«A las olvidadas» es una iniciativa de recogida de libros dedicados para mandar a mujeres reclusas del sistema penitenciario español. Tras este proyecto se encuentra la asociación sin ánimo de lucro «teta y teta», la cual también es responsable de productos e iniciativas como «Free the nipple». A través de ella se busca ofrecer un camino alternativo de ocio y evasión del día a día ya que el sistema penitenciario no satisface las necesidades básicas de las mujeres.

¿Qué libro le regalarías a una mujer que está en la cárcel? Con una pregunta empieza esta iniciativa de recogida de libros dedicados para alejar mentalmente a las reclusas de su realidad, pero también para generar reflexión y debate en torno a un colectivo invisible para la sociedad.

En tan solo cuatro semanas desde que lanzaron la pregunta a través de diferentes medios sociales llegaron a recoger 680 libros dedicados. En un principio estaba pensado para la prisión de Soto del Real, pero ahora, y gracias a su buena acogida y difusión, esta iniciativa está presente en seis cárceles. Por cierto, ya han entregado más de 3.000 libros dedicados.

El objetivo ahora es llevar libros dedicados a todas las cárceles y módulos de mujeres de España que podamos. […] Dentro, consigue -entre otras cosas- que mujeres que no habían cogido un libro en su vida empiecen a hacerlo, y fuera, despierta reflexión y empatía, nos acerca a ellas, a su realidad, a sus relatos.

Según comentan en la página web de la iniciativa, «(Los libros) son morfina para el alma. Cuando no entretienen, enseñan, y a veces hasta deciden el curso de una vida. Nunca se sabe dónde te puede llevar un libro. Solo creemos en sus poderes.» Por cierto, es imprescindible que los libros estén dedicados, pero… ¿por qué? Según comentan, la dedicatoria lo es casi todo en esa iniciativa, ya que ofrece un mensaje de apoyo y de aliento desde fuera a mujeres privadas de libertad por los errores cometidos.

Las dedicatorias son la esencia de esta iniciativa, el abrazo, el creo en ti, el te espero fuera, la demostración de que alguien ha pensado en ellas. La cárcel deshumaniza al individuo y las dedicatorias, devuelven algo de esa humanidad. Y si aquí fuera ayudan a reflexionar, allí dentro reconfortan.

Interesante proyecto, pero no sin controversia (y más allá de que sea una iniciativa dedicada única y exclusivamente a mujeres). Y es que habría que tener en cuenta (tristemente) la prohibición de algunos libros en las cárceles. Por ejemplo, en EE.UU. (y según informa el blog La piedra de Sísifo):

El contenido del libro suele ser uno de los criterios que se utilizan para su prohibición. Si el libro tiene desnudos y obscenidades, violencia o actividad criminal o se alienta a escapar o instiga al odio o incluso si transmite valores raciales o derechos civiles, probablemente será prohibido. Las autoridades dicen que eliminar ciertos títulos de la lista puede ayudar a evitar que los reclusos obtengan información que conduzca a la violencia o la fuga, como informa Mihir Zaveri, del New York Times. Pero los informes de PEN citan multitud de ejemplos que demuestran que las reglas son arbitrarias e irracionales.