El estudio de arquitectura Bollingen ha ido un paso más allá de lo convencional y futurista a la hora de presentar un diseño para el International Design Competition for Library; SONGDO International City, S.Korea. Su apuesta, quizás algo arriesgada, pero valiente, ha sido diseñar una biblioteca pública a partir de la inspiración en un cerebro humano. El propio estudio señala que «la propuesta de diseño del proyecto es crear un Cerebro Artificial con el cuerpo inspirado en el cerebro humano como una nueva tipología de la biblioteca pública en la era del Internet de las Cosas».
Soy una biblioteca, un cerebro vivo. Nací de la sabiduría de un árbol. Mis raíces crecieron cada vez más absorbiendo conocimientos y finalmente se transformaron en corteza con las funciones de memorizar, percibir, aprender, comunicar y conectar. Las personas conectadas conmigo juegan en el océano de la información y exploran la fantasía oculta en sus mentes. Mi corteza se extiende hacia el exterior generando un bosque vivo en el que se conectan la naturaleza, los seres humanos y el conocimiento.
The Brain, una biblioteca diseñada para conectar con las personas
El diseño The Brain busca crear una biblioteca donde lo sensorial y visual conecten con las personas de manera natural en la era digital. Y es que, tal y como comentan, «la rápida evolución de las tecnologías en materia de sensores e Internet inalámbrico ha cambiado radicalmente nuestra forma de vivir y pensar. Los objetos se comunican entre sí para recoger, analizar, coordinar e informar de los datos para apoyar a las personas».
Ahora bien, si los objetos piensan como un cerebro de manera independiente, ¿por qué no hacer que el edificio de la biblioteca piense y sea considerado como un ser vivo más? Y es por eso por lo que sus diseñadores consideran que las personas explorarán The Brain (la biblioteca) para alcanzar su propio conocimiento.
«Nuestro objetivo es hacer una arquitectura como un ser corpóreo, y dotar de un cuerpo propio a la mente de los objetos. Como la antigua creencia sobre el microcosmos y el macrocosmos de que la arquitectura debe asemejarse al orden del cuerpo humano que contiene el secreto de la estructura del universo».

El diseño laberintico de una biblioteca creada a partir del cerebro humano
La biblioteca combina tanto espacios abiertos como cerrados en su interior, haciendo que la luz y los sinuosos pasillos con estanterías ganen protagonismo e inviten a las personas a perderse y comenzar una nueva aventura con apoyo de la inteligencia artificial. Su disposición en varias plantas donde conjugan las líneas curvas y rectas hace que sea difícil adivinar el principio y el fin del recorrido. Destacar también la importancia de los árboles para generar esa imagen de ramificaciones de conexión neuronal y fuente de conocimiento.

El Cerebro Artificial se compone de varios símbolos arquitectónicos y espaciales que reinterpretan los componentes y la estructura del cerebro humano: Árboles, Booktonic, Laberinto y Bosques profundos. No solo a través de las interfaces tecnológicas, como las aplicaciones o los dispositivos multimedia, sino que el Cerebro Artificial también se comunica con las personas a nivel subconsciente a través de dichos símbolos, ayudándoles a descubrir los tesoros y fantasías ocultos en su mente.
Por cierto, según se puede leer en designboom en lo referente a Booktonic, «es una fusión inventada de “libro” y “tectónico”. Los libros (en las estanterías) y el conocimiento no existen por separado del edificio, sino que se convierten en el material de construcción que se apila y se fusiona en una arquitectura mágica y viva».

Para finalizar comentar que este diseño no hay obtenido ningún premio en el concurso internacional, tampoco ninguna mención especial. No obstante, estoy seguro que ha ganado la atención de todo el mundo con curiosidad en la arquitectura y las bibliotecas.
Fuentes: Bolligens | designboom | Literary Hub
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