Alguna vez te has preguntado cómo sería la vida sin bibliotecas… y sin bibliotecarios/as. La verdad es que yo nunca me lo había preguntado, pero… ¿cómo sería el mundo? La respuesta es complicada y tiende a acercarse a la misma dificultad de responder sobre el futuro de las bibliotecas.
Está claro que sería un mundo en el cual habría un mayor caos informativo. Un mundo en el cual no habría lucha ni defensa por el acceso a la información y a las nuevas tecnologías de manera gratuita. Un mundo en el cual el dinero sería la puerta de acceso a libros y documentos que controlarían unos cuantos privilegiados. Sin lugar a dudas que sería un mundo lleno de personas sin libertades ni opiniones. Así que solamente puedo decir que menos mal que existen las bibliotecas.
Bibliotecas que luchan por ser espacios democráticos al alcance de todo el público sin importar la edad, la raza, el nivel económico o género. Bibliotecas que ofrecen libre acceso a la información, la tecnología, herramientas y resto de recursos que ponen a disposición de las personas. Bibliotecas que forman, que apoyan, que participan, que estimulan, que escuchan, que comparten, que crean… Bibliotecas, al fin y al cabo, que son como las conocemos hoy en día. Bibliotecas, ¡menos mal que existís!
El personal bibliotecario trabaja y lucha por el bien de las bibliotecas
Bibliotecas que se adaptan con el paso del tiempo gracias a los profesionales que trabajan en ellas y que han visto que la única manera de subsistir es acompañando y trabajando para las personas en lugar de ser almacenes de colecciones. Bibliotecarios y bibliotecarias que, sin lugar a dudas, son el motor y el corazón de las bibliotecas.
Personal bibliotecario que tiene identificadas sus debilidades y amenazas; que trabajan duramente para minimizarlas y hacer de la escasez una virtud. Personal bibliotecario que también sabe muy bien cuales son sus fortalezas y oportunidades, y que tratan de sacarles en todo momento el máximo partido. ¿Y todo esto para qué?… pues para no fallar a sus usuarios… e incluso a los que están por venir y que todavía no lo saben.
Personal bibliotecario que no tiene tiempo para aburrirse y que siempre le está dando vueltas a nuevos temas o servicios y actividades a mejorar. Personal que quiere acercarse aún más a su comunidad de usuarios prestando más que libros en una clara adaptación a la necesidad de ésta. En definitiva, personal bibliotecario que es capaz de ejercer múltiples funciones de distintas profesionales dentro de la figura del bibliotecario/a.
Náufragos en pequeñas islas en busca de compañía
También hay que tener en cuenta que no son pocos los bibliotecarios/as que trabajan solos en pequeñas bibliotecas. Personal bibliotecario que ha ido a parar a estas pequeñas islas por vocación o por destino, y que una vez que están dentro trabajan para no abandonar a la biblioteca y hacer que ésta sea un bien, y un servicio imprescindible, para las personas.
Trabajo que hacen de manera individual, pero no solitaria. El apoyo con su comunidad de usuarios y con la comunidad profesional es imprescindible para ellos. Al igual que la gestión del tiempo y la gestión contra el estrés… cualidad que deben tener interiorizada y asumida. Personal bibliotecario que evita lo superfluo para ir al núcleo de la necesidad.
En definitiva, bibliotecarios y bibliotecarias multitarea y camaleónicos. Personal bibliotecario encargados de sacar adelante ellos solos a la biblioteca y que van adaptándose a las necesidades de sus usuarios. Personal bibliotecario que en la planificación y en la improvisación tienen la guía para el buen funcionamiento y desarrollo de la biblioteca.
Bibliotecas y bibliotecarios/as como bien imprescindible para la sociedad
No es descabellado decir que los bibliotecarios/as son unos privilegiados en estos momentos, en esta Era de la Información a gran escala. Son profesionales preparados para aguantar este tsunami informativo… y, lo más importante, están dispuestos a ayudar a todas las personas a capear el temporal y no quedar a la deriva.
Bibliotecarios y bibliotecarias que luchan contra los que piensan que las bibliotecas son un gasto. Pobres ignorantes los que no sepan que las bibliotecas son entidades cien por cien eficientes y que son capaces de multiplicar las aportaciones económicas que reciben por dos o por tres en beneficios para la sociedad.
Bibliotecas que se han convertido, casi sin darse cuenta, en imprescindibles para la sociedad. Sociedad que necesita como el respirar a bibliotecarios/as, aunque quizás no lo sepan o se hayan parado a pensar en ello. Ahora bien, ¿qué hacemos con las bibliotecas y su personal en ese futuro cercano? ¿Nos los quitamos del medio? La respuesta es sencilla: Por nuestro bien, NO.
Muchas gracias bibliotecas, bibliotecarios y bibliotecarias… por todo.
Imagen superior cortesía de Shutterstock
[Texto publicado en la revista Mi Biblioteca]
Buen articulo
Gracias Silvia… :)
[…] Estos profesionales son los verdaderos artífices de hacer grandes a las bibliotecas. Son los encargados de dotarlas de movimiento y vida. Son conocedores y conectores de los distintos recursos con las personas que acuden a ellas para saciar sus distintas necesidades informativas, de conocimiento y entretenimiento. Me doy cuenta de que las bibliotecas no pueden hacer nada sino es a través de sus bibliotecarios. Ellos son los verdaderos artífices del cambio y de todo lo conseguido. Son el motor y el corazón de las bibliotecas. […]
[…] los bibliotecarios intensifiquen sus esfuerzos para que los tomadores de decisiones sepan que las bibliotecas son motores del cambio social y puedan cambiar la vida de millones de personas a través del acceso […]
[…] recomendar y vender libros tienen una alta consideración entre los lectores, al igual que el personal bibliotecario. Son los encargados de proporcionar lecturas que abren las puertas a nuevos mundos, ilusiones y […]