no tienen vocación de servicio y no entienden que son parte esencial de la necesidad de los usuarios.
De entre toda esta tipología de bibliotecarios/as veo a casi todos capaces de asumir los cambios. Para ello tienen que contar con la motivación y el reconocimiento necesario para la ejecución de las buenas ideas de servicios / actividades, además de contar con el tiempo, trabajo y esfuerzo suficiente y necesario por todas las partes implicadas. Si tuviese que indicar los que no veo capaces de asumir el cambio serían los bibliotecarios de la zona de confort y los bibliotecarios quemados con su trabajo. Diría que es más fácil convencer al resto de los cambios que a estos.
Entonces, ¿los bibliotecarios/as están dispuestos a asumir los cambios?
Claro que sí… sin duda. Las bibliotecas cambian y evolucionan constantemente, como he mencionado anteriormente, y todo es gracias a sus bibliotecarios/as. Han pasado, y siguen, por crisis económicas y sociales (y se han adaptado), han creído en el uso de las redes sociales para llegar a más gente (muchas bibliotecas son ya las que las usan), ahora llega el préstamo electrónico y la transformación de la biblioteca en el tercer lugar (y están luchando para sacarlos adelante). Sin duda tienen claro que la única manera de superar los obstáculos es enfrentándose a ellos
La biblioteca es dinamismo. Mirar al futuro es no saber lo que pasará en las bibliotecas, pero seguro que no se echarán para atrás (ni tirarán del freno) e irán para delante. La biblioteca no tiene miedo, siempre y cuando vaya acompañada de sus usuarios. Porque cuando uno se queda parado, sin duda, se queda atrás.
Imagen cortesía de Shutterstock
Quizás otro factor de cambio importante para las bibliotecas, sea la implementación de los Sistemas de Gestión a todos los niveles, éstos rompen muchos paradigmas laborales y visibilizan en buena manera las mejores prácticas.
Muchas gracias por el aporte… :)
Es lo que siento todos los días ante los nuevos desafíos, pudiste expresarlo tal cual lo vivo dia a día entre mis colegas, quiero cambios también! gracias.
Genial Marina, siempre hay que tener una actitud positiva ante los cambios… :)
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