Titivillus es el demonio encargado de inducir al error a los escribas de los códices y de introducir errores en los libros impresos. Representado en la mayoría de ocasiones como un pequeño diablo cargado de libros a sus espaldas, sin duda que es la excusa diabólica perfecta para que los amanuenses e impresores fueran perdonados ante los fallos tipográficos, de redacción o derrame de tinta en los manuscritos y libros. Por cierto, este pequeño diablo sigue estando presente hoy en día en numerosas publicaciones, e incluso es considerado por muchos como el patrón de los escritores, editores e impresores.

Los escribas eran profesionales encargados de hacer copias idénticas de los códices. Estos pasaban largas jornadas en sus scriptorium, los cuales no siempre contaban con las condiciones de comodidad deseadas. Su concentración debía de ser máxima, pero en ocasiones fallaba por cansancio o aburrimiento. Esto originaba desde omitir palabras hasta cometer errores, e incluso hacer anotaciones jocosas y dibujos burlescos en los márgenes. Y es ahí donde se dice que hacía su aparición Titivillus. El cual también ha sido nombrado a lo largo de la historia como Tutivillus, Tytivillum, Tintillus, Tytinillus, Tantillus, Tintinillus, Titivitilarius y Titivilitarius.

Tytinillus patrón de los escribas

Este diablillo era el encargado tanto de inducir al error como de localizar los fallos en los códices y libros impresos para introducirlos en el saco que portaba a su espalda. Posteriormente, cada noche, llevaba el saco al infierno para anotar tanto los despistes como imperfecciones de escribanos, cajistas e impresores en un libro para ser usados en su contra como negligencia en su trabajo y ser reclamados en el día del Juicio Final.

Origen de Titivillus, el patrón de los escribas

Aunque su origen se remonta al siglo IV, la primera referencia a Titivillus la realiza el escritor franciscano John Galensis en el Tractatus de Penitentia de 1285.

Fragmina verborum titivillus colligit horum quibus die mille vicibus se sarcinat ille (Titivillus recoge los fragmentos de estas palabras con las que llena su saco mil veces al día)

Tal y como explica Juan Villoro en su libro La tierra de la gran promesa, «en esas páginas, el avatar de Lucifer se especializa en empeorar el lenguaje durante la misa y en los libros de oración. Gracias a las erratas, la mala pronunciación, la charla ociosa y la omisión de palabras clave, altera la liturgia y el sentido de las escrituras».

Una de las apariciones más sonadas de Titivillus fue en la Biblia del rey James I de Inglaterra publicada en 1631 por los impresores Robert Barker y Martin Lucas. Conocida como la Biblia maldita, contiene dos errores de bulto. El primer es la omisión de la palabra «no» en la frase «No cometerás adulterio», cambiando la redacción y sentido de la frase a «Cometerás adulterio». El segundo error aparece en Deuteronomio, donde la palabra greatness (grandeza) fue supuestamente mal impresa como great-asse (gran asno), lo que lleva a la frase que dice: «He aquí, el Señor nuestro Dios nos ha mostrado su gloria y su gran asno».

Aproximadamente un año después de la publicación, Barker y Lucas fueron llamados a la Star Chamber y multados con 300 libras y privados de su licencia de impresión.

Representación gráfica de Titivillus - D King Studio

Fuentes: Wikipedia | TiraBUZón | Persée | Helicon | El Blog de la BNE |