El escritor Jorge Carrión quiere hacer un poco más ameno el confinamiento de sus vecinos. Ha pensado que qué mejor forma para romper la rutina diaria que a través de un entretenimiento como son los libros y la lectura. Esto le ha llevado a postularse como el bibliotecario de su edificio y compartir sus libros. A través de esta iniciativa comparte su biblioteca personal con sus vecinos, ofreciéndoles varias propuestas a través de WhatsApp.
Soy el bibliotecario del edificio donde vivo: he puesto mi biblioteca al servicio de la comunidad de vecinos; me consultan por WhatsApp; les ofrezco varias posibilidades; los libros que decidimos se los dejo en la puerta. Está siendo estupendo. Por si alguien quiere replicarlo.
Comenta Jorge Carrión que dispone de una biblioteca personal de unos 8.000 libros para un total de seis vecinos. Manifiesta que la probabilidad de que dos vecinos lean el mismo libro es inexistente. Por cierto, en su extensa colección de libros tiene libros para todas las edades, y dice que «los niños son los que más se están beneficiando».
Aun así, no son pocas las voces críticas que han surgido alrededor de su aclamada y difundida acción a través de Twitter. Comentarios en los que se transmite que los libros en papel son un vehículo perfecto para la transmisión de virus o que hablan del distanciamiento social. Temas que por supuesto ha querido aclarar declarando que sus libros están fuera de peligro al no haber sido tocados por nadie en meses y que además desinfecta antes de ponerlos a disposición de los vecinos. Aclara en su tuit que no existe contacto con los vecinos, sino que se los deja en la puerta de sus casas.
Hay más iniciativas de bibliotecas vecinales para compartir libros y lecturas desde el confinamiento
Esta iniciativa no ha sido la única, y tampoco la primera. Hay otras que también han tenido su calado entre los vecinos y en las redes sociales. Como esas chicas quieren compartir sus libros con los vecinos, o esa otra acción en la que aparecen libros en los buzones de la comunidad, o en la misma puerta de entrada al edificio (o salida a la libertad), o la de mis colegas de QuéLeer, las cuales limpian los libros, los guardan en bolsas y los dejan en el ascensor.
¿Y las bibliotecas? ¿Por qué han parado el servicio de préstamo bibliotecario?
Respondiendo rápidamente a esta cuestión decir que el principal motivo de la suspensión de este servicio, y tantos otros, es la salud del personal bibliotecario. Aun así, hay personas que se preguntan si haber cerrado el préstamo de libros en papel de las bibliotecas no es una oportunidad perdida.
La verdad que todo es una auténtica incertidumbre, y más vale prevenir con temas relativos a la salud. Aun así, hay bibliotecas que están llevando a cabo el servicio de préstamo bibliotecario para no dejar sin libros a las personas, sobre todo a las personas mayores. Como la biblioteca argentina que atiende pedidos de libros durante la cuarentena como si fuera comida a domicilio, como una biblioteca en Almería que atiende las solicitudes a través del teléfono y la propia bibliotecaria es la que acerca los libros a las casas siguiendo las normas de seguridad o como la biblioteca de Oropesa del Mar:
La cultura llega esta semana directamente a las casas de todos los vecinos de Oropesa del Mar. Debido al Covid-19, el Ayuntamiento pone en marcha esta semana el servicio de biblioteca a domicilio con el fin de que todos aquellos interesados en realizar préstamos de libros puedan hacerlo sin salir de casa, “aliviando, en la medida de lo posible, el confinamiento de la población durante estos momentos tan difíciles que estamos viviendo”, asegura el concejal de Cultura, Gonçal Tamborero.
Tamborero explica que los usuarios podrán consultar cualquier título en el catálogo de la Red Electrónica de Lectura Pública Valenciana, accediendo a los ejemplares disponibles en la localidad. Además, añade que “todos, sin excepción, podrán acceder al préstamo de libros, independientemente de que sean o no socios de la biblioteca municipal, pues desde el Ayuntamiento consideramos que el consumo de cultura es un bien de primera necesidad”.
Es una estupenda iniciativa la de las bibliotecas vecinales, pero con cautela y precaución
Para finalizar, sin duda que me parece una estupenda iniciativa la de las bibliotecas vecinales, más ahora que muchas personas se han quedado huérfanas de biblioteca. Y es que el confinamiento hace que surjan ideas creativas y colaborativas alrededor de los libros y la lectura, como por ejemplo la La Biblioteca IFEMA de la enfermera del SUMMA de Madrid Ana Ruiz.
Eso sí, todo esto con cautela y precaución. Y llegado el caso hipotético de que un libro fuera contagiado (incluso sin estarlo), es importante aclarar que para evitar su propagación lo más sensato sería que una vez que volviese el libro a casa se tuviese apartado y en cuarentena, al menos una semana. Aunque tampoco estaría de más que dichos libros prestados se quedasen en las casas de los vecinos hasta que todo esto pasase.
Imagen superior cortesía de Shutterstock
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