Una cocina a prueba de ratones, de Saira Shah

Dejarlo todo y marcharse a vivir al sur de Francia es el sueño de muchos londinenses, y Anna y Tobias parecen cumplir los requisitos. Ella es chef, y él, aspirante a compositor. Esperan su primer hijo y confían en poder ganarse la vida en un clima soleado y lejos del estrés de la gran ciudad. Pero al poco de nacer Freya, los médicos descubren que la pequeña padece graves trastornos cerebrales. Pese al impacto de esta noticia, o tal vez a causa de ella, Anna y Tobias deciden llevar a cabo su plan y se compran una vieja granja en el Languedoc. Allí no sólo deberán aprender a cuidar de su hija sino también a afrontar el sinfín de complicaciones que surgen al instalarse en otro país, en una casa inhabitable de una remota zona rural. Tobias se refugia en la composición y Anna valora la idea de montar una escuela de cocina, si algún día consigue librarse del asedio permanente de los ratones. La estabilidad de la pareja se verá sometida a una gran tensión, mitigada por la presencia de un puñado de excéntricos lugareños: Julien, un espíritu libre que vive en una cabaña de madera; Ludovic, un granjero del lugar que les habla de los tiempos de la Resistencia; Yvonne, la joven dueña del café del pueblo, que prepara unos embutidos de ensueño; y Kerim, angelical y misterioso, que los ayuda a reparar la casa sin pedir nada a cambio.

Puntuación: 3 de 5.

Tokio blues, de Haruki Murakami

Mientras aterriza en un aeropuerto europeo, Toru Watanabe, un ejecutivo de 37 años, escucha una vieja canción de los Beatles que le hace retroceder a su juventud, al turbulento Tokio de los años sesenta. Con una mezcla de melancolía y desasosiego, Toru recuerda entonces a la inestable y misteriosa Naoko, la novia de su mejor y único amigo de la adolescencia, Kizuki. El suicidio de éste distanció a Toru y a Naoko durante un año, hasta que se reencontraron e iniciaron una relación íntima. Sin embargo, la aparición de otra mujer en la vida de Toru le lleva a experimentar el deslumbramiento y el desengaño allí donde todo debería cobrar sentido: el sexo, el amor y la muerte. Y ningún de los personajes parece capaz de alcanzar el frágil equilibrio entre las esperanzas juveniles y la necesidad de encontrar un lugar en el mundo.

Puntuación: 3.5 de 5.

Lo que sé de los hombrecillos, Juan José Millás

La rutina diaria de un profesor universitario se ve perturbada por la irrupción de perfectas réplicas humanas en miniatura que se mueven con soltura por el mundo de los hombres. Un día, uno de estos hombrecillos, creado a su imagen y semejanza, establece una conexión especial con él y convierte en realidad sus deseos más inconfesables mientras pone a prueba su paciencia.

Puntuación: 3.5 de 5.

Sostiene Pereira, de Antonio Tabucchi

Lisboa, 1938. La opresiva dictadura de Salazar, el furor de la guerra civil española llamando a la puerta, al fondo el fascismo italiano. En esta Europa recorrida por el virulento fantasma de los totalitarismos, Pereira, un periodista dedicado durante toda su vida a la sección de sucesos, recibe el encargo de dirigir la página cultural de un mediocre periódico, el Lisboa. Pereira tiene un sentido un tanto fúnebre de la cultura: prefiere la literatura del pasado, dedicarse a la elegía de los escritores desaparecidos, preparar necrológicas anticipadas.

Necesitado de un colaborador, entra en contacto con un joven, Monteiro Rossi, quien a pesar de haber escrito su tesis acerca de la muerte está inequívocamente comprometido con la vida. Y la intensa relación que se establece entre el viejo periodista, Monteiro Rossi y su novia Marta, cristalizará en una crisis personal, una maduración interior y una dolorosa toma de conciencia que transformará profundamente la vida de Pereira.

Puntuación: 3.5 de 5.

La vida a ratos, de Juan José Millás

En La vida a ratos el lector es tan protagonista como el narrador, porque descubre en secreto un relato que, en la ficción, no ha sido creado para ser conocido por nadie más que aquel que lo escribe.

Es el diario de más de tres años de vida de un personaje -curiosamente también llamado Juan José Millás-, que se muestra tan libre, tan neurótico, y divertido, e irónico e hipocondriaco como solo nos mostramos cuando nadie nos ve. Las visitas a la psicoanalista, el taller de escritura, los paseos por una ciudad que no deja de colocarle ante situaciones sorpresivas, la familia, los amigos… Todo es normal, todo parece anodino hasta que, al volver una esquina de la realidad, aparece lo extraordinario, lo surrealista. Y nos deslumbra.

Puntuación: 4 de 5.

La vista desde Castle Rock, de Alice Munro

Considerada la obra más personal de la autora por haberse inspirado en su propia familia, Munro logra fundir a través de estos relatos los hechos y las leyendas que forman su legado familiar. Ofrece una versión ambivalente y con matices ficticios de su propio pasado: desde sus ancestros de Castle Rock en el siglo XVIII hasta la ambición frustrada de sus padres en el Canadá de los cincuenta. Desde la experiencia de unos inmigrantes escoceses, quienes no tardan en descubrir que la vida en la tierra soñada no será la de un cuento de hadas, hasta el día a día de la rural Ontario, La vista desde Castle Rock nos habla de esperanza, adversidades e incertidumbres.

Puntuación: 2.5 de 5.

La biblioteca de los libros rechazados, de David Foenkinos

En Crozon (Bretaña), un bibliotecario decide albergar todos los manuscritos que han sido rechazados por los editores. Estando de vacaciones en la localidad bretona, una joven editora y su marido escritor visitan la biblioteca de los libros rechazados y encuentran en ella una obra maestra: Las últimas horas de una historia de amor, novela escrita por un tal Henri Pick, fallecido dos años antes.

Pick regentaba, junto a su viuda Madeleine, una pizzería, y según ella nunca leyó un solo libro y mucho menos escribió nada que no fuera la lista de la compra. ¿Tenía el autor una vida secreta?

Rodeado de un gran misterio, el libro triunfa en las librerías, provoca efectos sorprendentes en el mundo editorial y cambia el destino de muchas personas, especialmente el de Jean-Michel Rouche, un periodista obstinado que duda de la versión oficial de los hechos. ¿Y si esta publicación no es más que un cuidado plan de marketing?

Puntuación: 4 de 5.

Bibliomanías. Taras, neuras y tics de quienes leen con locura, de Laura Pacheco

Ya sea en el salón de casa o en mitad de un naufragio, los bibliómanos –esa subespecie humana más preocupada por terminar un libro que por la paz mundial– dan rienda suelta a su amplio abanico de neuras y excentricidades. Todos conocemos a alguien así. Quién sabe, quizás seas tú uno de ellos. Bibliomanías recopila esas situaciones, absurdas a veces, demasiado reales otras, en las que el placer de leer supera con creces el sentido común.

Puntuación: 4.5 de 5.

Una familia feliz, de David Safier

La familia Van Kieren está al borde del caos. La librería de la madre, Emma, está en la bancarrota; el padre trabaja demasiado; la hija adolescente no aprueba ni una asignatura, y al hijo pequeño la chica que le gusta lo humilla. Para colmo, después de una fiesta, una bruja hechiza a los Von Kieren y los condena a convertirse en el personaje del que van disfrazados: de repente son una vampira, Frankenstein, la momia y el hombre lobo.

Para romper el hechizo, este singular cuarteto partirá en busca de la bruja por medio mundo. Y en el camino se encontrará con un montón de monstruos auténticos: vampiros, lagartos gigantes y turistas alemanes en viaje organizado. Pero por mucho que busquen, los Van Kieren no podrán dejar de ser monstruos hasta que vuelvan a creer en la felicidad familiar.

Puntuación: 3 de 5.