A partir de ahora en España tendrán la consideración de bien de primera necesidad tanto el libro como la cultura. Así ha quedado reflejado en la Ley 14/2011, de 11 de octubre, por la que se modifica el Real Decreto-ley 17/2020, de 5 de mayo, por el que se aprueban medidas de apoyo al sector cultural y de carácter tributario para hacer frente al impacto económico y social.
«Disposición final decimoquinta. Modificación de la Ley 10/2007, de 22 de junio, de la lectura, del libro y de las bibliotecas.
Se añaden los apartados 4 y 5 al artículo 1, con la siguiente redacción:
“4. Se considera al libro, a todos los efectos, bien básico y de primera necesidad. Los poderes públicos organizarán y ejecutarán, de manera permanente, campañas de fomento de la lectura y fortalecimiento del sistema bibliotecario público.”
“5. Se considera a la cultura, a todos los efectos, bien básico y de primera necesidad.”»
Se considera al libro y a la cultura, a todos los efectos, bien básico y de primera necesidad
Ahora bien, ¿qué significa eso de «bien de primera necesidad»? La definición técnica ofrecida por Economipedia dice que:
«Un bien de primera necesidad es un producto o servicio que se considera esencial para la supervivencia de las personas».
El que fuera ministro de Cultura y Deporte, José Manuel Rodríguez Uribes, ya señaló que «la cultura es un bien de primera necesidad tanto en su vertiente social, como en la económica y para la convivencia en valores». Lo cual fue un adelanto del gran Pacto de Estado por la Cultura, y en el cual una de las propuestas era el reconocimiento de la cultura como un bien de primera necesidad.
El objetivo de dicha propuesta, la cual ahora se ve materializada, es «preservarla de cara a futuras crisis pensando en que debe estar especialmente protegida en esa lógica de la especificidad y del significado de salir de la crisis sin dañar la cultura.»
Otra de las medidas llevadas a cabo por el gobierno en cuanto al apoyo de la cultura y del libro (también de la lectura) fue la reducción del IVA de los libros electrónicos en 2020. De este modo, el gravamen aplicado a las descargas y suscripciones digitales de libros, periódicos y revistas se redujo del 21 % al 4 %.
Confieso que me hubiera encantado que las bibliotecas también hubiesen sido declaradas como bien de primera necesidad. No obstante, que tanto la cultura como el libro tengan esta distinción también lleva implícita la gran labor de las bibliotecas para que a ninguna persona le falte el acceso ni a la cultura ni a los libros.
Imagen superior cortesía de Shutterstock
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