El silencio. Que necesario es en ocasiones y que incómodo e improductivo resulta en otras. Las bibliotecas tienen muy interiorizado el silencio. La mayoría de las veces por falta de espacios en los que desarrollar distintos ambientes bibliotecarios. Las personas que acuden a las bibliotecas también tienen muy interiorizado el silencio sepulcral. Es más, muchas de ellas lo exigen como uno de los mandamientos bibliotecarios, y les apasiona y estimula el poder del shhhhhhhhhhhhhhhh. En detrimento quedan las personas que les gustaría utilizar la biblioteca para algo más que para interiorizar individualmente información y conocimiento.
El silencio en las bibliotecas es un juego a tres bandas en el que participan las personas que quieren silencio, las personas que buscan en las bibliotecas un lugar en los que compartir (respetuosamente) y los profesionales de las bibliotecas (en medio de ambas). Como puedes imaginar, es un tema bastante complejo y controvertido dentro del mundo bibliotecario, y en el cual se tiende a ir hacia el silencio por percepción histórica de lo que son las bibliotecas. De hecho, hay bibliotecas que hacen una clara apuesta y campañas a favor del silencio. Pero también hay otras que son más permisivas siempre y cuando se respete el trabajo o estudio de las personas. Ahora bien, ¿cómo llegar a un equilibrio donde todas las personas que acuden a las bibliotecas se sientan cómodas? Sin duda que es un tema con difícil solución y más si en una única sala tienes que reunir a toda la variedad de usuarios que pueden tener las bibliotecas.
Por desgracia, hay bibliotecas que únicamente se pueden permitir ser lugares de silencio por la falta espacio y por la convivencia en armonía de las personas que acuden a ellas. Pero también hay otras bibliotecas que se pueden permitir ser espacios libres de silencio y ruidos por disponer de múltiples estancias en los que dividir a las personas. Seguro que ya has captado por donde voy. Bajo mi punto de vista (y no digo que sea el acertado), las bibliotecas no son (o deben ser) espacios de silencio absoluto, pero sí espacios libres de ruidos. Bibliotecas en las que convivan tanto las personas que quieren hacer un uso individual de las mismas como las que buscan un uso colectivo y de conversación. Bibliotecas en las que se fomente la conexión de las personas con la información y el conocimiento, además de su creación y participación.
Es por ello por lo que me gustaría enumerar una serie de ventajas y desventajas del silencio en las bibliotecas. El silencio, a priori, incita a un uso individual de la biblioteca en detrimento del uso colectivo. Un uso donde la conversación es interna con uno mismo y de manera esporádica se puede iniciar una breve conversación externa con otras personas.
Ventajas del silencio en las bibliotecas
- Permite la concentración para llevar a cabo trabajos académicos y/o profesionales usando los recursos disponibles en la biblioteca.
- Permite el estudio, memorización y comprensión de textos e información.
- Aumenta el rendimiento y la productividad individual con el claro objetivo de crear conocimiento.
- Facilita la tranquilidad y la desconexión del día a día.
- Crea un ambiente propicio para la lectura de entretenimiento en la que poner en funcionamiento la imaginación.
Desventajas del silencio absoluto en las bibliotecas
- Coarta la conversación entre las personas y los trabajos en grupo dentro de las bibliotecas. Se reprime rápidamente la conversación continuada por cualquier persona, por lo que no existe tranquilidad para conversar con compañeros.
- Existente desmotivación de asistir con la población infantil (0 – 5 años) a bibliotecas que no disponen de salas diferenciadas por no poder disfrutar plenamente de ellas y dificulta el desarrollo de actividades.
- Inhibe a las personas del uso de la consulta al personal bibliotecario. Existe cierto respeto a la hora de plantear dudas o preguntas al personal por no romper el silencio de la sala y reparo por no querer ser escuchado por el resto de personas.
- Convierte a la biblioteca en un lugar de uso individual y no en un espacio colectivo en el que participar y aportar distintos puntos de vista u opiniones.
- Hace que sea difícil quitar de la mente de las personas el caduco estereotipo bibliotecario de silencio y recogimiento.
Para terminar, el silencio bibliotecario es algo que se exige de manera activa y pasiva por muchas personas. Silencio porque se quiere hacer mayoritariamente un uso individual y no colectivo de la biblioteca. Quizás las personas que buscan en la biblioteca un espacio de creación, conversación y participación no lo encuentren, y desistan en ir hasta ellos. Sin duda que deja mal posicionada a la biblioteca como espacio de reunión y “tercer lugar”. Bien es cierto que algunas bibliotecas favorecen la conversación, pero la confianza que nos dan la sobrepasamos en decibelios, por lo que es más fácil que nos inviten al silencio que a la conversación.
Imagen superior cortesía de Shutterstock
[Texto publicado en la Revista Desiderata]
Muy adecuada y correcta la apreciación : silencio vs no ruido.
El silencio en BU sólo en determinados períodos, en otros períodos socialización
Muchas gracias, Maribel. Y gracias por comentar el caso de las bibliotecas universitarias… :)
Muy interesante el artículo y muy interesante siempre reflexionar sobre el tema del silencio, un bien cada vez más escaso que a veces pienso que no se echará socialmente de menos hasta que tengamos que nos hagan pagar por él.
Hay un punto entre el silencio y el “gritopelao” que resulta complicado de medir, ya que no es lo mismo la concepción del ruido ambiente o del exceso, por ejemplo, en Finlandia que en España. Los susurros al oído en los cines que se oyen a cinco filas de distancia o las conversaciones de “todosalavez” que hace imposible ya no concentrarse sino simplemente escuchar lo que dice en voz baja tu interlocutor al lado tuyo… Éstoy seguro que todos ellos piensan que están siendo moderados y respetuosos.
Mi opinión está más por la diversificación de espacios, pero allí donde haya silencio, que lo sea de verdad.
Es un bien escaso y a proteger y no me termino de creer eso de la mala o anticuada imagen que puede dar a los usuarios.
Lo dice un bibliotecario y usuario convencido de los vagones de silencio de los trenes ?
Muchas gracias por tu comentario, Ramon. Es un tema bastante complicado, más en bibliotecas en las que tienen que atender todas las necesidades desde una misma sala. Saludos :)
Gracias a ti Julián. Nos regalaste unas muy buenas expresiones y argumentos para usar, los espacios de la biblioteca no deben estar en el silencio absoluto pero si libres de ruido. La biblioteca no debe coartar el pensamiento, las ideas ni las expresiones cuando invita al silencio, todo lo contrario, deben ser esos espacios de donde surjan las voces que silencian en la casa, en la escuela, en la calle…
Un placer compartir estos conocimientos, Mari. Muchas gracias por tu comentario… :)
Yo cuando estoy en la biblio y somos más de tres personas en silencio el sonido maravilloso que crea ese silencio me enriquece el alma y mientras disfruto del momento me da para memorizar y concentrarme en lo que estoy haciendo pues no se suele encontrar ese sonido en ningun otro sitio ni siquiera cuando estas sola en tu habitación. no me parece arcaico y no hay moda en el silencio si se quiere conversar habra que buscar otro lugar.
Hola, María. Muchas gracias por tu comentario y por contar tus impresiones en función de tu experiencia. A mi también me gusta mucho el silencio… :)
Hoy en día las Bibliotecas ya pasaron de ser solamente Unidades de Información a Centros de Recreación.
Ya que no solo se brinda el servicio de préstamo de Libros. Creo que es una linda manera no solo de promover la U.I. también la adecuarse y reinventarse como profesional del Área.
Muy buen análisis Julián Marquina, saludos desde la ciudad de La Paz – Bolivia 🇧🇴💪
Muchas gracias por el comentario, Javier. Saludos desde Madrid… :)