Crowdfunding es un término que ya lleva unos cuantos años con nosotros y que tenemos que sumar a la larga lista de palabros que adoptamos del habla inglesa. Según la Wikipedia el crowdfunding o micromecenazgo (o financiación en masa) “es la cooperación colectiva llevada a cabo por personas que realizan una red para conseguir dinero u otros recursos. Se suele utilizar Internet para financiar esfuerzos e iniciativas de otras personas u organizaciones”.

Sencilla definición y que explica en pocas palabras la esencia del crowdfunding, pero que si nos adentramos más en el término puede verse que está compuesto de cuatro vertientes bien diferenciadas, aunque con el objetivo común de financiación en masa de proyectos. Esas cuatro vertientes del crowdfunding son:

  • Crowdfunding de recompensa (Reward based crowdfunding): aportaciones económicas a cambio de productos o servicios.
  • Crowdfunding de inversión (Equity based crowdfunding): aportaciones económicas a cambio de acciones, participaciones o beneficios.
  • Crowdfunding de préstamo (Lending based crowdfunding): aportaciones económicas que esperan recibir un tipo de interés en su devolución.
  • Crowdfunding de donación (Donation based crowdfunding): aportaciones económicas realizadas de forma altruista y desinteresada.

Ni que decir tiene que a través de este tipo de acciones salen adelante proyectos como la Wikipedia que consiguió 25 millones de euros en un mes, librerías que estaban a punto de cerrar y no lo hacen por la ayuda de los ciudadanos a través de sus aportaciones, digitalización de archivos a través de una contraprestación simple como es un diploma acreditativo, restauración de obras de arte en museos y que repiten experiencias basadas en los éxitos anteriores o bibliotecas que necesitan nuevos equipamientos y que luchan por conseguirlos, con mayor o menor fortuna. El crowdfunding está entre nosotros, en ocasiones sin darnos cuenta y tanto es así que el año pasado (2013) el crowdfunding movió 19 millones de euros en España.

Hace ya unos meses (febrero 2014) el Gobierno de España trató de limitar el crowdfunding basado en la inversión y en el préstamo, limitaciones que recientemente han sido levantadas para profesionales que se dedican a la inversión y que no afectan a los tipos de crowdfunding de recompensa y de donación.

Crowdfunding y organizaciones culturales: Mecenable

Hablar de crowdfunding y administración pública en el ámbito cultural es un arma de doble filo. Un doble filo en el cual están los ciudadanos que pueden llegar a pensar que no quieren pagar por servicios que ya están pagando con sus impuestos, y a los que además la administración está maltratando con recortes continuos… y por otro lado la administración que puede ver este tipo de “nueva vía de financiación” como la solución a sus problemas (cuando no es así).

En medio nos encontramos con las organizaciones (véase bibliotecas, archivos, museos…) que buscan desesperadamente ingresos para poder ofrecer servicios y productos novedosos y de calidad a los ciudadanos, que al fin y al cabo son los que están sufriendo (al mismo nivel que las organizaciones culturales) dichos recortes.

Una vez puestos en situación, y como veis me pongo en el peor de los casos en los cuales tanto ciudadanos como las administraciones pueden malinterpretar el crowdfunding ligado al mundo cultural dependiente de las arcas del Estado, os voy a hablar un poco más de lo que ya he hecho por los distintos medios sociales de Mecenable (aquí la plataforma en construcción), plataforma de crowdfunding de donación en el ámbito cultural.

Mecenable

Mecenable

Mecenable es una plataforma de financiación cultural que, a través de las aportaciones económicas colectivas o crowdfunding de donación, va a permitir un lugar de encuentro entre instituciones y empresas culturales y ciudadanos. A través de Mecenable se pone al alcance de las Bibliotecas, Archivos, Museos e instituciones culturales españolas en general, un método alternativo de financiación que, mediante la participación ciudadana, complemente las partidas presupuestarias asignadas por las distintas administraciones a sus centros.

Para adelantaros un poco más sobre la plataforma, deciros que se prevé que empiece a funcionar en este mismo mes de junio, aunque preferimos ir dando pasos en firme y esquivar todas las piedras que nos vamos encontrando por el camino (que no son pocas) y no agobiarnos con los tiempos. Problemas que surgen desde lo más sencillo como puede ser constituirse como Asociación Cultural sin Ánimo de Lucro, pasando por problemas con la plataforma y que nos es difícil entender y solucionar (pero que poco a poco vamos sacando) hasta problemas más complejos derivados de cómo gestionar los pagos y hacer que se cumplan las promesas de las organizaciones para las cuales han aportado dinero los ciudadanos.

Muchos pensaréis que para hacer este tipo de acciones ya existen otras plataformas y que no hubiesen sido necesarios quebraderos de cabeza. Y sí, tenéis razón… pero nos lanzamos en esta aventura creando una plataforma especializada en el ámbito cultural, más centrada en bibliotecas y sin olvidar a archivos, museos y otras instituciones culturales que se quieran sumar. Una plataforma formada por personas ligadas al sector y que entienden, comprenden y hablan el mismo “idioma” que las organizaciones con problemas presupuestarios.

Para evitar suspicacias seremos lo más transparentes posibles en nuestras acciones. No buscamos enriquecernos a través de las situaciones circunstanciales de las organizaciones. De hecho nos constituimos como Asociación sin Ánimo de Lucro en lugar hacerlo como S.L., lo cual nos habría sido más fácil a la hora de gestionar pagos. Lo que está claro es que un pequeño porcentaje de cada campaña se quedará en la plataforma (entre el 5 y el 10%) dependiendo de la dimensión del proyecto. Dinero que al estar constituidos como Asociación sin Ánimo de Lucro no se nos permite y así queda reflejado en nuestros estatutos. El excedente de los ingresos será reinvertido en la propia plataforma, en comisiones bancarias y nuevos proyectos, tanto de la plataforma como de las organizaciones que confíen en nosotros subiendo sus campañas.

Algunos temas que vamos a tener muy en cuenta van ligados a la especialización en el sector, brindando la oportunidad a que cualquier organización cultural pueda subir sus campañas a la plataforma (campañas que se evaluarán antes de ser publicadas), el tiempo de consecución del éxito irá entre los 30 y los 60 días, la seguridad en los pagos utilizando tecnología SSL y el compromiso por parte de las organizaciones de que realmente van a hacer lo que piden en la campaña a través de firmas de preacuerdos.

Como apunte final comentar que el crowdfunding en el ámbito cultural no es un sustitutivo de las obligaciones presupuestarias de la administración, sino un método de financiación alternativo en periodo de crisis que consigue que proyectos y campañas salgan adelante a través de los micropagos (que permiten hacer aportaciones desde un euro).

Ahora necesitamos vuestra ayuda

Es en los periodos de gestión de los proyectos cuando surgen todas las dudas y preguntas… y en ese momento nos encontramos y avanzamos tras haber abordado algunos temas y solucionados otros tantos.

Por todo esto me gustaría saber tu opinión, sin tapujos, se claro y dime qué te parece esta nueva plataforma que estamos creando. ¿Qué campañas apoyarías o te gustarían que se llevaran a cabo a través de ella y cuales no? ¿Cuál te parece la mejor forma de pago a las organizaciones tras una campaña? ¿Preferirías que el dinero pase por la administración o que Mecenable pagara directamente al proveedor del bien o servicio financiado colectivamente?

¡Vuestro turno!