Pero, ¿por qué elegir cuando se pueden tener libros en los dos formatos?… Esta respuesta en forma de pregunta es la clave y da una idea de la situación actual que están viviendo la mayoría de las bibliotecas. Bibliotecas que forman colecciones híbridas de libros en papel y en digital. Bibliotecas que dan un plus a sus usuarios y que dejan que sean estos los que elijan si quieren leer en pantalla, en papel o de ambas formas.

El préstamo de libros en papel es el servicio estrella en las bibliotecas. Quizás sea pronto para decir, y de hecho lo es, que el préstamo de libros electrónicos superará al préstamo de libros en papel en las bibliotecas. El caso es que nadie avisó al pobre libro electrónico de que se iba a encontrar con un duro compañero de viaje.

Compañeros de viaje, no rivales, que tienen como principal diferencia lo material e inmaterial del soporte y como principal similitud el contenido. Contenido que es lo que viene a importar de los libros y que hace que despierten y afloren las emociones, el conocimiento y el entretenimiento en los lectores. Así que, ¿por qué hablar de formatos cuando lo que realmente importa es el contenido?

Aún así, se habla de formatos porque los lectores están condicionados por estos. Hay lectores acérrimos al papel y lectores que ya no saben vivir sin su lector de libros electrónicos. Aquí entran en juego, sobre todo, factores nostálgicos, de posesión, placenteros frente a factores de comodidad, disponibilidad y acceso. Lo cierto es que nos pasamos la vida leyendo todo tipo de contenidos, y cada vez más en digital, aunque en lo literario sigue primando la lectura impresa.

Ventajas y desventajas del libro en papel y electrónico en las bibliotecas

Ahora bien… ¿cuáles son las ventajas y desventajas de libro en papel y del libro electrónico desde el punto de vista de las bibliotecas?… La verdad es que se podrían contabilizar unas cuantas razones a favor y en contra de ambos formatos. Razones que se deberían tener en cuenta en función de lo que busca la biblioteca para sus usuarios. Usuarios que son el centro y por los cuales deben girar las bibliotecas.

Entre las ventajas de los libros en papel en las bibliotecas destacaría que son el alma mater de las mismas, son el origen y razón de las bibliotecas “modernas” y, por lo tanto, difíciles de sustituir por esa visión romántica que proyectan. Destacar también que las personas prefieren leer libros en papel en lugar de libros en formato digital, la facilidad de descubrimiento de nuevos libros al ir curioseando o buscando otro libro entre las estanterías y la formación de colecciones físicas en posesión / pertenencia de las bibliotecas. También destacar la tecnología de siglos sin obsolescencia (el libro) y su facilidad de uso (abrir y leer).

Entre las desventajas de los libros en papel en las bibliotecas destacaría que ocupan espacio (mucho espacio), que se deterioran con el paso del tiempo por el uso, que cogen polvo. Que la gente escribe en los libros y subraya sus textos haciendo que queden prácticamente inservibles para otros usuarios. Que la recepción de un libro se puede demorar en el tiempo desde que se realizó compra. Y también destacar el poco control que tiene la biblioteca sobre el libro cuando un préstamo sobrepasa los días estipulados.

Entre las ventajas de los libros electrónicos en las bibliotecas destacaría el mayor control que tienen las bibliotecas sobre los mismos en cuanto a préstamos, disponibilidad y la imposibilidad de pérdida entre las estanterías (o por causas como inundaciones o fuego). Destacar la inmediatez en la compra de un libro y su puesta a disposición para los usuarios de la biblioteca. Su no deterioro con el paso del tiempo y la posibilidad de tomar notas y subrayarlos sin estropearlo como sucede con el libro en papel. Por último destacar el poco espacio que ocupan en la biblioteca (ninguno, pueden estar en un disco duro o en la nube) y la facilidad de localización de un título y el préstamo sin importar lugar y horario.

Entre las desventajas de los libros electrónicos en las bibliotecas destacaría que no pertenecen a la biblioteca ya que lo que se paga es por el acceso al contenido durante x meses, a no ser que se haga una compra a perpetuidad. La compra exclusiva de títulos digitales puede llevar a las bibliotecas con el tiempo a que no tengan colecciones físicas (e incluso que no les pertenezcan). Otra desventaja es que para leer libros electrónicos se requiere un eReader o smartphone (también valdría un ordenador), aparato que no todo el mundo posee o que no tiene la última actualización que permite que se lean los contenidos. Hace falta formación y reciclaje de los bibliotecarios/as en el uso de las plataformas de préstamo y demás programas necesarios para poder realizar el préstamo, además de tener unos conocimientos básicos para ayudar a los usuarios a incluir los libros electrónicos que cogen en préstamo en sus lectores digitales. Hay una gran dependencia de las bibliotecas con las plataformas tecnológicas y con las compañías (donde entrarían las editoriales también)… o se hace lo que ellas dicen o no hay acuerdo. El tema de la privacidad de los usuarios también queda en entredicho por el rastro digital que va dejando el libro electrónico. Otras desventajas son la escasa oferta de títulos digitales y el precio que deben pagar las bibliotecas por los libros electrónicos. Para terminar con las desventajas, las bibliotecas han llegado tarde en ofrecer libros electrónicos a los usuarios y estos ya están más acostumbrados a conseguirlos / comprarlos por otros medios… y existe una cierta precipitación en el mundo de las bibliotecas por meter el libro electrónico a los usuarios sí o sí.

Algunas consideraciones que las bibliotecas deben tener en cuenta

  1. La forma de leer no cambia, lo que están cambiando son los soportes de los libros.
  2. Las bibliotecas no deben tener miedo a los cambios, deben saber adaptarse a ellos y al futuro.
  3. Las bibliotecas no tienen que perder su visión de acceso a la información y deben tener en cuenta que no todo el mundo tendrá la posibilidad de acceder a los contenidos digitales.
  4. Si la biblioteca en el presente no piensa en el futuro, en el futuro no tendrá presente.

Imagen superior cortesía de Shutterstock

[Texto publicado en la Revista DESIDERATA]